SEIS
VIDAS, SEIS PERSPECTIVAS DIFERENTES
Mayo
de 2019
-Lo
que pasó ayer en horas de la tarde es inadmisible en este colegio, debería darles
vergüenza protagonizar un acto de este tipo. Ustedes pertenecen a un colegio decente con normas claras, es el
colmo que no sean capaces de comportarse como caballeros pero si como animales
salvajes, este caso en especial me ha dado mucho en qué pensar, en los valores
que necesitamos formar en los estudiantes para que salgan a ser productivos y
solidarios para el país, también, el claro mal ejemplo que han dado y la pésima
imagen de nuestra institución, que ayer gracias a sus impulsos, generó un escándalo
que no tiene ningún lado positivo.
-Estamos
muertos –Dijo uno de los cuatro chicos a los que se refería la rectora del
colegio.
-Debimos
haber hablado, yo no tenía nada que ver –Dijo otro mientras se limpiaba el
sudor de las manos en el pantalón del uniforme.
-No
hacer nada para impedir las cosas también es ser cómplice ¡idiota! –Dijo
Gustavo, de repente el sintió la necesidad de defender a su amigo que no estaba
presente, era culpa de esos idiotas y quería que les fuera mal.
-Hemos
sido muy tolerantes este año –Siguió hablando la rectora. –Pero esto fue la
gota que colmó el vaso, los seis implicados van a tener un castigo ejemplar
para que precisamente los demás alumnos piensen dos veces antes de actuar de
esa forma. Ayer el concejo directivo se reunió y entre todos hubo la decisión
unánime de que los estudiantes Andrés Santamaría, Alejandro Castiblanco, David
Villamizar, Juan Felipe Ospina, Esteban D´Caldas y Santiago Pratt de cuarto
queden inmediatamente expulsados de nuestra apreciada institución en base a las
reglas 6.3, 8.7, 25 y 29.1 del manual de convivencia. Además, quiero advertirle
al resto de ustedes que la próxima falta de este calibre que se presente en el
colegio va a ser inmediatamente informada a la policía para que sean ellos los que
tomen las acciones pertinentes y el nombre del colegio no se vea afectado.
-Mierda…
ahora si me van a matar –Dijo otro de los chicos a punto de llorar, era su fin.
Y lo peor, había ocurrido a vista de TODO el colegio, lo que habían hecho si
era grave pero no tanto.
-Me
cagué la vida gracias a ustedes… -Dijo el último que faltaba por hablar, él no
se sentía muy culpable, es más, según él, él era otra víctima, para él estuvo
en un mal lugar en el tiempo equivocado.
-Lo
dices como si jamás hubieras hecho nada pendejo, todo empezó por sus ideas de
creerse superiores –Dijo señalando a sus tres amigos -Ahora quítense ¿sí? ya
que nos expulsaron, estamos sin colegio y nuestros papás están presentes
prefiero ir a ver su reacción antes de que me busquen a mí –Dijo empujando al
que habló antes, claramente afectado.
-No
lo sé, pero yo si estoy seguro de que no los voy a volver a ver –Dijo el
tercero que habló ya con los ojos aguados, sabía que a raíz de este problema su
vida iba a cambiar completamente….
Cuatro
meses atrás…
David
-Buenos
días mi amor –Entró la mamá del chico a su cuarto, no le importaba mucho su
privacidad ni su edad aún le encantaba el hecho de poder despertar a sus hijos.
-Mmmm
–Medió rugía David no tenía muchas ganas de levantarse para ir al colegio.
–Cinco minutos.
-No
hijo, ya es hora –Dijo la señora con cariño, quitándole las cobijas al chico,
algo fastidiado se levantó, cogió el uniforme y se metió a ducharse.
Esteban
En
su cuarto trataba de ponerse bien la corbata del colegio, odiaba ponerse eso
alrededor de su cuello pero si no su papá iba a molestarse otra vez, cosa que
no era para nada extraña.
-Joven
está servido el desayuno –Escuchó la voz de una de las señoras que solían
preparar la comida. Se apresuró a bajar, sus padres siempre insistían en
desayunar juntos, según Esteban por pura apariencia.
-Buenos
días –Dijo el chico mirando a sus padres y hermanos antes de sentarse y poner
la servilleta en su regazo.
-He
estado pensando mucho, quiero que empiecen a tomar clases de mandarín en las
tardes –Dijo su papá bastante serio, no había sido una invitación, era un
orden.
-Pero
yo no quiero, no me llama la atención ese idioma –Dijo Esteban.
