Confirmando
prioridades
Renato
Leo
Guillermo
Juli
-Papi, ya
regreso voy a las canchas- dijo Leo casi desde la puerta
-No Leo, hoy
no vas
-Pero por
qué? Hoy es viernes y mañana no tengo clases.
-Te dije
desde ayer que quería organizado tu cuarto y aun parece una zona de batalla
-Lo hago
mañana
-Como
quieras, pero igual no vas a las canchas hasta que lo hagas
-No soy tu
esclavo
-No me
contestes así Leonel- dijo Renato en tono de advertencia.
-Solo quiero
ir a jugar a las canchas y tú me sales con esas.
-Suficiente
Leonel- ordenó severamente Renato
-Solo
quieres amargarme la vida. –y hecho una furia subió a su cuarto y lo
cerró con sonoro portazo.
Renato
suspiró con fuerza. Habían pasado casi cuatro meses desde lo del
asunto de la carta y todo había ido muy bien, pero bueno, nada dura para
siempre. Se dirigió a la cocina, sirvió la cena, se dirigió a la habitación de
su hijo, golpeó la puerta y la abrió sin esperar respuesta, lo encontró tirado
boca abajo sobre la cama.
-Hijo baja a
comer
-No gracias,
no tengo hambre.- respondió sin ni siquiera dignarse a mirarlo
-Como
quieras- Renato cerró la puerta y bajó a la cocina
Leo escuchó
a su padre alejarse.
-Si será
como yo quiera, y yo quiero irme a jugar y eso es lo que haré- dijo
bajito pero con rabia y sin pensarlo dos veces salió por la ventana y se fue
directito a las canchas.
-Hola chicos
-Hola Leo
pensamos que no venías
-Ni fregando
Leo lo pasó
muy bien con sus amigos y ni se acordó de la hora. Hasta que llegó el auto de
Guillermo y sintió un codazo dado por Julián que le preguntó
-Leo, viene
tu viejo o te paso dejando?
-Gracias
Juli, voy caminando.- a Leo le gustaba caminar cuando estaba preocupado, además
Renato siempre le pedía a Guillermo que lo llevara a casa cuando él no podía.
-Caminando?
……Que pasa Leo, cuéntame si?- pidió Juli preocupado mientras iban al
estacionamiento.
-Nada… vine
sin permiso….papá no sabe que estoy aquí….. no sabe que salí de casa…..bueno
tal vez ya lo sepa.- agregó con tristeza.
-Eres
suicida?....... pero qué te pasa?..... cómo se te ocurre salir sin permiso? …va
a matarte.
-Lo se….lo
se-dijo Leo mientras apoyaba su cabeza a una pared y sus ojitos se llenaban de
lágrimas.
Julián pasó
su brazo por los hombros de su amigo y lo achucho brevemente para confortarlo.
-Mejor te
pasamos dejando. Si sabe que regresaste caminando solo a esta hora, será peor.
-Si tienes
razón, mejor no echarle más leña al fuego, gracias Juli. Por favor no le digas
nada a Guillermo.
-No tienes
ni que pedírmelo.
Llegaron al
estacionamiento subieron al auto de Guillermo, el camino fue corto apenas cinco
minutos en auto. Leo dio las gracias a Guillermo y se despidió recibiendo una
mirada de comprensión y apoyo de Julián.
Renato le
permitía estar afuera hasta las 10 de la noche, llegó cinco minutos antes,
decidió entrar por la ventana, rezando para que esa noche los astros estuvieran
de su parte. Y sí, era su noche de suerte apenas entró por la ventana pudo
escuchar a su padre subiendo las escaleras, rápidamente se metió a la cama, con
zapatos y todo y se cubrió hasta la cabeza simulando estar dormido, Renato
golpeó suavemente y entró, vio a su hijo y lo creyó dormido, le destapó un
poquito la cabeza, le dio un besito y salió de la habitación.
-Leo baja a
desayunar- llamó Renato desde la cocina
- Buenos
días papi- saludó un Leo despeinado, soñoliento y aún en pijama.
