Capítulo 12
A la mañana siguiente en la casa todo
estaba muy calmado. Julio y Max seguían fuera. César había madrugado y había
salido a correr, Marcos estaba desayunando en el salón mientras veía la tele y
Alejandro y Sebastian aún dormían. Cuando César entró por la puerta le pareció
haberse equivocado de casa, tanta calma, hacía siglos que no recordaba tanta
paz. César se duchó rápidamente y acompañó un rato a Marcos hasta que fue la
hora de ir a la escuela. Marcos comentó que no era justo que Max pudiera saltarse
el cole y él no. Pero César ni le hizo caso, el chico siempre estaba
comparándose con su hermano pero solo en aquellos aspectos que a él le
interesaban. Porque cuando su padre se lo llevó a su hermano por la noche al
bosque Marcos no preguntó porque a él no le llevaban también.
El portazo que dio Marcos al salir,
despertó a Sebastian. Eran casi las ocho, aún podía dormir un poco más pero ya
no tenía sueño. Se levantó muy lentamente y se sentó en la cama. En ese momento
recordó todo lo que había pasado el día anterior. La discusión con su tío, la
discusión con Antonia, la sonrisa de su tío al ver que aún podía intimidarlo.
Sebastian resopló, sin duda, aquel no había sido uno de sus mejores días.
Sebastian se levantó, se desperezó y fue a la cocina a por algo que desayunar
estaba famélico. Como no le apetecía ponerse a cocinar agarró el cuenco más
grande que encontró lo lleno de cereales y leche y se fue al salón a ver un
poco la televisión. Alejandro no tardó en salir también de su habitación cuando
pasó por el salón vio a Sebastian, en ropa interior desayunando cereales, de
repente se sintió como si volvieran al pasado. Y aquello en vez de alegrarle le
apenó, porque todos aquellos momentos que había pasado con su sobrino se habían
visto relegados a un rinconcito muy lejano en su memoria. Durante 5 años cada
vez que pensaba en su sobrino solo sentía dolor, dolor porque una de las
personas a que más había querido lo había traicionado.
- ¿Qué miras? (preguntó Alejandro
sentándose a su lado en el sofá)
- Las noticas (dijo mirándolo
extrañado. Alejandro no parecía nada enfadado).
- ¿Algo destacable?(preguntó Alejandro)
- Pfff no, lo de siempre (Sebastian aparentaba
tranquilidad pero si se observaba más de cerca se posía ver como todos sus
músculos estaban en tensión).
- Apaga la tele, anda, hemos de hablar (dijo Alejandro con una sonrisa)
- Todo lo que teníamos que hablar ya lo
hablamos ayer (dijo Sebastian incómodo)
- No, empecemos Sebastian, Estoy dispuesto a hablar contigo de adulto a
adulto, no lo estropees (dijo Alejandro sin dejar el tono buen rollista que tan poco le iba.
Sebastian tomó aire y respiró profundamente. Sabía que su tío era incapaz de
hablar de tu a tu con él, eso solo era mera fachada)
-
De acuerdo (dijo intentando sonar
sereno y maduro). Te escucho.
- Debiste informarme que ibas a Quickwater, soy el jefe de los Bocha, debo
estar al tanto de todo lo que sucede (dijo Alejandro con total naturalidad. Sebastian lo miraba receloso pero no
le interrumpió). Puede que entre nosotros haya mucha historia que a
nuestras espaldas, pero eso nada tiene que ver con el orden jerárquico. Pensé
que no tendría ni que decírtelo. Pero por lo que comprobé ayer, si que hay que
recordártelo. Soy tu superior, te guste o no, no puedes ir por tu aire. Somos
un clan (poco a poco Alejandro
abandonó el tono informativo para ir adquiriendo un tono más parental. Como
cuando Sebastian era su sucesor y él lo instruía). Que sea la
última vez que actúas a mis espaldas (y hubo una breve lucha de miradas que finalmente quedó en tablas) ahora ve
a por la vara y…
- ¿Qué? Jajajaja ¿estás de broma? ¿en
serio crees que te voy a dejar que me zurres como si fuera un niño?
