martes, 31 de diciembre de 2013

Ignacio



-         ¡Que no, que no, que no que no! – gritaba el niño Él no se iba a poner esas gafas tan feas. Le llamarían gafotas y cuatro ojos y quién sabe qué más.

-         Ignacio, me estás cansando. Ven aquí ahora mismo y pruébatelas. El óptico te las ha ajustado pero si te siguen quedando grandes se las tenemos que dar para que las apriete más.

-         ¡Que noooo!

El obstinado niño no iba a aceptar ponerse eso nunca, pero su padre pensó que sus protestas no irían más allá e intentó probárselas. Ignacio dio un manotazo e hizo que las gafas nuevas se cayeran al suelo. Como estaba pataleando, en una de esas las pisó  y… adiós gafas. Al notar el crujido del cristal al quebrarse Ignacio se quedó muy quieto.

-         Ups. – dijo, y tragó saliva. Su padre le miró muy enfadado y al segundo siguiente sin saber muy bien cómo, Ignacio estaba inclinado sobre una pierna de su padre, que tenía la otra hincada en el suelo. Un segundo más y se vio sin pantalones y sin ropa interior.

PLAS PLAS PLAS

-         Ai, au ¡ay!

-         Se acabaron las rabietas. Tienes que usar las gafas y punto.


PLAS PLAS PLAS.

-         ¡Ay! Bwwwwa. Malooooo. Buaaaaaaaaaaaaa

Su padre le colocó la ropa y luego le dio un abrazo. ¡Claro, después de darle en el culito! Ignacio se apartó, enfadado.

-         Cariño, necesitas las gafas. No puedes hacer un berrinche así sólo porque te pida que te las pruebes… Las has roto… Anda ven, dame un beso.

-         ¡No, que me has pegado!

-         Porque tú has roto las gafas.

-         ¡Son muy feas!

-         No es verdad, cariño. Son de tu color favorito, y te quedan muy bien.

-         No me quedan bien – protestó Ignacio, poniendo un puchero. Papá le dio un beso y le acarició la cara.

-         Cualquier cosa le queda bien a mi príncipe. Papá no dejaría que llevaras unas gafas feas, mi vida. La prueba también es para ver si te gustan.

Ignacio le miró algo menos enfadado, pero aún con los brazos cruzados como muestra de indignación.

-         Papá también usa gafas, ¿ves?

Le empezó a hacer cosquillas y mimitos, y al final Ignacio se rindió.

- ¡Está bien, pero quiero que sean como las tuyas!





2 comentarios:

  1. pobrecito a mi me gustan los lentes... pero olvido usarlos :S vuelvo en un segundo voy por ellos...

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  2. oh que pecado me hizo acordarme de la primera vez que me pusieron lentes cosa más fea los odie que no tienen idea, aunque nunca se me ocurrió romperlos (lastima) pero igual los odie mucho no me gustan los lentes pobre nene que tiene que usarlos

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