- Hola hijo-
respondió Renato dándole un beso en la cabeza, vestido con un pantalón deportivo
y una camiseta que lo hacían lucir mucho más joven.
- Que bueno
que no hayas sentido temblor
- Temblor?
Cuando papi?
-Como a las
10 de la noche, subí a tu cuarto pero seguías dormido
-Si, estaba
cansado- Leo casi se atraganta por su desliz y se llevó rápidamente una
servilleta a la boca para evitar que su padre notara su turbación.
-Tu cansado
a las 10 de la noche…..me sorprendes.
-Quise decir
aburrido, no daban nada bueno en la tele-corrigió apresuradamente, dándole la
espalda a Renato mientras sacaba el queso del refrigerador.
- Si es
verdad, pero que haces Leo hay queso en la mesa- respondió Renato sin sospechar
nada.
- Si pero yo
quiero mozarella
- Sigues
teniendo una pancita golosa
-Papi, no me
hables así ya tengo 14- se quejó Leo poniendo un puchero como un niño de cinco,
lo que hizo reír a Renato.
Terminaron
de desayunar y limpiaron juntos la cocina.
-Papi puedo
ir a las canchas?
-Está
ordenado tu cuarto?
-Pero que
fastidio contigo papi
-Leonel
-Ya ya mejor
me voy a mi cuarto estás insoportable
-Si mejor ve
a tu cuarto y arréglalo de una vez
-SI MI
CAPITAN-Cuadrándose ente su padre con un agresivo saludo militar y con brillo
de furia en sus ojos
-Leonel
estás esto-poniendo muy juntos su índice y su pulgar- de que pierda la
paciencia contigo
- Uy que
miedo- dijo Leo entre dientes mientras se volteaba para irse a su
habitación dando pisotones. Cuando iba a mitad de las escaleras sintió que su
padre estaba detrás de él, volteó a ver y no le gustó para nada notar que
Renato llevaba en su mano derecha el cepillo de ducha que compraron ayer en el
centro comercial, no la bolsa con los útiles de aseo, llevaba exclusivamente el
cepillito aquel, eso y el hecho de estar consciente que desde la noche anterior
se estaba comportando como un patán le dio la ligera impresión de que debía
preocuparse.
-Ay no!!!
creo que me escucho-murmuró entre dientes y prácticamente corrió hasta su
habitación cuando notó que su padre también aceleró el paso, ya no le cupo la
menor duda, estaba frito, nunca le había pegado con esa cosa pero seguro dolía,
sintió como se le encogía el estómago de purito miedo así que sin pensarlo puso
pestillo en su puerta.
-Leonel abre
la puerta, tenemos que hablar
-Hablar?
Como si no te conociera.
-No empeores
las cosas, abre de una vez la maldita puerta
Maldita
puerta? Ay no, papá maldijo es una señal mala muy muy mala-pensó Leo de inmediato
-Solo si me
prometes que no vas a pegarme-respondió Leo asustado
-Te lo
ganaste Leonel y lo sabes-Renato golpeo furiosamente la puerta- ABRE LA PUERTA
LEONEL ABRELA YA
-NOO ESTAS
MUY ENOJADO
-NO HIJITO
COMO CREES… ESTOY MAS FELIZ QUE PAPA NOEL EN NAVIDAD JOJOJO OISTE?
Maldición se
puso sarcástico, soy hombre muerto
-PAPITO POR
FAVOR CALMATE SI… RESPIRA PROFUNDO Y CUENTA DESDE 100 EN REVERSA, CUANDO
LLEGUES A 1 TE PROMETO POR.. POR LA MEMORIA DEL ABUELO QUE TE ABRO LA PUERTA
Maldito
mocoso-pensó
Renato mientras sus labios dibujaban una sonrisa- él y sus ocurrencias
como puedo seguir enojado con él.
-TU ABUELO
ESTA VIVO LEONEL- respondió Renato tratando de mantener la pose y sobretodo el
tono.
-SIII…BUENOOO…PE…PERO
SIEMPRE LO LLEVO EN MI MEMORIA…PORQUE LO QUIERO MUCHO…AUNQUE NO TANTO COMO A TI
PAPITO LINDO
Las palabras -Mocoso
manipulador- llegaron de inmediato a la mente de Renato y estuvo
a punto de soltar una carcajada, tuvo que respirar hondo y taparse la boca. –Muy
bien si quiere jugar entonces jugaremos.
