Gael Montero
Todos los niños jugaban y se divertían en el parque de
diversiones menos el pequeño de los Montero.
Había una infinidad de juegos pero solo a Gael Montero
un chiquillo de ocho años se le ocurre pelear por el lugar de un juego.
El juego era por turnos pero al parecer Gael tenía
mucha prisa de que su papito no lo descubriera ya que tenia advertidas unas
nalgadas por si se llegaba a ocurrírsele pasar por ahí, ya que algunos años
atrás el papa había presenciado un accidente de otro niño, no, no de cualquier
niño, sino su hijo mayor Alfredo Montero, a quien tampoco habían dejado subir
ahí, por suerte no le había pasado nada pero quien le quitaba al papa el susto
que se llevo.
Gael había querido quitar a un niño más grande que él,
no se sabe si de edad también o nada mas de estatura y tamaño, pero a pesar de
eso Gael quería subirse así que lo empujo, aquel niño no se dejo y terminaron
en una pelea con puños y patadas.
Octavio Montero vio a su hijo arriba de otro niño y
corrió a separarlos. no tardo mucho, porque Gael nada más ver a su papa y se
levanto rapidísimo. Octavio checo que no tuviera ninguna herida grave y no, así
que le dijo a su hijo que lo siguiera.
Caminaron papa e hijo al baño, Gael con la cabeza
gacha, cuando entraron:
-
Que
paso ahí afuera?
-
Yo
solo quería subirme- Gael bajo mas la mirada y casi ni se le escucho lo que
decía.
-
Y
por eso empujas a los demás y por eso peleas?
-
Yo quería…
-
Eso
no se hace, hay formas de tratar con la demás gente, aparte de eso yo te prohibí
que fueras ahí!
-
Es
que tu eres injusto no me va a pasar lo mismo que a Fredo! Y casi ni le paso
nada, solo le salió un moretón en la rodilla!
-
Y un
dolor al sentarse por desobedecerme!
Gael abrió mucho los ojos recordando la advertencia de
su papa y le iría peor por la pelea!
-
No
Papi No!- Gael suplicaba con unos enormes ojos.
-
Si!
Octavio metió a su hijo en el baño para tener más
privacidad, era un parque algún niño antojado podría entrar, cerró la puerta y
fácil podría torturar al niño ahí que con tanto grito de afuera no se escucharía
nada de nada. Le bajo los pantalones y le puso sobre sus rodillas y comenzó lo
prometido.
A los ojos de Gael su papa le dio como mil nalgadas,
pero lo que en realidad le dio fueron solo veinticinco palmadas y Octavio ya no
pudo mas con el llanto de su bebe, el más pequeño de la familia. Cuando
volvieron al parque, Gael o se separaba de su papa y cada vez que pasaba por
aquel juego que había tenido la culpa de todo cerraba un poco los ojos como
diciéndole. “Vas a ver a la salida”.
¡Si es que la culpa es del juego!
ResponderBorrarGruuuuuu si la culpa es de papá por ser un exagerado... pero ese juego se las va buajajajaja
ResponderBorrarMERYCITA..... permiteme el atrevimiento de usar el diminutivo en tu nombre, es un cariño.....
ResponderBorrartu has sido el cohete de colores en el firmamento de mi alegria, jajajaj si, tus niños, las escenas, los conflictos, las situaciones planteadas, las edades, los errores, los amores, los perdones los llantos y las risas han diso a pedir de boca, adore a tus nuevo hijos
OH MENTE PROLIJA, sigue, sigue sigue, no se cual pedirte que la continues, de verdad, me han gustado todas......... sin excepcion alguna
MIS FELICITACIONES NIÑA LINDA SIGUE ADELANTE JAJAJA ( YA SE SUENO A PROFE, PERO NOOOOOO, NO LO SOY, SOY UNA HUMILDE LECTORA Y ESCRITORA AFICIONADA QUE SE CUANDO UNA PERSONA TIENE MADERA PARA ENGANCHAR)
FELIZ AÑO NUEVO Y FELIZ REYES
Oh Mery! Que bellos tus cortos muy tiernos y picarescos a la vez me han encantado.
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