-Como
siempre tú molestando Esteban, no me interesa tu opinión, ese idioma es el que
más gente habla en el mundo y ustedes lo van a aprender. –Comenzó a alzar un
poco la voz, siempre tenía que chocar con Esteban.
-Sí,
señor –Dijeron los tres chicos, solo para que pudieran irse tranquilos al
colegio.
-Hoy
iremos a un coctel del partido, así que vendremos tarde niños, hagan sus tareas
–Dijo la mamá al mismo tiempo que contestaba un mensaje de whatsapp.
-Hoy
tengo práctica de polo papá, necesito que alguien pase por mí al colegio y me
lleve el equipo –Dijo Isabella.
-Por
supuesto que si hija, le diré a Pérez –La niña sonrió. Apenas terminaron de
desayunar se fueron al carro donde estaban el conductor y dos escoltas.
Santiago
Madre
e hijo estaban desayunando, sostenían una charla animada hasta que su mamá otra
vez empezó con lo mismo, pensó Santiago.
-¿Hijo
si te tomaste las pastillas? –Preguntó algo preocupada, y es que últimamente
cuando el chico no se las tomaba por cualquier razón comenzaba a ponerse
agresivo con las personas.
-Si
mamá –Contestó rodando los ojos.
-Hijo,
sé que es molesto que te lo repita todo el tiempo, pero trata de mantener la
calma, nadie está contra ti y es importante que puedas conocer gente de tu
edad. –Decía preocupada por el chico.
-Lo
sé… voy a tratar mamá, en serio. –Lo dijo para disminuir los nervios que sentía
su madre y de paso para tratar de creérselo.
-Bueno
amor, te llevo al colegio –Dijo la señora parándose de la mesa, deseando que su
hijo tuviera un buen día.
Andrés
El
chico se levantó de golpe, no lo había despertado nadie, se ducho y vistió
prácticamente en tiempo récord y bajó esperando a que Gloria, su querida “nana”
le diera algo para desayunar.
-Buenos
días Gloria –Dijo el chico amablemente. –Pensé que me ibas a despertar antes.
-Buenos
días Andrés, lo iba a hacer, pero su padre insistió en que lo dejara dormir.
–Dijo la señora ustedandolo, sabía que al chico no le gustaba, pero eran
órdenes de su padre, un hombre que bajo su punto de vista era muy cambiante; a
veces estaba alegre y trataba a su hijo con cariño, otras solo lo regañaba y la
gran mayoría del tiempo actuaba como si Andrés fuera su amigo lejano.
-Ash
¡bueno! aunque igual, al menos debió decirme adiós porque yo no tengo idea de
cuando regrese de su viaje. –Dijo algo triste, notó que Gloria se dio cuenta de
su comentario infantil por lo que rodo los ojos fingiendo que poco le
importaba.
-Para
eso existe el celular, más bien apúrate a comer porque la ruta acaba de llegar.
–Dijo Gloria apurada, olvidando eso de ustearlo.
-No
te preocupes, que se vaya la ruta…. Hoy iré al colegio en carro –Dijo
poniéndose de pie y cogiendo las llaves de su carro, a su papá no le gustaba
que se fuera al colegio manejando, pero, no se iba a enterar. Además, tenía que
estrenar su pase de conducción.
-Andrés,
pero –Iba a comenzar, pero el chico la calló.
-Es
la única forma de que llegue al colegio… además nadie se va a enterar, será
nuestro secreto de Estado –Picó el ojo Andrés y comió lo más rápido que pudo,
Gloria simplemente negó con la cabeza.
Alejandro
¿Por
qué? ¿Por qué? ¿Por qué la vida me odia? Mis papás al menos deberían esperarme,
ni plata me dejaron, ¿Por qué? Yo entiendo que mi hermana no está bien, pero yo
también existo ¿Por qué? Me va a tocar ir en bus porque no me alcanza para
nada.
“Aunque
un Beat puede servirme”, pensó. Al final el chico se decidió por eso, lo pidió
y pagó con su reciente tarjeta, lo único en lo que aún le ayudaban sus padres,
al menos desde su punto de vista.
Llegó
al mismo tiempo que Andrés, según su reloj era bastante tarde pero a ninguno le
preocupaba mucho que les pusieran un retardo.
-Hola
–Dijo primero Andrés sonriendo, tenía que empezar a traer el carro más seguido.
-Hola
–Contestó Alejandro con algo de molestia en su voz, aún seguía molesto con sus
padres.
-¿Está
bien? ¿Qué le pasó? –Preguntó Andrés dándose cuenta que algo le pasaba a su
amigo.