-Papi?....sigues
ahí?- lo que oyó le puso los pelos de punta
-Tres, dos,
uno, abre la puerta hijito lindo-fue la respuesta de Renato con una voz
maquiavélicamente dulce.
Maldición,
maldición y ahora qué hago?.... Ay no tengo escapatoria..-pesaba
frenéticamente Leo, mientras se mordía los nudillos de su dedo índice. Y como
si la cerradura estuviera al rojo vivo la giró, retiró rápidamente su mano de
ella y se fue corriendo hacia la ventana, aunque no sabía bien por que
el estar junto a la ventana le hacía sentir a salvo. Vio con miedo como giraba
la perilla y de inmediato su padre entró, parecía furioso, o tal vez
no?
--Papi…
olvidaste dejar el cepillo en el baño.
-No hijito
no lo olvidé, la verdad es que lo necesito para una actividad pendiente que
tengo que realizar ESPECIFICAMENTE EN TU INSOLENTE TRASERO LEONEL.
Al escuchar
a su padre Leo se pego a la ventana como si esta pudiera protegerla de
alguna forma.
-Papito sé
que me comportado como un patán desde anoche y lo siento mucho.
-Yo lo
siento más. Ven aquí, que Guillermo y Julián vienen a almorzar con
nosotros así que terminemos con esto de una vez.
Leo cerró
sus ojos con fuerza, era demasiado creer que los astros estaban de su parte,
bueno las estrellas si, pero definitivamente el sol lo odiaba. Si
Guillermo comentaba que lo trajo anoche de las canchas, las cosas de verdad que
se pondrían feas muy muy pero muy feas, así que mejor contárselo a su padre
voluntariamente, total ya le iba a bar una paliza por insolente, pues era
preferible recibir dos o tres azotes más que otra paliza completa. Inhaló con
fuerza mientras juntaba toda la valentía que le quedaba.
-Papito..hay
algo que debes saber
-Qué
hiciste?
-
Pueeesss, anoche fui a las canchas.—y se encogió esperando la
explosión
-Y
REGRESASTE SOLO?
-NO, no, me
trajo Guillermo.
- Ay Leonel,
es decir que no conforme con ser insolente y grosero rayando en la falta de
respeto, me desobedeciste, sin importar tu integridad física ya que pudiste
haber resbalado caído desde el techo y me mentiste.
- No te
mentí- replicó de inmediato Leo, mirando a su padre a los ojos.
-Claro que
lo hiciste, anoche cuando entre a tu habitación creí que dormías y que
permaneciste todo el tiempo en tu cuarto. Me engañaste. ESO ES MENTIR.
-Perdón-
musitó Leo viendo a los ojos de su padre mientras dos gruesas lágrimas caían
por sus mejillas. Se veía tan tierno e indefenso.
Renato dejó
el cepillo en el velador junto a la cama y estiró los brazos. Leo corrió a
estrecharse en ellos, mientras lloraba amargamente.
-Cálmate
chiquito…..deja de llorar, sabes que siempre voy a perdonarte….sin importar lo
que hagas. –estrechando a su hijo y besando se cabeza, cuando notó que se
calmaba, lo sentó sobre sus piernas y empezó a regañarlo- Leo el comportamiento
que mantienes desde anoche es deplorable hijo, lo he dejado pasar consiente que
la adolescencia es una etapa difícil, pero tu conducta no mejora, empeora,
además estoy seguro que solo me contaste que te fuiste anoche a las canchas
porque sabes que me enfurece enterarme por terceros de tus… hazañas. Sabías que
todo lo que hiciste te llevaría a un solo desenlace verdad?- Leo solo movió su
cabecita – quiero escucharlo.
-Si papi, lo
sabía, pero no me pegues con esa cosa- replicó Leo entre sollozos.
-Prefieres
el cinturón?
-Prefiero
que no me pegues
-Lo siento
pero te esforzaste mucho para ganártelo
-Qué duele
más?
