domingo, 30 de marzo de 2014

Confirmando prioridades


Confirmando prioridades

 Renato
 Leo
 Guillermo
Juli

-Papi, ya regreso voy a las canchas- dijo Leo casi desde la puerta
-No Leo, hoy no vas
-Pero por qué? Hoy es viernes y mañana no tengo clases.
-Te dije desde ayer que quería organizado tu cuarto y aun parece una zona de batalla
-Lo hago mañana
-Como quieras, pero igual no vas a las canchas hasta que lo hagas
-No soy tu esclavo
-No me contestes así Leonel- dijo Renato en tono de advertencia.
-Solo quiero ir a jugar a las canchas y tú me sales con esas.
-Suficiente Leonel- ordenó severamente Renato
-Solo quieres amargarme la vida. –y  hecho una furia subió a su cuarto y lo cerró con sonoro portazo.
Renato suspiró con fuerza.  Habían pasado casi cuatro meses desde lo del asunto de la carta y todo había ido muy bien, pero bueno, nada dura para siempre. Se dirigió a la cocina, sirvió la cena, se dirigió a la habitación de su hijo, golpeó la puerta y la abrió sin esperar respuesta, lo encontró tirado boca abajo sobre la cama.
-Hijo baja a comer
-No gracias, no tengo hambre.- respondió sin ni siquiera dignarse a mirarlo
-Como quieras- Renato cerró la puerta y bajó a la cocina
Leo escuchó a su padre alejarse.
-Si será como yo quiera, y yo quiero irme a jugar y eso es lo que haré-  dijo bajito pero con rabia y sin pensarlo dos veces salió por la ventana y se fue directito a las canchas.
-Hola chicos
-Hola Leo pensamos que no venías
-Ni fregando
Leo lo pasó muy bien con sus amigos y ni se acordó de la hora. Hasta que llegó el auto de Guillermo y sintió un codazo dado por Julián que le preguntó
-Leo, viene tu viejo o te paso dejando?
-Gracias Juli, voy caminando.- a Leo le gustaba caminar cuando estaba preocupado, además Renato siempre le pedía a Guillermo que lo llevara a casa cuando él no podía.
-Caminando? ……Que pasa Leo, cuéntame si?- pidió Juli preocupado mientras iban al estacionamiento.
-Nada… vine sin permiso….papá no sabe que estoy aquí….. no sabe que salí de casa…..bueno tal vez ya lo sepa.- agregó con tristeza.
-Eres suicida?....... pero qué te pasa?..... cómo se te ocurre salir sin permiso? …va a matarte.
-Lo se….lo se-dijo Leo mientras apoyaba su cabeza a una pared y sus ojitos se llenaban de lágrimas.
Julián pasó su brazo por los hombros de su amigo y lo achucho brevemente para confortarlo.
-Mejor te pasamos dejando. Si sabe que regresaste caminando solo a esta hora, será peor.
-Si tienes razón, mejor no echarle más leña al fuego, gracias Juli. Por favor no le digas nada a Guillermo.
-No tienes ni que pedírmelo.         
Llegaron al estacionamiento subieron al auto de Guillermo, el camino fue corto apenas cinco minutos en auto. Leo dio las gracias a Guillermo y se despidió recibiendo una mirada de comprensión y apoyo de Julián.
Renato le permitía estar afuera hasta las 10 de la noche, llegó cinco minutos antes, decidió entrar por la ventana, rezando para que esa noche los astros estuvieran de su parte. Y sí, era su noche de suerte apenas entró por la ventana pudo escuchar a su padre subiendo las escaleras, rápidamente se metió a la cama, con zapatos y todo y se cubrió hasta la cabeza simulando estar dormido, Renato golpeó suavemente y entró, vio a su hijo y lo creyó dormido, le destapó un poquito la cabeza, le dio un besito y salió de la habitación.
-Leo baja a desayunar- llamó Renato desde la cocina
- Buenos días papi- saludó un Leo despeinado, soñoliento y aún en pijama.
- Hola hijo- respondió Renato dándole un beso en la cabeza, vestido con un pantalón deportivo y una camiseta que lo hacían lucir mucho más joven.
- Que bueno que no hayas sentido temblor
- Temblor? Cuando papi?
-Como a las 10 de la noche, subí a tu cuarto  pero seguías dormido