-¡Lo
de siempre! yo no entiendo por qué putas la gente tiene hijos si los va a dejar
tirados. –Contestó el chico haciendo aún más evidente su ira.
-Cálmese
Alejo, yo lo entiendo, pero en el fondo es mucho mejor que eso pase, así ya no
van a estar encima suyo, lo que quiere decir que no lo van a regañar por nada.
–Andrés ya tenía experiencia en el tema, su papá siempre viajaba y bueno, su
mamá vivía en otra ciudad con sus otros hijos.
-Tiene
razón, es que hoy no me trajeron y ni plata me dejaron –Ese fue un intento de
desahogo de Alejandro.
-Jajaja
a mí tampoco me despertaron hoy y por eso mismo llegué hasta ahora, aunque
traje el carro –Dijo emocionado Andrés.
-¿En
serio? Tenemos que hacer algo hoy entonces –Dijo y Andrés asintió antes de
entrar al salón de clases, fue como si ambos olvidaran el tema de conversación
que llevaban antes.
-Hola
–Dijo David chocando la mano con ambos chicos, lo mismo hicieron con Esteban.
-¿Y
Juan? –Preguntó Alejandro, normalmente él siempre llegaba primero al colegio.
-No
sé, a lo mejor usted ya le prendió la maña de no venir –Contestó Esteban
mirando a Andrés, haciéndolos reír a todos.
-Que
pendejo, sinceramente –Dijo Andrés fingiendo estar ofendido. –Por cierto, traje
el carro así que espero que hagamos algo o ¿Miedo?
-NOOO
DE UNA –Gritaron los cuatro al unísono.
Las
clases transcurrieron normal, aunque física fue insoportable para David. En el
descanso Esteban y Alejandro pidieron permiso de hacer un trabajo a lo que sus
padres accedieron fácilmente, David le pidió a su mamá permiso de que sus
amigos pudieran ir a la casa, también a hacer una tarea.
Los
chicos salieron eufóricos, se subieron al carro presumiéndolo y estuvieron
cerca de dos horas dando vueltas por la ciudad sin rumbo. Cuando eran las 5:30
Andrés estacionó el carro al frente de un pequeño supermercado, ahí comprarían
algo de alcohol.
-¿Quién
va? –Preguntó. Todos eran menores de edad y debían aparentar ser mayores para
que les vendieran lo que querían.
-Les
doy la cédula de mi hermano si alguien más va –Dijo David mostrándola.
-Yo
voy, para que vean que no soy nada gallina. –Dijo Esteban bajando del carro. A
los pocos minutos salió sonriendo y con una bolsa que contenía cervezas y algo
de vodka.
-¡Genial!
¡Va a estar genial! –Dijo Andrés arrancando y manejando lo más rápido posible a
la casa de David. Como el chico lo suponía, no había nadie en casa, sus padres
estaban trabajando y sus hermanos mayores
debían estar en clase.
-Bueno
mi casa es la suya, ahora tomemos –Dijo el chico tirando su maleta del colegio
en el sofá.
-Esto
es genial, deberíamos hacerlo todos los días. –Dijo Andrés alegre.
-Antes
tomen un shot de esta belleza –Dijo David mostrándoles una botella de coñac.
Como
era lógico, los cuatro adolescentes se terminaron en menos de 10 minutos la
botella de coñac. Ninguno de ellos era experto tomando así que al menos se
sentían algo prendidos cuando se terminó, durante el resto de la tarde y hasta
cerca de las 8 pm continuaron haciendo retos, siguieron tomando hasta que
Esteban no aguantó más y vomitó en la mesa delante de todos.
-AHGGG
que sucio –Dijeron los otros chicos a la vez para luego reírse, no eran para
nada conscientes de lo que ocurría.
-Me
siento un asco –Dijo Esteban vomitando de nuevo justo en el momento en que
Julián, hermano de David y su mamá entraron a la casa.
-WTF
–Dijo Julián aguantando la risa, su hermano iba a morir en poco tiempo.
-Jejejejeje
comenzó a reírse Andrés sin entender muy bien la presencia de esa gente en la
casa.
-¿David?
¿Qué es esto? ¿Chicos? ¿Están borrachos? –Medio gritó la señora algo asustada y
molesta, no podía creer que su bebé tomara alcohol ni tampoco que otros tres
chicos estuvieran tirados ahí en medio de su casa.
-Uy
señora… no grite que no estamos tan tan sordos jajajaja –Dijo Alejandro con la
voz tomada.