-El
cinturón-respondió Renato mientras hábilmente lo ponía boca abajo sobre su
regazo. Tomó el cepillo y la pesadilla empezó.
-Quiere
decir que a ti….AAAYYY- primer cepillazo de muchos empezó, y no era ara nada
agradable.
CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK CRACK
AYAYAYAYAY AYAYAYAYAY AYAYAY NOOOOO NO NOOOOOOOOOO YAAAA PAAAA PAAAAPIII
-Ya
chiquito……. ya……… ya paso……..ya paso…-consolaba Renato pasando la mano por la
espalda de Leo que lloraba sentidamente, consciente de que su papi había sido
bastante indulgente. Cuando se calmó un poco su papi lo sentó cuidadosamente
sobre sus piernas. Leo apoyó la cabeza en su hombro y siguió llorando,
acurrucado entre los brazos de su padre.
-Papi?
- Si?
- No me
gustó el cepillo
- Pero si tú
mismo escogiste el color-Respondió Renato fingiendo inocencia
-Paaaapiiiiiiiiiii,
no te burles
-Pero si es
verdad
-Si, pero no
me refiero a eso. Ay olvídalo- dijo Leo poniendo un puchero al recibir un beso
en la cabecita.
-Papi?
-Si?
-El abue te
pegaba con el cepillo?
-A veces
-Ay algo
peor que el cinturón?
- La vara-
Leo miró a su padre con asombro- Si hijo es mejor que lo sepas, nunca, pero
nunca, hagas enojar a tu abuelo en el campo.- dijo Renato mientras levantaba a
Leo y se ponía de pié.
- No lo
olvidaré. Me contarás qué fue lo que hiciste para que el abue usara la vara?
- Ni
loco–fue la respuesta inmediata de Renato, mientras inconscientemente se
acariciaba su trasero, si había algo que no quería recordar era eso, fue la
peor paliza de su vida, estaba muy consciente de que se la ganó y con creces-Bueno
amor, arregla tu cuarto, date un baño y baja a ayudarme a con el almuerzo-
Leo iba a protestar, cuando recibió una nalgadita no tan cariñosa.
-AYYY papi-
fue la protesta de Leo y subió las gradas corriendo frotándose la colita con
las dos manos.
Renato
sonrió feliz, amaba tanto a su hijo, se dirigió a la cocina a revisar el refri
por si necesitaba comprar algo para el almuerzo. Al comprobar que no necesitaba
nada fue un rato a su habitación.
“-Me
contarás qué fue lo que hiciste para que el abue usara la vara?”
La frase no
había parado de dar vueltas en su cabeza desde que Leo se la dijera, Renato
estaba acostado en su cama y recordó todo lo que hizo para que su padre fuera a
buscarlo a la zona de acampada de un parque nacional. Habían pasado doce años y
ya era capaz de recordarlo con una sonrisa.
Renato tenía
veintidós años y hace dos que era padre, realmente había asumido la paternidad
de una manera ejemplar, adoraba a su pequeño. Le habían llamado de una
importante empresa de publicidad de una ciudad cercana para que se incorporara
inmediatamente después de obtener su título, con un buen salario y lo mejor del
caso es que en esa ciudad vivía la madre de María la nana de Leo y ella había
accedido a irse con ellos y seguir cuidando del niño y solo entonces los padres
de Renato habían accedido a que se llevara a su nieto al cual adoraban.
Saúl y
Teresa, se fueron con sus niños y los instalaron en hermoso departamento. La
despedida fue muy triste pero estaban conscientes que Renato y el pequeño Leo
tenían que seguir su camino juntos como padre e hijo, luego de lágrimas y
abrazos, regresaron a su casa no sin antes dejarle claro que siempre estarían
para ellos y que estaban a menos de una hora de distancia así que cualquier
inconveniente y ellos estarían allí sin dudarlo ni por un segundo.