-Si, estaba cansado- Leo casi se atraganta por su desliz y se llevó rápidamente una servilleta a la boca para evitar que su padre notara su turbación.
-Tu cansado a las 10 de la noche…..me sorprendes.
-Quise decir aburrido, no daban nada bueno en la tele-corrigió apresuradamente, dándole la espalda a Renato mientras sacaba el queso del refrigerador.
- Si es verdad, pero que haces Leo hay queso en la mesa- respondió Renato sin sospechar nada.
- Si pero yo quiero mozarella
- Sigues teniendo una pancita golosa
-Papi, no me hables así ya tengo 14- se quejó Leo poniendo un puchero como un niño de cinco, lo que hizo reír a Renato.
Terminaron de desayunar y limpiaron juntos la cocina.
-Papi puedo ir a las canchas?
-Está ordenado tu cuarto?
-Pero que fastidio contigo papi
-Leonel
-Ya ya mejor me voy a mi cuarto estás insoportable
-Si mejor ve a tu cuarto y arréglalo de una vez
-SI MI CAPITAN-Cuadrándose ente su padre con un agresivo saludo militar y con brillo de furia en sus ojos
-Leonel estás esto-poniendo muy juntos su índice y su pulgar- de que pierda la paciencia contigo
- Uy que miedo- dijo Leo entre dientes mientras  se volteaba para irse a su habitación dando pisotones. Cuando iba a mitad de las escaleras sintió que su padre estaba detrás de él, volteó a ver y no le gustó para nada notar que Renato llevaba en su mano derecha el cepillo de ducha que compraron ayer en el centro comercial, no la bolsa con los útiles de aseo, llevaba exclusivamente el cepillito aquel, eso y el hecho de estar consciente que desde la noche anterior se estaba comportando como un patán le dio la ligera impresión de que debía preocuparse.
-Ay no!!! creo que me escucho-murmuró entre dientes y prácticamente corrió hasta su habitación cuando notó que su padre también aceleró el paso, ya no le cupo la menor duda, estaba frito, nunca le había pegado con esa cosa pero seguro dolía, sintió como se le encogía el estómago de purito miedo así que sin pensarlo puso pestillo en su puerta.
-Leonel abre la puerta, tenemos que hablar
-Hablar? Como si no te conociera.
-No empeores las cosas, abre de una vez la maldita puerta
Maldita puerta? Ay no, papá maldijo es una señal mala muy muy mala-pensó Leo de inmediato
-Solo si me prometes que no vas a pegarme-respondió Leo asustado
-Te lo ganaste Leonel y lo sabes-Renato golpeo furiosamente la puerta- ABRE LA PUERTA LEONEL ABRELA YA
-NOO ESTAS MUY ENOJADO
-NO HIJITO COMO CREES… ESTOY MAS FELIZ QUE PAPA NOEL EN NAVIDAD JOJOJO OISTE?
Maldición se puso  sarcástico, soy hombre muerto
-PAPITO POR FAVOR CALMATE SI… RESPIRA PROFUNDO Y CUENTA DESDE 100 EN REVERSA, CUANDO LLEGUES A 1 TE PROMETO POR.. POR LA MEMORIA DEL ABUELO QUE TE ABRO LA PUERTA
Maldito mocoso-pensó Renato mientras sus labios dibujaban una sonrisa- él y sus ocurrencias como puedo seguir enojado con él.
-TU ABUELO ESTA VIVO LEONEL- respondió Renato tratando de mantener la pose y sobretodo el tono.
-SIII…BUENOOO…PE…PERO SIEMPRE LO LLEVO EN MI MEMORIA…PORQUE LO QUIERO MUCHO…AUNQUE NO TANTO COMO A TI PAPITO LINDO
Las palabras -Mocoso manipulador- llegaron  de inmediato a la mente de Renato y estuvo a punto de soltar una carcajada, tuvo que respirar hondo y taparse la boca. –Muy bien si quiere jugar entonces jugaremos.
-Papi?....sigues ahí?- lo que oyó le puso los pelos de punta
-Tres, dos, uno, abre la puerta hijito lindo-fue la respuesta de Renato con una voz maquiavélicamente dulce.
Maldición, maldición y ahora qué  hago?.... Ay no tengo escapatoria..-pesaba frenéticamente Leo, mientras se mordía los nudillos de su dedo índice. Y como si la cerradura estuviera al rojo vivo la giró, retiró rápidamente su mano de ella y se fue corriendo hacia la ventana, aunque no sabía bien por  que el estar junto a la ventana le hacía sentir a salvo. Vio con miedo como giraba la perilla y de inmediato su padre entró, parecía furioso,  o tal vez no?
