-
Te había
dicho que no podías ver esa película. Es para mayores de 18. – dijo Evan,
bastante contrariado, mientras cogía el mando y apagaba la televisión.
-
¡Eh! ¡Qué
haces! – protestó Diego, intentando coger el mando.
-
No vas a
verla, Diego, y estás a un paso de quedarte sin televisión por una semana. Y
eso incluye los videojuegos.
-
Y una
mierda me vas a dejar tú sin televisión. Dame el mando.
-
No.
-
¡Que me
lo des!
-
Diego, he
dicho que no. Vete a hacer deberes, a leer un libro o a recordar tus buenos
modales. Me da igual, pero no vas a ver esa película.
-
Intenta
impedírmelo – replicó Diego, y se levantó del sofá para cambiar manualmente.
Craso error, porque Evan le interceptó y le volvió a llevar al sofá, pero no
para sentarle sino para ponerle sobre sus rodillas. Por si a Diego le quedaba
alguna duda de lo que iba a pasar, le bajó los pantalones y la ropa interior.
-
Acabas de
cumplir los trece años. ¡No puedes ver películas para mayores!
PLAS PLAS PLAS PLAS
-
¡Ay!
-
A mí me
hablas con respeto
PLAS PLAS PLAS PLAS
-
Auch!
¡Yaaa!
-
Y si te
digo que no a algo, significa NO.
PLAS PLAS PLAS PLAS
-
¡Au!
¡Duele!
-
¿Quedó
claro?
PLAS PLAS
-
Síiii.
Muy claro.
-
Bien.
Pues ahora a tu cuarto y ni se te ocurra acercarte a la televisión ni a
cincuenta metros.
Diego se levantó, se colocó la ropa y miró a su padre antes de irse. Le
temblaron un poco los hombros.
-
¿Vas a
llorar?
-
No me has
abrazado. – gimoteó, y realmente parecía que las lágrimas se le iban a salir.
Evan suspiró.
-
Ven aquí,
mocoso. – llamó, con cariño, y le rodeó con los brazos. Diego se puso a hacer
ruiditos mimosos, como si quisiera recordarle a Evan que era su niñito. –Si es
que lo buscas tú sólo. ¿Acaso te gusta hacerme enfadar?
-
No. Me
gusta que me mimes.
-
Estamos
de suerte, porque eso también me gusta a mí – dijo Evan, sonriendo un poco, y
le dio un beso.
Pero si el solo quería ver una peliculita jejeje me encanta "No. Me gusta que me mimes." lo ame
ResponderBorrar