Todo iba muy
bien, Renato llevaba trabajando alrededor de seis meses en la empresa y se
organizó una acampada en un parque nacional cercano, entre los compañeros de trabajo
como era tradición en la empresa el viernes tendrían libre por lo tanto
viajarían juntos en tren el jueves por la noche y regresarían a medio día del
sábado en uno de los trenes de turno que visitaban las estaciones a las 6h00 a
las 16h00 y a las 22h00 horas. Renato inicialmente se negó ya que los fines de
semana los destinaba a pasar con su hijito y de vez en cuando sus padres venían
de visita. Tanto insistieron los compañeros que bueno, le pidió a María que
cuidara de Leo, hasta el día sábado que estaría de regreso, y todo claro por
motivos de trabajo, María aceptó encantada.
Un taxi lo
dejo en la estación de trenes ya que era la única manera de llegar en escasa
media hora de caminata hasta la zona misma de acampada que habían elegido,
el viaje fue lleno de risas y carcajadas, cuando llegaron iluminaron con
faroles el lugar y armaron las carpas, era noche de chicos y realmente lo
disfrutaron a lo grande, el viernes por la mañana, pescaron, cazaron, y tomaron
alcohol, muuuucho alcohol, llamaron a un grupo de amigas que llevaron comida
para un batallón y por supuesto más alcohol y la locura fue total. Renato
estaba completamente ebrio, perdió la noción del tiempo y para cuando reaccionó
era domingo sobre las 10 de la mañana, se suponía que debía volver el sábado
sobre las tres de la tarde, la mayoría de sus compañeros seguían dormidos,
algunos se habían ido ya seguramente en el tren de las 6h00. Buscó
desesperadamente su celular y al revisarlo se le fue el alma al piso, tenía
como 50 llamadas perdidas de María y unas 100 de sus padres. Marcó al teléfono
de María, porque ni loco le marcaría a su padre, pero se quedó sin batería. Era
hombre muerto su padre definitivamente iba a matarlo, recogió apresuradamente
sus cosas y corrió cuesta abajo hacia la carretera principal.
Cuando iba a
mitad del camino ya sintiendo explotar su corazón por el esfuerzo y la
angustia, notó que un auto se acercaba y sin pensarlo dos veces empezó a saltar
y agitando sus brazos. Cuando el auto se acercó se quedó helado….era su padre.
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María empezó
a preocuparse cuando a las ocho de la noche del sábado Renato no llegada, como
a las diez de la noche no aguantó la angustia y marcó al celular de
Renato pero no contestaba, se angustió mucho, una hora más tarde empezó a
llorar pensando que seguro le había pasado algo malo para que no haya vuelto y
no responda el teléfono, fue entonces que decidió llamar a los padres de
Renato.
-Si buenas
noches?
-Don Saúl
soy María
-María pasó
algo malo?- y puso el teléfono en alta voz
- Don Saúl,
Renato no ha llegado, dijo que regresaría sobre las tres de la tarde pero no
llega y marco y marco a su celular y no responde, no sé qué hacer.
-No está
ahí? A donde fue?
-No lo sé
solo dijo que era un asunto del trabajo, me pidió que cuidara de Leito hasta
hoy por la tarde y que regresaría sobre las tres pero va a ser media
noche y no ha llegado.
- No te
preocupes María voy para allá. –y colgó sin esperar respuesta, se vistió
rápidamente cuando escuchó la voz angustiada de Yolanda
-Que vamos a
hacer. Si le pasó algo a mi hijo yo me muero Saúl- y lloro con desespero
-Tranquilízate
y vístete pronto te espero en el carro- la abrazó fuerte para confortarla y
para confortarse así mismo y bajó al garaje.
Llegaron a
casa de Renato en menos de una hora, que se les hizo eterno, encontraron
llorando a María, Yolanda no paraba de marcar el número de Renato.
- María, tranquilízate hija no
llores y dime si conoces a alguien de su trabajo, tienes un número telefónico
o algo.
- Lo único que tengo es esta
dirección, del señor Guillermo García, queda al otro lado de la ciudad, no
podía ir hasta allá el niño está dormido y está lejos.
- Tranquila María no tienes que
disculparte, tu cuida al niño con Yolanda, yo iré hasta allá a ver qué
averiguo.