--Papi… olvidaste dejar el cepillo en el baño.
-No hijito no lo olvidé, la verdad es que lo necesito para una actividad pendiente que tengo que realizar ESPECIFICAMENTE EN TU INSOLENTE TRASERO LEONEL.
Al escuchar a su padre Leo se pego a la ventana como si esta pudiera protegerla de alguna  forma.
-Papito sé que me comportado como un patán desde anoche y lo siento mucho.
-Yo lo siento más. Ven aquí, que Guillermo y Julián vienen a almorzar con nosotros  así que terminemos con esto de una vez.
Leo cerró sus ojos con fuerza, era demasiado creer que los astros estaban de su parte, bueno las estrellas si, pero definitivamente el sol lo odiaba. Si Guillermo comentaba que lo trajo anoche de las canchas, las cosas de verdad que se pondrían feas muy muy pero muy feas, así que mejor contárselo a su padre voluntariamente, total ya le iba a bar una paliza por insolente, pues era preferible recibir dos o tres azotes más que otra paliza completa. Inhaló con fuerza mientras juntaba toda la valentía que le quedaba.
-Papito..hay algo que debes saber
-Qué hiciste?
- Pueeesss,  anoche fui a las canchas.—y se encogió esperando la explosión
-Y REGRESASTE SOLO?
-NO, no, me trajo Guillermo.
- Ay Leonel, es decir que no conforme con ser insolente y grosero rayando en la falta de respeto, me desobedeciste, sin importar tu integridad física ya que pudiste haber resbalado caído desde el techo y me mentiste.
- No te mentí- replicó de inmediato Leo, mirando a su padre a los ojos.
-Claro que lo hiciste, anoche cuando entre a tu habitación creí que dormías y que permaneciste todo el tiempo en tu cuarto. Me engañaste. ESO ES MENTIR.
-Perdón- musitó Leo viendo a los ojos de su padre mientras dos gruesas lágrimas caían por sus mejillas. Se veía tan tierno e indefenso.
Renato dejó el cepillo en el velador junto a la cama y estiró los brazos. Leo corrió a estrecharse en ellos, mientras lloraba amargamente.
-Cálmate chiquito…..deja de llorar, sabes que siempre voy a perdonarte….sin importar lo que hagas. –estrechando a su hijo y besando se cabeza, cuando notó que se calmaba, lo sentó sobre sus piernas y empezó a regañarlo- Leo el comportamiento que mantienes desde anoche es deplorable hijo, lo he dejado pasar consiente que la adolescencia es una etapa difícil, pero tu conducta no mejora, empeora, además estoy seguro que solo me contaste que te fuiste anoche a las canchas porque sabes que me enfurece enterarme por terceros de tus… hazañas. Sabías que todo lo que hiciste te llevaría a un solo desenlace verdad?- Leo solo movió su cabecita – quiero escucharlo.
-Si papi, lo sabía, pero no me pegues con esa cosa- replicó Leo entre sollozos.
-Prefieres el cinturón?
-Prefiero que no me pegues
-Lo siento pero te esforzaste mucho para ganártelo
-Qué duele más?
-El cinturón-respondió Renato mientras hábilmente lo ponía boca abajo sobre su regazo. Tomó el cepillo y la pesadilla empezó.
-Quiere decir que a ti….AAAYYY- primer cepillazo de muchos empezó, y no era ara nada agradable.
CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK
AYAYAYAYAY AYAYAYAYAY AYAYAY NOOOOO NO NOOOOOOOOOO YAAAA PAAAA PAAAAPIII
-Ya chiquito……. ya……… ya paso……..ya paso…-consolaba Renato pasando la mano por la espalda de Leo que lloraba sentidamente, consciente de que su papi había sido bastante indulgente. Cuando se calmó un poco su papi lo sentó cuidadosamente sobre sus piernas. Leo apoyó la cabeza en su hombro y siguió llorando, acurrucado entre los brazos de su padre.
-Papi?
- Si?
- No me gustó el cepillo
- Pero si tú mismo escogiste el color-Respondió Renato fingiendo inocencia
-Paaaapiiiiiiiiiii, no te burles
-Pero si es verdad
-Si, pero no me refiero a eso. Ay olvídalo- dijo Leo poniendo un puchero al recibir un beso en la cabecita.
-Papi?
-Si?
-El abue te pegaba con el cepillo?
