CAPÍTULO 6: LOS SÚBDITOS
Peter inspiró hondo y luego retuvo el aire, con ambos brazos rectos y rígidos, pegados a sus costados y a sus piernas. La postura recordaba bastante a una pose militar y a Chris le resultó bastante gracioso, pero algo le dijo que no debía reírse. Intuía que esos gestos querían decir que su hijo estaba reuniendo determinación para hablar con él, sobre un asunto que debía de resultarle difícil, y por eso estaba actuando como si se fuera a enfrentar a una bomba. Chris se mostró relajado y accesible, como para indicarle que esa bomba no iba a explotar por el momento.
-
Papá…
-
¿Sí?
-
Yo… tengo que bajar al inframundo. Y…y… y no te
estoy pidiendo permiso. Solo…te estoy informando, para que no digas que lo hago
a escondidas. Pero tengo que ir.
Christopher alzó una ceja.
-
¿Conque solo me estás informando? – preguntó, dando
un paso hacia él. Peter retrocedió de inmediato.
-
S-sí…
-
¿Y entonces por qué retrocedes? ¿Es que acaso temes
que me enfade? Sí crees eso, es porque piensas que estás haciendo algo mal.
Peter tragó saliva. Su padre era bastante
bueno usando la psicología, y si no se andaba con cuidado le acabaría dando la
razón casi sin saber cómo.
-
No sé si estoy haciendo algo mal o no…. Sólo sé que
no he ido desde… desde que firmé y tú te enfadaste. Y si ahora soy el rey de los demonios, tendré
que ir…
Christopher le miró a los ojos durante varios
segundos. Ninguno de los dos apartó la vista, aunque Peter se encogió un poco,
como haciéndose más pequeño ante el escrutinio de su padre. Finalmente, Chris
suspiró.
´
-
Irás. Pero será bajo mis reglas. Puede que seas el
rey de los demonios, pero yo soy el padre del rey de los demonios – le recordó.
-
¿Y qué reglas son esas? – preguntó Peter, con
cautela.
Chris estuvo a punto de decir “que yo iré
contigo”, pero sabía que aquello no era la mejor. No porque su presencia
pudiera avergonzar a su hijo –lo cual, en esos momentos, le importaba poco, con
su seguridad en juego- sino porque la presencia de un luz blanca en el
inframundo no solía causar más que problemas.
-
Te llevarás las pociones que yo te de, y las usarás
solo de ser necesario. Y no tardarás más de una hora. Si en una hora no estás
aquí, tu tío, tu abuelo, tu abuela y yo bajaremos a por ti, y no te gustará lo
que pase después, como no hayas tenido un buen motivo para retrasarte.
Peter tragó saliva fuertemente por segunda
vez y asintió.
-
Perfecto entonces. Voy a traer esas pociones.
Christopher se aseguró de aprovisionar a su
hijo incluso más de lo necesario y aún así no se sentía tranquilo. Pero sabía
que una gran parte de ser padre consistía en dejar que los hijos hicieran
aquello para lo que estaban llamados, incluso aunque no pareciera la mejor
opción. Y no es como si pudiera seguirse oponiendo a algo que habían decidido
los Ancianos.
Así fue como Peter bajó al inframundo como
Señor del lugar, por primera vez. En sus otras visitas a aquél infierno, había
ido a matar demonios o a interrogarlos sobre su madre y su origen. Nunca había
ido con un espíritu pacífico y con la idea de gobernarlos. Aún no sabía cómo
iba a hacer tal cosa. Si algo se sabía de los demonios, era que precisamente
eran ingobernables.
Cuando llegó allí, se encontró las cosas
bastante cambiadas. El inframundo parecía algo menos oscuro que la última vez,
casi como si hubieran puesto alguna lámpara allí, pero al mismo tiempo era un
tipo de luz diferente. Peter observó los alrededor con todos sus sentidos
alerta, pero nadie vino a atacarle. Adoptó su forma demoníaca y se fue a buscar
a sus congéneres.
El Arca que Peter tenía bajo su poder, con el
nombre de todos los demonios, le volvía el ser más imprescindible del
submundo. Esa arca le permitía controlar
a todo el que tuviera sangre demoníaca, y por lo visto allí abajo ya estaban
todos enterados. Eso no quitaba que hubiera algún demonio rebelde que quisiera
sacarle del poder. Peter se enfrentó a cinco demonios ese día, y los derrotó a
todos gracias a las pociones de su padre, aunque a uno de ellos le venció con
demasiada fuerza y… lo destruyó. Su familia había matado a cientos de demonios,
pero el se sintió mal por arrebatar aquella vida. Tenía prohibido matar, pero
aquello solo contaba para las vidas humanas. Peter no tenía claro que no fueran
lo mismo.
Otros demonios, más amistosos que los que
quisieron atacarle, habían preparado una especie de salón con un trono. Le
saludaban desde la sombra, asustados.
-
No tengáis miedo… - les dijo. – No vengo a haceros
daño. No quiero nada malo para vosotros… Si no me atacáis, no os atacaré….
Se escucharon murmullos de desacuerdo, pero
nadie se atrevió a alzar la voz.
-
Ya sé… Ya sé que no me creéis. Mi familia se ha
enfrentado a vosotros durante generaciones pero yo…. yo vengo a traer la paz.