- No Saúl yo voy contigo, María
cuida a mi nieto por favor y cálmate hijita si?
- Si señora, por favor vayan con
cuidado.
Eran las
tres de la mañana cuando llegaron a la casa del SR. García, algo andaba mal, en
esa casa la puerta principal estaba abierta y las luces estaban
encendidas.
-Buenos
días. Esta es la casa del Sr. Guillermo García?
-Buenos
días, soy el padre de Guillermo trae noticias de mi hijo?
-No, la
verdad venía a preguntar si sabían dónde está el mío
-Perdón?
-Permítannos
presentarnos, soy Saúl Barahona y ella es mi esposa Yolanda, somos padres de
Renato Barahona, compañero de trabajo de Guillermo.
- Pasen por
favor. –Dijo una mujer joven y muy bonita, que tenía los ojos muy rojos de
haber llorado y se presentó como la esposa de Guillermo.
- Bueno pues
se suponían que iban a pasar una noche de acampada en el parque nacional y que
debían llegar hay sobre las tres de la tarde, llamamos a Guillermo pero no
contesta.
- Renato
tampoco responde.
- El parque
es muy extenso y hay varias zonas de acampada.
-Ring Ring-
La esposa de Guillermo contestó de inmediato ya que todo el tiempo tenía el
teléfono sujeto en su mano
-Hola,
gracias Sofy, muchas gracias.
-Qué pasó?
-Están en la
zona Sur, Sofy dice que parece que se quedaron sin transporte, tendrán que
esperar al tren de las 6h00 o al de las 16h00, pero no tiene idea de porque no
contestan los celulares.
-Muchas
gracias a todos, nosotros vamos de inmediato a la zona Sur.
-Saúl espere
yo voy con usted, mi auto se quedó sin batería y el de mi hijo está en el
taller- Dijo Pablo el padre de Guillermo.
-Con mucho
gusto Pablo. Yoli, amor
-Tranquilo
Saúl, ve por nuestro hijo en cuanto aclare tomo un taxi y regreso con María.
El parque
era extremadamente extenso, estarían en la zona Sur sobre el medio día. El
paisaje era maravilloso, todo estaba lleno de colores, las aves trinaban y el
sol estaba en todo su esplendor, era una vista encantadora donde se conjugaban
el aire, la tierra y el agua de una forma única y maravillosa, la carretera
bordeaba la rivera de un río de agua cristalina, pero lo único que logró
emocionarlos fue el ver a lo lejos una persona que saltaba agitando los brazos.
Saúl se prendió al acelerador y llegó hasta esa persona en menos de un minuto y
sintió su corazón saltar de alegría al ver a Renato, su hijo. De un
salto salió del auto y abrazó con fuerza a su hijo derramando lágrimas de
emoción.
- Estás bien hijito?
- Si papá
- No te paso nada?
- No papi estoy bien
- POR QUE DIABLOS NO REGRESASTE
AYER Y NI SIQUIERA CONTESTAS TU CELULAR- gritó Saúl mientras lo sacudía
violentamente por los hombros.
- Papiiii
- Disculpen que interrumpa, pero
que sabes de Guillermo García
- Está en la acampada
- Saúl por favor permíteme llevarme
tu auto para buscar a mi hijo. Conozco la zona puedo llegar sin inconveniente.
- Por supuesto llévatelo te
esperaremos aquí
- Gracias
Ese corto
tiempo le sirvió a Renato para tratar de convencerse de que era un adulto y no
tenía nada que temer, su padre vestía ropa deportiva y por lo tanto su peor
enemigo, el cinturón, estaba a quilómetros de ahí, tenía 22 años, y su padre
había solo lo había regañado de vez en cuando, desde lo de la noticia de la
llegada de Leo, además nadie tenía derecho a decirle nada, o si?
- Llama a tu madre – ordenó Saúl
dándole su celular
- Hola mami….estoy bien, si…..si
mami…tranquilízate por favor….mami no llores…de verdad estoy bien…..si
mami…si….se terminó la batería…si…perdón…lo siento mucho……..perdón…no nunca
más…..lo prometo, si ya vamos para allá….yo también te quiero.