-A veces
-Ay algo peor que el cinturón?
- La vara- Leo miró a su padre con asombro- Si hijo es mejor que lo sepas, nunca, pero nunca, hagas enojar a tu abuelo en el campo.- dijo Renato mientras levantaba a Leo y se ponía de pié.
- No lo olvidaré. Me contarás qué fue lo que hiciste para que el abue usara la vara?
- Ni loco–fue la respuesta inmediata de Renato, mientras inconscientemente se acariciaba su trasero, si había algo que no quería recordar era eso, fue la peor paliza de su vida, estaba muy consciente de que se la ganó y con creces-Bueno amor, arregla tu cuarto, date un baño y baja a ayudarme a con el almuerzo- Leo iba a protestar, cuando recibió una nalgadita no tan cariñosa.
-AYYY papi- fue la protesta de Leo y subió las gradas corriendo frotándose la colita con las dos manos.
Renato sonrió feliz, amaba tanto a su hijo, se dirigió a la cocina a revisar el refri por si necesitaba comprar algo para el almuerzo. Al comprobar que no necesitaba nada fue un rato a su habitación.
“-Me contarás qué fue lo que hiciste para que el abue usara la vara?”
La frase no había parado de dar vueltas en su cabeza desde que Leo se la dijera, Renato estaba acostado en su cama y recordó todo lo que hizo para que su padre fuera a buscarlo a la zona de acampada de un parque nacional. Habían pasado doce años y ya era capaz de recordarlo con una sonrisa.
Renato tenía veintidós años y hace dos que era padre, realmente había asumido la paternidad de una manera ejemplar, adoraba a su pequeño. Le habían llamado de una importante empresa de publicidad de una ciudad cercana para que se incorporara inmediatamente después de obtener su título, con un buen salario y lo mejor del caso es que en esa ciudad vivía la madre de María la nana de Leo y ella había accedido a irse con ellos y seguir cuidando del niño y solo entonces los padres de Renato habían accedido a que se llevara a su nieto al cual adoraban.
Saúl y Teresa, se fueron con sus niños y los instalaron en hermoso departamento. La despedida fue muy triste pero estaban conscientes que Renato y el pequeño Leo tenían que seguir su camino juntos como padre e hijo, luego de lágrimas y abrazos, regresaron a su casa no sin antes dejarle claro que siempre estarían para ellos y que estaban a menos de una hora de distancia así que cualquier inconveniente y ellos estarían allí  sin dudarlo ni por un segundo.
Todo iba muy bien, Renato llevaba trabajando alrededor de seis meses en la empresa y se organizó una acampada en un parque nacional cercano, entre los compañeros de trabajo como era tradición en la empresa el viernes tendrían libre por lo tanto viajarían juntos en tren el jueves por la noche y regresarían a medio día del sábado en uno de los trenes de turno que visitaban las estaciones a las 6h00 a las 16h00 y a las 22h00 horas. Renato inicialmente se negó ya que los fines de semana los destinaba a pasar con su hijito y de vez en cuando sus padres venían de visita. Tanto insistieron los compañeros que bueno, le pidió a María que cuidara de Leo, hasta el día sábado que estaría de regreso, y todo claro por motivos de trabajo, María aceptó encantada.
Un taxi lo dejo en la estación de trenes ya que era la única manera de llegar en escasa media hora de caminata hasta la zona misma de acampada que habían  elegido, el viaje fue lleno de risas y carcajadas, cuando llegaron iluminaron con faroles el lugar y armaron las carpas, era noche de chicos y realmente lo disfrutaron a lo grande, el viernes por la mañana, pescaron, cazaron, y tomaron alcohol, muuuucho alcohol, llamaron a un grupo de amigas que llevaron comida para un batallón y por supuesto más alcohol y la locura fue total. Renato estaba completamente ebrio, perdió la noción del tiempo y para cuando reaccionó era domingo sobre las 10 de la mañana, se suponía que debía volver el sábado sobre las tres de la tarde, la mayoría de sus compañeros seguían dormidos, algunos se habían ido ya seguramente en el tren de las 6h00. Buscó desesperadamente su celular y al revisarlo se le fue el alma al piso, tenía como 50 llamadas perdidas de María y unas 100 de sus padres. Marcó al teléfono de María, porque ni loco le marcaría a su padre, pero se quedó sin batería.  Era hombre muerto su padre definitivamente iba a matarlo, recogió apresuradamente sus cosas y corrió cuesta abajo hacia la carretera principal.
