Marta idola aquí van tus nenes favoritos

Richard estaba sentadito mientras Neal caminaba de un lado a otro, como león enjaulado, sus padres estaban literalmente en la oficina del director… pero no del colegio, sino de FBI!! Y ellos no eran unos niños a los que mandaron al despacho del director por conversar en clase, sino que eran un par de agentes que se habían ido de encubierto sin autorización, para investigar a una banda de falsificadores, y Peter no los había dejado  porque era peligroso. Los falsificadores no tenían escrúpulos; no les importaba para nada eliminar a quienes se les cruzaran en su camino.

Richard escuchó el soplo que tratarían de cambiar un Degas en la mansión de un multimillonario y se las arregló, junto a Neal, para ser contratados de meseros. Y todo iba perfecto. Lo que no contaban era que los agentes de la sección narcóticos hicieran una redada, pues el anfitrión de la fiesta era un conocido traficante,

Los chicos quedaron en medio del fuego cruzado y casi fueron arrestados. El agente a cargo reconoció a Richard, sacó al chico de un brazo y Richard arrastró a Neal con ellos; los sentaron en el auto y llamaron a Hughes, quien, de inmediato, llamó a los padres de los chicos y a ellos los dejó encerrados en la oficina de Peter mientras les contaba con lujo de detalles, lo que había pasado.

“Nos matan” dijo Neal, rompiendo el silencio

“nos matan” dijo Richard, cortando la conversación; no estaba para conversaciones.

“Neal, al auto” le dijo Derek

“Richard, al baño” gritó Peter

“Papá, vamos a casa” le rogó Richard

“al baño, o te zurro aquí mismo”

Richard se fue corriendo al baño, se encerró llorando porque su padre lo zurraría ahí mismo… cómo volvería a trabajar?!! Por qué su papá era tan malo?!!

 Una suerte que Derek conversó con Peter y lo hizo entrar en razón. Y lo agradeció cuando vio a su hijo con lágrimas en los ojos y con una carita de cervatillo.

Lo abrazó.

“vamos a casa” dijo, dándole una palmada en el poto.

El viaje a casa fue una tortura para todos. Los chicos fueron enviados a sus respectivos cuartos,

Derek llamó a Darla para contarle lo último de su hijo, mientras Peter fue a tratar con Richard. Elizabeth llegaría dentro de poco a consolar al nene,

“Hijo, por qué lo hiciste?”

“porque quería cerrar el caso”

“pero te expusiste, hijito”

“no soy un niño, papá. A otro agente lo habrías dejado”

“no lo habría dejado, hijo”

“pero no los castigarías”

“porque ellos no son mi hijo”

“pero no es justo”

“no lo es. Vamos, hijo. Terminemos con esto de una vez”

Peter le acomodó sobre sus rodillas, y comenzó a castigar sus posaderas”

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“no volverás a desobedecer las órdenes”

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“Aay… papá, me duele”

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“papá… te haré caso”

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“no más, tesoro! No puedes exponerte al peligro”

“Nunca más, papá”

“Nunca más, tesoro” dijo Peter consolando a su hijo.

“sólo quería que estuvieras orgulloso de mí” le dijo llorando, se sujetó de la oreja de su padre y se durmió como solía hacerlo cuando era un chiquito y sus otros padres lo castigaban.

En casa de Neal, Darla fue la encargada de castigar a Neal.

“Hijo, como de nuevo estamos en el mismo problema” dijo Darla sentándose en la cama de su hijo.

“mamita” se abrazó Neal con un puchero en la boca.

“no más, tesoro. No de nuevo” dijo mientras lo acomodaba en sobre sus piernas. Le bajó el pantalón del pijama que se había puesto y tomó el cepillo de cabello.

¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK!

“no quiero tener que recibir una llamada donde me digan que mi hijo está muerto” ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! “sólo por una imprudencia”

“Aaay, mamita!! No tan fuerte”

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“Ni que desobedezcas las ordenes de Peter, que son para mantenerte a salvo”

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“auuuu mamita! Ya no más”

“ya no más, mi campeón” dijo Darla acomodándole la ropa y abrazando a su hijo, Derek entró a la habitación para consolar a su hijo.

“eres mi sol, Neal Caffrey” dijo su padre revolviéndole el cabello.

“sí, lo sé!! Soy brillante…”

“brillante, tu trasero” le dijo Derek

“esta idea fue de Richard no mía…”  se defendió.