-¡Por
Dios! voy a llamar a sus papás ahora –Dijo la señora entre amenaza y terror,
había sido muy irresponsable al permitir que su hijo comprara alcohol o mejor
dicho al no enterarse de lo que había pasado. –Y tú ponte de pie –Tomó a David
del brazo furiosa, iba a matarlo cuando estuviera en sus cinco sentidos, lo
subió a su habitación con ayuda de su otro hijo, le puso el pijama y lo dejó
profundo en su cama.
Mientras
eso ocurría Andrés y Alejandro volvieron un poco a la realidad y asustados con
la idea de que los acusarían con sus padres, sobre todo por Esteban, se
pusieron de pie y de forma completamente irresponsable se subieron en el carro
de Andrés y arrancaron sin pensar en absoluto lo peligroso que es conducir bajo
efectos del alcohol.
Casa
de David
La
mamá del chico preocupada por otros niños se apuró en encontrar los números de
los padres de estos, quería que los recogieran rápido. El primero que encontró
fue el de la casa de Alejandro, pero luego de unas diez llamadas nadie
contestó, el celular del papá de Andrés tampoco lo tenía así que como última
ficha llamó al papá de Esteban al tiempo que su hijo del medio llegó con la
nueva noticia.
-Mamiii
los amigos de David se fueron, dejaron la puerta abierta, y creo que venían en
un carro ¿Qué hacemos? ¿Será que se van a matar? –Preguntó muy sincero el chico
y lo dijo justo en el momento en que el señor D´Caldas cogió el teléfono.
-Buenas
noches –Sonó una voz seria al otro lado del teléfono.
-Buenas
noches, habla con María Dueñas, la mamá de David Villamizar, amigo de su hijo
Esteban –El hombre no entendía el motivo de la llamada, pensó que era algo de
las molestas madres sobreprotectoras del colegio.
-Bueno
¿Ocurre algo señora? –Preguntó el señor queriendo colgar la llamada, tenía
cosas más importantes que hacer antes de estar escuchando a las mamás de los
compañeros de su hijo.
-Bueno,
sí señor, es que los chicos vinieron a mi casa y se pusieron a tomar alcohol,
se pusieron muy mal, ¿sabe? –Dijo la señora.
-¿Y
usted permitió eso? ¡Los chicos tienen 15/16 años! –Medio gritó el hombre
comenzando a enojarse.
-Yo
no me encontraba en mi casa, mi hijo nunca había tomado alcohol, no creo que
haya sido su idea –Dijo buscando defenderse.
-Tiene
razón, pero ¿Dónde están ahora? –Preguntó, ahora sí, Esteban se había ganado
una paliza y no lo iba a pensar dos veces.
-A
decir verdad no lo sé, se fueron en un carro, no sé qué hacer en este momento
–Dijo sincera.
-No
se preocupe, yo me encargo –Dijo sonando bastante amenazador antes de cortar el
teléfono. La mamá de David se quedó sin saber qué hacer, no quería dejar solos
a sus hijos así que se puso a preparar comida y a rezar para que los otros
chicos llegaran bien a sus casas.
Alejandro
Los
tres chicos iban en el carro riéndose como locos, no sentían que corrieran
peligro, se dirigían a la casa de Alejandro. Cuando llegaron el chico se bajó
del carro despidiéndose efusivo, después de todo ya no se sentía tan mal con su
vida, al menos aún tenía amigos.
Consiguió
abrir la puerta luego de unos veinte minutos de estar tratando de poner la
llave sin éxito. Subió con calma las escaleras, recordó que su mamá había
viajado a Argentina así que estarían sin ella por una semana y se percató que
su padre estaba en el cuarto de su hermana dormido en el sofá, seguro se había
quedado ahí hasta que se durmiera, en cierto sentido quería que su papá fuera
igual con él, la envidia que empezaba a sentir por su hermana iba en aumento.
Decidió
no seguir ahí, así se aseguraba de que nadie se diera cuenta por lo que avanzó
lentamente hasta su cuarto, tiró su mochila del colegio por ahí y apenas tocó
la cama cayó rendido completamente seguro de que sus padres no se habían dado
cuenta de nada.
Andrés
“Sabía
que estaba borracho y que era medio idiota de mi parte manejar así, y peor a
mis 16 años, pero no podíamos quedarnos en casa de David y menos teniendo en
cuenta que su mamá quería hablar con nuestros padres. Sé que conmigo no hay
problema porque mi papá ni siquiera está en el país pero los de Alejandro y
sobre todo los de Esteban si pueden matarlos por mi idea”. Pensaba
Andrés mientras llegaban a donde ambos chicos vivían, era un conjunto lujoso
con apartamentos dúplex y casas, Andrés vivía en uno de los apartamentos y
Esteban vivía en una casa.