Cuando iba a mitad del camino ya sintiendo explotar su corazón por el esfuerzo y la angustia, notó que un auto se acercaba y sin pensarlo dos veces empezó a saltar y agitando sus brazos. Cuando el auto se acercó se quedó helado….era su padre.
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María empezó a preocuparse cuando a las ocho de la noche del sábado Renato no llegada, como a las diez de la noche no aguantó la angustia y  marcó al celular de Renato pero no contestaba, se angustió mucho, una hora más tarde empezó a llorar pensando que seguro le había pasado algo malo para que no haya vuelto y no responda el teléfono, fue entonces que decidió llamar a los padres de Renato.
-Si buenas noches?
-Don Saúl soy María
-María pasó algo malo?- y puso el teléfono en alta voz
- Don Saúl, Renato no ha llegado, dijo que regresaría sobre las tres de la tarde pero no llega y marco y marco a su celular y no responde, no sé qué hacer.
-No está ahí?  A donde fue?
-No lo sé solo dijo que era un asunto del trabajo, me pidió que cuidara de Leito hasta hoy por la tarde y que regresaría sobre las tres  pero va a ser media noche y no ha llegado.
- No te preocupes María voy para allá. –y colgó sin esperar respuesta, se vistió rápidamente cuando escuchó la voz angustiada de Yolanda
-Que vamos a hacer. Si le pasó algo a mi hijo yo me muero Saúl- y lloro con desespero
-Tranquilízate y vístete pronto te espero en el carro- la abrazó fuerte para confortarla y para confortarse así mismo y bajó al garaje.
Llegaron a casa de Renato en menos de una hora, que se les hizo eterno, encontraron llorando a María, Yolanda no paraba de marcar el número de Renato.
-          María, tranquilízate hija no llores y dime si conoces a alguien de su trabajo, tienes un número telefónico o  algo.
-          Lo único que tengo es esta dirección, del señor Guillermo García, queda al otro lado de la ciudad, no podía ir hasta allá el niño está dormido y está lejos.
-          Tranquila María no tienes que disculparte, tu cuida al niño con Yolanda, yo iré hasta allá a ver qué averiguo.
-          No Saúl yo voy contigo, María cuida a mi nieto por favor y cálmate hijita si?
-          Si señora, por favor vayan con cuidado.
Eran las tres de la mañana cuando llegaron a la casa del SR. García, algo andaba mal, en esa casa la puerta principal estaba abierta  y las luces estaban encendidas.
-Buenos días. Esta es la casa del Sr. Guillermo García?
-Buenos días, soy el padre de Guillermo trae noticias de mi hijo?
-No, la verdad venía a preguntar si sabían dónde está el mío
-Perdón?
-Permítannos presentarnos, soy Saúl Barahona y ella es mi esposa Yolanda, somos padres de Renato Barahona, compañero de trabajo de Guillermo.
- Pasen por favor. –Dijo una mujer joven y muy bonita, que tenía los ojos muy rojos de haber llorado y se presentó como la esposa de Guillermo.
- Bueno pues se suponían que iban a pasar una noche de acampada en el parque nacional y que debían llegar hay sobre las tres de la tarde, llamamos a Guillermo pero no contesta.
- Renato tampoco responde.
- El parque es muy extenso y hay varias zonas de acampada.
-Ring Ring- La esposa de Guillermo contestó de inmediato ya que todo el tiempo tenía el teléfono sujeto en su mano