Más murmullos, esta vez con más curiosidad
que desaprobación.
-
Con vuestra ayuda, quiero construir un mundo en el
que las personas, los brujos, los luces blancas y los demonios podamos
convivir…
-
¿Y los luces negras?
-
Y los luces negras….
-
¿Y las mantícoras?
-
Las mantícoras también…
-
¿Y los fantasmas? – insistió una voz.
-
Eh… los fantasmas… convivir convivir…lo que se dice
convivir, no sé yo si pueden…. – respondió Peter, poniendo énfasis en el
“vivir”.
Le sorprendió escuchar una carcajada. No es
que nadie le hubiera dicho que los demonios no podían reír, pero le sorprendió
lo humano que sonó, máxime teniendo en cuenta que venía de un tipo de piel azul
y escamas por todo el cuerpo. No fue una risa sarcástica o malvada, sino una
risa de “vaya, tienes razón, que tontería acabo de decir”. Peter le sonrió al
demonio azulado y el tipo retrocedió un par de pasos.
Peter recordó que bajo su forma demoníaca
podía resultar bastante amenazador, así que, tras meditarlo un segundo y con
algo de temor porque eso le haría más vulnerable, recuperó su forma humana. A
un chico delgado de diecisete años no le considerarían tan amenazador.
Esa transformación elevó el volumen de los
murmullos.
-
Es un humano, ya te lo dije…
-
No digas tonterías, tú ves igual que yo que su aura
es la de un demonio completo… Algunos de aquí también se pueden transformar…
-
Pero parece como si esa fuera su verdadera forma…
-
Ya os dije que era hijo de las Embrujadas….
-
Yo creo que es su nieto…
Peter dejó que murmuraran, sabiendo que era
mucho lo que tenían que asimilar. Estuvo atento a ver si alguno de aquellos
susurros se volvía peligroso, hasta que de pronto se escuchó un grito agudo.
-
¡Vete! ¡Vete de aquí! ¡Te voy a matar, asesino! –
chilló la voz.
Peter giró la cabeza en búsqueda del origen
del sonido. Los demonios comenzaron a apartarse, abriendo camino, y finalmente
un…una pequeña cosa grisácea se plantó delante de Peter. Apenas le llegaba por
la cintura.
-
¡Asesino, asesino! ¡Te mataré! – chilló la criatura.
Tenía voz de niño, y algo le decía a Peter
que efectivamente era un niño, a pesar de que él no había aprendido aún a
reconocer la forma y los tamaños de cada tipo de demonio.
-
¿Qué ocurre? ¿Por qué gritas eso? No tengas miedo,
no te haré nada… - le aseguró.
-
¡No, seré yo quien te lo haga a ti!
El pequeño demonio le lanzó entonces una bola
de energía. Peter la esquivó sin mucha dificultad, porque el ataque no había
sido muy potente. Los demás demonios rodearon al pequeño y lo agarraron por las
cuatro extremidades.
-
¿Qué haréis con él, Señor? – dijo uno.
-
Permitidme que lo mate, Bajeza. – pidió otro.
-
¡Basta! – dijo Peter, levantando una mano – Nadie le
hará nada.
El prisionero se revolvía con todas sus
fuerzas, y no dudaba en arañar y morder para intentar librarse de sus captores,
sin éxito. Peter le observó fijamente, con el ceño fruncido, preguntándose qué
debía hacer. Lo primero era conseguir calmar al pequeño, para lo cual hizo un
gesto pidiendo que lo liberaran. En cuanto lo soltaron, la criatura se lanzó
contra él, y le mordió con gran fuerza en el brazo derecho. Peter estaba seguro
de que aquello le haría sangre.
DreamGirl que linda historia...
ResponderBorrarNo se si deje comentarios anteriormente... pero soy de las que lee tu historia como si estuviera comiendo chocolates, me encantan y no puedo comer solo uno :). LO mismo me paso con esta historia, solo que... o no e entrado últimamente o estaba ciega porque no había visto los nuevos capítulos o por decirlo así la segunda temporada.
Me encanta la seria de Charmed y tus gemelos me encantaron, hacen perfecta combinación en la historia :3
Espero que pronto sigas con esta historia.
Dream un placer como siempre leerte, sólo cuatro historias me cuautivaron tanto como para leer los capítulos más de una vez, sólo por gusto y placer, los gemelos y los th de marambra y once historias y esta. En especial esta al serían diferente y presentar situaciones fuera de lo común.
ResponderBorrarNunca vi la serie, pero leí en argumento por curiosidad cuando empecé a leer esta historia y la verdad que la trama de la tuya me pareció mucho más interesante.
Una alegría que vuelvas a retomar la historia, no la dejase abandonada por favor que además de que esta buenísima ahora nos dejaste con la duda de ese niño que apareció.
Me encantan Peter y Nick, y todo lo que vivio Chris con estos chicos. Reconozco que no me gusto el final de la historia cuando la lei hace tiempo, porque despues de vivir y sufrir que quedara de esa forma casi qe QUEEEE... asi que la retomaras me encantaaaa
ResponderBorrarEs un gusto leerte Dream!!
ResponderBorrarYo tampoco vi la serie!!..
Pero tu historia me enamoró!!
Espero continúes pronto!! Porque estoy con muchas dudas!!...