martes, 31 de diciembre de 2013

Jorge y Arturo



Jorge abrió la puerta con ímpetu, sin dejar que su hijo llegara a meter la llave en la cerradura.

-         Llegas 45 minutos tarde – le dijo.

-         ¿Lo siento? – respondió Arturo, haciendo que sonara como una pregunta. Casi como si quisiera preguntar si era suficiente con decir eso.

-         ¿Alguna buena razón?

-         ¿El metro no iba?

De nuevo sonó como una pregunta.

-         ¿En serio? ¿En qué línea? ¿Si me meto en internet me informarán o descubriré que es una mentira? – preguntó Jorge.

-         Es… es mentira – admitió Arturo – Sólo… me retrasé.

Jorge prácticamente le empujó hacia el sofá y empezó a bajarle la ropa.

-         No, papá…

-         La tercera vez éste mes que llegas tarde, Arturo, pero te aseguro que será la última vez en tu vida. Tienes una hora de llegada para algo.

-         Lo siento…

-         Lo sentirás, eso te lo aseguro.

Jorge se deshizo de la ropa y maniobró a su hijo para tumbarlo encima, pero se fijó en sus ojos asustados, y suspiró.

-         Debería darte una por cada minuto que llegaste tarde. Es lo justo.

-         ¿Van a…van a ser más? – preguntó Arturo, algo asustado.

-         Iban a ser menos, pero si insistes…

-         No, papá…Por favor…

-         Estoy harto de esperar con miedo, pensando que algo ha podido pasarte.

-         Lo siento…

Jorge resopló. De nuevo la disculpa. Lo peor es que no podía decir que sonara a mentira. Arturo de verdad parecía sentirlo… en ese momento, cuando sabía que le iba a castigar. Después seguiría llegando tarde.

 Levantó la mano y empezó.

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Jorge paró y escuchó llorar a su hijo, suavecito. En cuanto se detuvo dejó de llorar, porque era un llanto totalmente falso y manipulador.  Arturo se levantó y le miró con  ojitos de cordero degollado.

- Dolió…

-         Tienes más cara que espalda, tú  - replicó Jorge, pero le dio un abrazo.
-         Eres malo.

-         No, malo seré si esto se repite. Y hablo totalmente en serio, hijo. Toma esto como un aviso urgente y asegúrate de que el mensaje le llegue a tu cerebro.

-         Sí, papá.

Jorge le miró fijamente un poco más, hasta cerciorarse de que Arturo le tomaba en serio.

- Muy bien. Y ahora cuéntame ¿cómo te fue? Tuviste que pasarlo bien para llegar tan tarde…




2 comentarios:

  1. ejejeje aprenderá a llegar a la hora o tendremos una segunda parte???

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  2. oh que Arturo más tremendo, Dream me suena a que el mensaje no le llego tu que dices ??

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