-Hola, gracias Sofy, muchas gracias.
-Qué pasó?
-Están en la zona Sur, Sofy dice que parece que se quedaron sin transporte, tendrán que esperar al tren de las 6h00 o al de las 16h00, pero no tiene idea de porque no contestan los celulares.
-Muchas gracias a todos, nosotros vamos de inmediato a la zona Sur.
-Saúl espere yo voy con usted, mi auto se quedó sin batería y el de mi hijo está en el taller- Dijo Pablo el padre de Guillermo.
-Con mucho gusto Pablo.  Yoli, amor
-Tranquilo Saúl, ve por nuestro hijo en cuanto aclare tomo un taxi y regreso con María.
El parque era extremadamente extenso, estarían en la zona Sur sobre el medio día.  El paisaje era maravilloso, todo estaba lleno de colores, las aves trinaban y el sol estaba en todo su esplendor, era una vista encantadora donde se conjugaban el aire, la tierra y el agua de una forma única y maravillosa, la carretera bordeaba la rivera de un río de agua cristalina, pero lo único que logró emocionarlos fue el ver a lo lejos una persona que saltaba agitando los brazos. Saúl se prendió al acelerador y llegó hasta esa persona en menos de un minuto y sintió su corazón saltar de alegría al ver a Renato, su hijo.  De un salto salió del auto y abrazó con fuerza a su hijo derramando lágrimas de emoción.
-          Estás bien hijito?
-          Si papá
-          No te paso nada?
-          No papi estoy bien
-          POR QUE DIABLOS NO REGRESASTE AYER Y NI SIQUIERA CONTESTAS TU CELULAR- gritó Saúl mientras lo sacudía violentamente por los hombros.
-          Papiiii
-          Disculpen que interrumpa, pero que sabes de Guillermo García
-          Está en la acampada
-          Saúl por favor permíteme llevarme tu auto para buscar a mi hijo. Conozco la zona puedo llegar sin inconveniente.
-          Por supuesto llévatelo te esperaremos aquí
-          Gracias
Ese corto tiempo le sirvió a Renato para tratar de convencerse de que era un adulto y no tenía nada que temer, su padre vestía ropa deportiva y por lo tanto su peor enemigo, el cinturón, estaba a quilómetros de ahí, tenía 22 años, y su padre había solo lo había regañado de vez en cuando, desde lo de la noticia de la llegada de Leo, además nadie tenía derecho a decirle nada, o si?
-          Llama a tu madre – ordenó Saúl dándole su celular
-          Hola mami….estoy bien, si…..si mami…tranquilízate por favor….mami no llores…de verdad estoy bien…..si mami…si….se terminó la batería…si…perdón…lo siento mucho……..perdón…no nunca más…..lo prometo, si ya vamos para allá….yo también te quiero.
-          Muy bien espero que tengas una muy pero muy buena explicación- dijo Saúl acercándose peligrosamente a su hijo
-          Papi yo…
-          APESTAS A ALCOHOL. PEDAZO DE IRRESPONSABLE – de la emoción no se percató de eso antes cuando abrazó a su hijo,  sino hasta ahora.
-          NO ME GRITES, SOY UN ADULTO, NO VIVO CONTIGO, NO TENGO POR QUE DARTE EXPLICACIONES, HAGO LO QUE QUIERA CON MI VIDA, ES MI VIDA.
-          Y YO SOY TU PADRE Y ME IMPORTA UN CARAJO LO ADULTO QUE SEAS O QUE TE MANTENGAS SOLO.
-          NO VOY A DISCUTIR CONTIGO.ME LARGO- se dio media vuelta y empezó a caminar  sin mirar atrás.
Saúl echaba chispas, sin ni siquiera pensarlo tomo una rama de un sauce que estaba en su camino y la arrancó de un cuajo, apresuró  sus pasos y de dos zancadas estaba junto a Renato, con su mano izquierda lo su sujetó fuerte de un  brazo, y antes que Renato pudiera decir algo se escuchó un WRAZZZ   que cortaba el aire seguido de un AAAAAAAAAAAUUUUUU
WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ
AYAYAYAYAY NOOOO AYYAYAY PAAAPIIIII NOOOO NOOOO
-MOCOSO DE MIERDA, A MI ME RESPETAS, VENIR A GRITARME  A MI, QUE TE CREES ? BORRACHO, IRRESPONSABLE Y ENCIMA MAJADERO