- Muy bien espero que tengas una
muy pero muy buena explicación- dijo Saúl acercándose peligrosamente a su hijo
- Papi yo…
- APESTAS A ALCOHOL. PEDAZO DE
IRRESPONSABLE – de la emoción no se percató de eso antes cuando abrazó a su
hijo, sino hasta ahora.
- NO ME GRITES, SOY UN ADULTO, NO
VIVO CONTIGO, NO TENGO POR QUE DARTE EXPLICACIONES, HAGO LO QUE QUIERA CON MI
VIDA, ES MI VIDA.
- Y YO SOY TU PADRE Y ME IMPORTA UN
CARAJO LO ADULTO QUE SEAS O QUE TE MANTENGAS SOLO.
- NO VOY A DISCUTIR CONTIGO.ME LARGO-
se dio media vuelta y empezó a caminar sin mirar atrás.
Saúl echaba
chispas, sin ni siquiera pensarlo tomo una rama de un sauce que estaba en su
camino y la arrancó de un cuajo, apresuró sus pasos y de dos
zancadas estaba junto a Renato, con su mano izquierda lo su sujetó fuerte de
un brazo, y antes que Renato pudiera decir algo se escuchó un WRAZZZ que
cortaba el aire seguido de un AAAAAAAAAAAUUUUUU
WRAZZZ
WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ
AYAYAYAYAY
NOOOO AYYAYAY PAAAPIIIII NOOOO NOOOO
-MOCOSO DE
MIERDA, A MI ME RESPETAS, VENIR A GRITARME A MI, QUE TE CREES ?
BORRACHO, IRRESPONSABLE Y ENCIMA MAJADERO
Renato se
frotaba angustiosamente su retaguardia, conteniendo las lágrimas acumuladas en
sus ojos, después de todo era un adulto y no lloraría como un mocoso por unos
cuantos varazos dados sobre su pantalón, nunca había sentido un dolor así,
recién entonces podo fijarse en lo que su padre sostenía en la mano, como dolía
esa delgada ramita de sauce aún llena de hojas maltratadas.
QUE ES
ESTO?- y Saúl de un tirón sacó un brasier del bolsillo del pantalón de Renato.
-Papiiii-
dijo Renato en apenas un susurro, dos gruesas lágrimas resbalaron
por sus mejillas cuando cerró los ojos con fuerza deseando fervientemente que
al abrirlos esa prenda hubiese desaparecido, por supuesto eso no sucedió.
-Estabas de
juerga!!!. ESTABAS DE JUERGA Y UNO DESESPERADO PENSANDO QUE TE PASO
ALGO, TU MADRE Y MARIA LLORANDO ANGUSTIADAS Y EL SENORITO DE JUERGA PERO YA
MISMO TE QUITO LAS GANAS DE VOLVER A HACER ALGO COMO ESTO EN LA VIDA.
-Papi
perdón, no quería preocuparlos de verdad-dijo Renato tratando de sonar como una
adulto, algo que no logró ni de lejos.
-Apóyate
sobre ese árbol
-Nooo no
papi, no me pegues- suplicó Renato mientras las lágrimas acudían a sus ojos
como ríos desbordados, deslizándose sin control por sus mejillas, se sintió de
quince años otra vez. Ni rastro quedó del adulto que se mantenía solo, que no
tenía que dar explicaciones y que hacía lo que quisiera con su vida. Solo
estaba un mocoso quinceañero suplicando a su padre que no le diera una paliza.
-Obedece
Renato David Barahona Estévez o te irá mucho peor. Te lo mereces y lo sabes
perfectamente.
- Papiii por
favor- suplicó ya llorando abiertamente.
-AHORA!!
Renato
obedeció a su padre, no había de otra. Se abrazó con fuerza a ese viejo árbol.
De un solo tirón Saúl le bajó los pantalones hasta los tobillos, todo fue tan
rápido que no le dio tiempo a Renato ni para protestar.