- ¿En serio crees que voy a pasarte tal grado de insubordinación? (le dijo imitando a su
sobrino) Soy algo más que tu superior. Y eso implica que si me
desobedeces es mi deber amonestarte.
- No me jodas, Alejandro (dijo levantándose del
sofá). No soy ningún crío,
soy más fuerte que tú,,,debes de estar mal de la cabeza si crees
- Soy el leader de los Bocha y como leader te acabo de dar una orden, ve a
por la vara, Sebastian (dijo esta vez en un tono totalmente autoritario. Sebastain sabía que no
podía desobedecer una orden tan directa. Pero todo su cuerpo luchaba contra
aquella enfermiza obediencia ciega que regía los clanes de hombres lobo. Pero
él era un hombre lobo y por mucho que su cerebro le dijera que no tenía porque
obedecerlo su instinto le hizo obedecer).
- Ambos sabemos que esto no es por haber ido a Quickwater (dijo Sebastian entregándole la vara,
quizás tuviera que obedecerle pero no se iba a callar)
- Te equivocas de nuevo, Sebastian. Esto es por haber ido a mis espaldas,
esto es por faltarme al respeto a mi y a nuestro clan, esto es para recordarte
cual es tu sitio y a quien le debes lealtad (Sebastian lo miró extrañado). Si vuelves a socavar mi autoridad una sola vez más, chico, no seré tan
generoso como hoy. (Alejandro lo miró fijamente) Te corregiré al
instante, aunque eso signifique hacerlo delante de tus hermanos, César, tu
chica o los mismos Hof.
- No te atreverás (dijo entre dientes
Sebastian)
- Ambos sabemos que soy más que capaz. Ahora calzoncillos a bajo y sobre la
mesa (sentenció Alejandro y
Sebastian se quedó durante unos segundos mirándolo con cara de idiota. Hasta
que se dio cuenta que no le quedaba otra que obedecerlo).
- ¿Lo estás disfrutando, no? (dijo con odio Sebastian
al verse en una posición tan humillante).
-
Te aseguro que no Zwass (y el primer varazo cayó justo en medio de las pantorrillas haciendo que
Sebastian se levantara de golpe. Pero tras la sorpresa Sebastian respiró hondo
se volvió a inclinar y esta vez más preparado para lo que s ele echaba encima,
se agarró fuerte al extremo de la mesa) Zwass
te aseguro que no disfruto nada con esto (dijo tras dejar caer el
siguiente varazo sobre el trasero de Sebastian. A diferencia de cuando
castigaba a Max o a Marcos, Alejandro no estaba teniendo ningún tipo d
emiramiento cada varazo era aplicado con toda su fuerza y mala idea) Zwass soy el jefe de los Bocha, tú eres
un Bocha, no debería ni que decirte que me debes obediencia, lealtad y respeto (volvió a descargar su
vara sobre el trasero de Sebastian) Zwass Somos hombres lobos, pertenecemos a una
manada, a un clan, a una familia, no vamos por libre Zwass puede que yo no te guste pero soy tu jefe y me
obedecerás, me mostrarás el debido respeto y me brindarás toda tu lealtad Zwass Zwass Zwass Zwass LEVANTA (Sebastian se levantó de
inmediato. No sabía que iba a pasar a continuación. Su tío solo le había dado
10 varazos, aunque terribles, dudaba mucho que su castigo se hubiera acabado
ahí). Ve a esa esquina hasta que te avise
- ¿Estás de broma, no? (dijo Sebastian que no
salía de su asombro)
- ZWASS (y el varazo cayó
sobre el muslo de Sebastian) ¿Chico, he de volver a recordarte que debes obedecerme cuando te dé una
orden? Sebastian. Puedes ir a esa esquina ahora o bien puedes ir a esa esquina tras darte tal
paliza que tardes semanas en sanar ¿qué va a ser? (y la mirada de
Alejandro se oscureció y aparecieron los ojos de la bestia. Sebastian había
visto demasiadas veces ya esa mirada para saber que su tío estaba punto de
saltar. Así que tragándose su orgullo fue a una esquina y se quedó plantado
inmóvil a la espera que su tío le diera la orden de salir de allí)
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