Renato se frotaba angustiosamente su retaguardia, conteniendo las lágrimas acumuladas en sus ojos, después de todo era un adulto y no lloraría como un mocoso por unos cuantos varazos dados sobre su pantalón, nunca había sentido un dolor así, recién entonces podo fijarse en lo que su padre sostenía en la mano, como dolía esa delgada ramita de sauce aún llena de hojas maltratadas.
QUE ES ESTO?- y Saúl de un tirón sacó un brasier del bolsillo del pantalón de Renato.
-Papiiii- dijo Renato en apenas un susurro, dos gruesas lágrimas  resbalaron por sus mejillas cuando cerró los ojos con fuerza deseando fervientemente que al abrirlos esa prenda hubiese desaparecido, por supuesto eso no sucedió.
-Estabas de juerga!!!. ESTABAS DE JUERGA Y UNO DESESPERADO PENSANDO  QUE TE PASO ALGO, TU MADRE Y MARIA LLORANDO ANGUSTIADAS Y EL SENORITO DE JUERGA PERO YA MISMO TE QUITO LAS GANAS DE VOLVER A HACER ALGO COMO ESTO EN LA VIDA.
-Papi perdón, no quería preocuparlos de verdad-dijo Renato tratando de sonar como una adulto, algo que no logró ni de lejos.
-Apóyate sobre ese árbol
-Nooo  no papi, no me pegues- suplicó Renato mientras las lágrimas acudían a sus ojos como ríos desbordados, deslizándose sin control por sus mejillas, se sintió de quince años otra vez. Ni rastro quedó del adulto que se mantenía solo, que no tenía que dar explicaciones y que hacía lo que quisiera con su vida. Solo estaba un mocoso quinceañero suplicando a su padre que no le diera una paliza.
-Obedece Renato David Barahona Estévez o te irá mucho peor. Te lo mereces y lo sabes perfectamente.
- Papiii por favor- suplicó ya llorando abiertamente.
-AHORA!!
Renato obedeció a su padre, no había de otra. Se abrazó con fuerza a ese viejo árbol. De un solo tirón Saúl le bajó los pantalones hasta los tobillos, todo fue tan rápido que no le dio tiempo a Renato ni para protestar.
WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ
AAUUUU AUUUU AYAYAYAYAYYYYY NOOOO PAPIIII NOOOOO
WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ
AAAAA PERDOOON PERDONN PAPIIITOOO PERDONNN
Saúl arrojó la vara hacia el rio, sabía que había sido extremadamente duro con su hijo, pero era necesario por el bien de Renato y sobretodo del pequeño Leo que situaciones como estas jamás se repitieran, debía aprender de una vez por todas a poner en primer lugar a su hijo y actuar en consecuencia con eso y seguro que esta paliza lo ayudaría a no olvidarlo nunca.
Renato seguía abrazado al árbol llorando su alma, su cuerpo se estremecía con cada sollozo, Saúl colocó una mano en su hombro, Renato se volteó de inmediato y se arrojo a los brazos de su padre que lo abrazó con fuerza y lo llenó de besos hasta que se calmó.
-Perdóname papi de verdad no quise preocuparlos, se suponía que no iba a pasar lo que paso, me deje llevar, no se, quería olvidarme de mis responsabilidades, vivir un poco, no sé si me entiendes.
-Claro que te entiendo, chiquito. Pero tienes un hijo y  siempre debe ser tu prioridad, debe estar siempre antes que tú mismo, no lo olvides nunca.
-Jamás lo olvidaré, lo juro, no podría aunque quisiera-respondió mientras se sobaba su colita con ambas manos. Saúl le dio un beso en la frente y le ayudó a subirse los pantalones.
- Ven siéntate aquí, seguro los García no tardan en llegar- señalando un tronco al borde de la carretera.
- Ni loco- respondió Renato poniendo un puchero, lo que provocó una risa en Saúl.
-Entonces caminemos-dijo Saúl y le pasó un brazo por los hombros a su hijo y juntos continuaron bajando la pendiente.
Tres suaves golpes en su puerta lo volvieron a la realidad
-Entra hijo
-Papi ya arreglé mi cuarto, puedo ver tele contigo un rato?
-Claro mi amor- y le hizo espacio en su cama, al tener a Leo boca abajo junto a él, en ese momento le dio toda la razón a su padre, su pequeño era el centro de su vida y siempre sería su prioridad, incluso antes que él mismo.