WRAZZZ
WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ
AAUUUU AUUUU
AYAYAYAYAYYYYY NOOOO PAPIIII NOOOOO
WRAZZZ
WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ WRAZZZ
AAAAA
PERDOOON PERDONN PAPIIITOOO PERDONNN
Saúl arrojó
la vara hacia el rio, sabía que había sido extremadamente duro con su hijo,
pero era necesario por el bien de Renato y sobretodo del pequeño Leo que
situaciones como estas jamás se repitieran, debía aprender de una vez por todas
a poner en primer lugar a su hijo y actuar en consecuencia con eso y seguro que
esta paliza lo ayudaría a no olvidarlo nunca.
Renato
seguía abrazado al árbol llorando su alma, su cuerpo se estremecía con cada
sollozo, Saúl colocó una mano en su hombro, Renato se volteó de inmediato y se
arrojo a los brazos de su padre que lo abrazó con fuerza y lo llenó de besos
hasta que se calmó.
-Perdóname
papi de verdad no quise preocuparlos, se suponía que no iba a pasar lo que
paso, me deje llevar, no se, quería olvidarme de mis responsabilidades, vivir
un poco, no sé si me entiendes.
-Claro que
te entiendo, chiquito. Pero tienes un hijo y siempre debe ser tu
prioridad, debe estar siempre antes que tú mismo, no lo olvides nunca.
-Jamás lo
olvidaré, lo juro, no podría aunque quisiera-respondió mientras se sobaba su
colita con ambas manos. Saúl le dio un beso en la frente y le ayudó a subirse los
pantalones.
- Ven
siéntate aquí, seguro los García no tardan en llegar- señalando un tronco al
borde de la carretera.
- Ni loco-
respondió Renato poniendo un puchero, lo que provocó una risa en Saúl.
-Entonces
caminemos-dijo Saúl y le pasó un brazo por los hombros a su hijo y juntos
continuaron bajando la pendiente.
Tres suaves
golpes en su puerta lo volvieron a la realidad
-Entra hijo
-Papi ya
arreglé mi cuarto, puedo ver tele contigo un rato?
-Claro mi
amor- y le hizo espacio en su cama, al tener a Leo boca abajo junto a él, en
ese momento le dio toda la razón a su padre, su pequeño era el centro de su
vida y siempre sería su prioridad, incluso antes que él mismo.
:'3 hermoso como siempre y con fotos incluidas pues mas
ResponderBorrarMe encanta como Remató le dice chiquitoa Leo y auch! Que paliza se lllevó en la acampada
Saludos :D
Me encantaron los chicos!! Todos re guapos, jejej!!
ResponderBorrarCath, te quedó muy bello el capítulo, pero yo pensé que Leito sí se salía con la suya =( pero bueno... suerte que Renato fue medio "indulgente" con él =P jijiji... Muy lindo el capi....
Camila
Ufff.... tremenda la que se llevó Renato e.e
ResponderBorrarGata Blau grana lo hiciste de nuevo, sabes he imaginado todos los acontecimientos de ese día del recuerdo de Renato y me dolió el alma, pero oye bonita tengo una duda, que le paso a Guillermo, me lo tienes que contar no se vale si solo nos chismorreas que le paso a Renato, jajajaj por favor si? en tu próxima entrega quiero saber que paso con Guillermo
ResponderBorrarTe aprovechas por que estas de cumpleaños jajajaja
BorrarCathBlueRed
Me encanta tu estilo. Pobrecito Renato y pido lo mismo que Marambra, cuentanos que paso con Guillermo por faa
ResponderBorrarGracias por sus comentarios
ResponderBorrarhasta pronto
CathBlueRed
Supongo que tu tambien estas de cumpleaños jajajajaja
ResponderBorrarCathBlueRed
El ultimo comentario era para ti mi queria amiga anonimo, estoy media dormida.
ResponderBorrarCathBlueRed
Siiii, lo adivinaste, ahora si que no puedes negarte al pedido de dos cumpleañeras jajajajaja
Borrarjajaj yo también quiero saber como le fue a Gillermo
ResponderBorrarOk. Trabajando bajo pedido jajajaja
ResponderBorrarYUPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
ResponderBorrarVenga, que Renato de joven, me recuerda un buen a mi hermano, que se cree de 26 y se comporta como un crio de 13
ResponderBorrar