Esteban
aún seguía riéndose, casi ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor, ni cuenta
se había dado cuenta de que parte de su uniforme estaba lleno de vómito.
Andrés, ya más consciente trataba de idear un plan en el que Esteban llegara a
su casa sin que nadie se diera cuenta de su estado.
-¿Se
puede parar? –Le preguntó a Esteban cuando ya había parqueado a su manera el
carro.
-Claro
–Dijo el chico sonriendo y a punto de abrir la puerta del carro.
Andrés
quiso relajarse con la idea de que ya no tendría que arrastrar a nadie pero no
se esperaba que alguien abriera la puerta y sacara a Esteban con tanta
facilidad de un jalón. Comenzó a escuchar gritos por parte de una voz conocida
para él, la del papá de Estaban y pensó “mierda, ya se enteró”.
-¿Qué
mierda tienes en la cabeza cuando se te ocurre tomar alcohol? ¿Cuántos años
crees que tienes mocoso de mierda? –Andrés comenzó a asustarse, a él su papá
jamás lo había gritado así y no le parecía muy normal que digamos.
-YAAAA
YAAA PAPÁ –Gritó Esteban ya un poco más consciente de la situación.
-NADA
DE YAA PAPÁ, ESTEBAN yo lo mando a usted al colegio a aprender no a pendejear
después de clase e irse a tomar alcohol y mucho menos aceptar irse en un carro
con otro mocoso que apenas sabe manejar –Andrés cada segundo que pasaba se
asustaba más, el regaño acaso ¿Era por su culpa?. –Y LO PEOR ES QUE SE MONTARON
EN UN CARRO DONDE OTRO MOCOSO BORRACHO MANEJABA ¡Es una completa
irresponsabilidad eso que hiciste! tu no debes tomar, tampoco huir de los
lugares y mucho menos subirte a un carro donde el conductor esté bajo efectos
del alcohol ¡Y COMO A TI NADA TE GUSTA POR LAS BUENAS ME VA A TOCAR POR LAS
MALAS ENSEÑARTELO! YO SOLO ESPERO QUE NO LO VUELVAS A HACER ESTEBAN.
Un
asustado Andrés vio como tras decir eso el hombre se sacó su correa, tomó
fuertemente a Esteban y comenzó a pegarle, el chico sentía que estaba
alucinando, era como ver algo imposible, estaba en shock, ni siquiera hizo el
intento de moverse o bajarse del carro.
ZAS
ZAS ZAS AUUU ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS AYYY ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS YA ZAS ZAS ZAS
ZAS ZAS ZAS ZAS NOOO ZAS ZAS ZAS AUUU ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS AYYY ZAS ZAS ZAS
ZAS ZAS YA ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS NOOO
Esteban
gritó como nunca antes en su vida, su padre había sido bastante duro y él ni
había entendido bien lo que acababa de ocurrir, para él Andrés jamás había
estado. Cuando su padre terminó, intentó caer rendido al suelo pero su padre no
se lo permitió sino que lo siguió gritando y arrastrándolo hacia su casa.
Andrés,
cuando dejó de escuchar los gritos y sintiéndose más seguro, se bajó del carro
algo asustado y corrió lo más rápido que pudo hasta su casa.
Estaba
muerto del miedo, no sabía qué pensar ni qué hacer, solo tenía claro que el
papá de su mejor amigo era peor de lo que imaginaba. Entre sus bolsillos buscó
la llave de su casa, cuando abrió la puerta rápidamente la cerró y corrió hasta
su cuarto, quería hablar con alguien, específicamente con alguno de sus padres.
Tomó
su celular casi temblando, no podía creer lo que acaba de presenciar, le mandó
un mensaje a cada uno de sus amigos a ver si alguno le decía que estaba bien
pero eso no ocurrió. Hizo el intento de llamar a Esteban pero su celular estaba
apagado, después llamó a sus padres pero como raro ninguno de los dos le
respondió, así que decidió dormirse. Quería descansar y despejar su mente de lo
que acaba de ver, era algo casi increíble, tenía que hablar con Esteban si es
que al otro día ambos iban al colegio.
Auch pobre chico como le pegan enfrente del amigo!!
ResponderBorrarQue desconcideración por parte del papá!!
Pero quiero saber porque los expulsaron!! Me dejaste con esa duda!! Así que te voy a estar shingando para saber aunque no creo que te extrañe si es algo que hago diario jajaja
Gracias amigo!!