14 comentarios:

  1. :'3 hermoso como siempre y con fotos incluidas pues mas
    Me encanta como Remató le dice chiquitoa Leo y auch! Que paliza se lllevó en la acampada
    Saludos :D

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  2. Me encantaron los chicos!! Todos re guapos, jejej!!

    Cath, te quedó muy bello el capítulo, pero yo pensé que Leito sí se salía con la suya =( pero bueno... suerte que Renato fue medio "indulgente" con él =P jijiji... Muy lindo el capi....

    Camila

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  3. Ufff.... tremenda la que se llevó Renato e.e

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  4. Gata Blau grana lo hiciste de nuevo, sabes he imaginado todos los acontecimientos de ese día del recuerdo de Renato y me dolió el alma, pero oye bonita tengo una duda, que le paso a Guillermo, me lo tienes que contar no se vale si solo nos chismorreas que le paso a Renato, jajajaj por favor si? en tu próxima entrega quiero saber que paso con Guillermo

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    1. Te aprovechas por que estas de cumpleaños jajajaja

      CathBlueRed

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  5. Me encanta tu estilo. Pobrecito Renato y pido lo mismo que Marambra, cuentanos que paso con Guillermo por faa

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  6. Gracias por sus comentarios
    hasta pronto

    CathBlueRed

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  7. Supongo que tu tambien estas de cumpleaños jajajajaja

    CathBlueRed

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  8. El ultimo comentario era para ti mi queria amiga anonimo, estoy media dormida.

    CathBlueRed

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    1. Siiii, lo adivinaste, ahora si que no puedes negarte al pedido de dos cumpleañeras jajajajaja

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  9. jajaj yo también quiero saber como le fue a Gillermo

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  10. YUPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

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  11. Venga, que Renato de joven, me recuerda un buen a mi hermano, que se cree de 26 y se comporta como un crio de 13

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