La Historia de André. Cap. XVIII

La Historia de André. Cap. XVIII

Hola de nuevo, le cuento que mi tía viene de visita, nunca perdí contacto con ella, siempre nos comunicábamos por Skype, le contaba cómo me trataban en casa, siempre omitiendo los detalles de los castigos que nos imponía papá, pero esta vez le conté todo hasta le dije de la paliza que me dio papá por empujar a Estela, y en lugar de consolarme se enojó mucho conmigo y me regañó bien feo hasta llego a decir que si ella estuviera aquí, me hubiese dado unos buenos correazos y no solo las palmaditas que me dio Juan Fernando.

Palmaditas, si claro palmaditas según ella, no tiene idea de lo pesada que es la manota de papá, ay, me duele solo de recordarlo, pero sé que la saque suave, aunque jamás lo admitiré, me merecía algo mucho peor por tratar así a Estela.  Mi tía incluso habló con ella, se disculpo por mí y le pidió en nombre de mi madre que me perdonara, fue la segunda vez que hablaban ya que hace unos meses lo hizo para agradecerle por todo lo que estaba haciendo por mí.

Lo bueno de todo esto es que  se que Estela de verdad me quiere, si ahora lo sé, estoy seguro, lo que menos esperé es que en una situación como esa, me defendiera de papá como si de su propio hijo se tratara, estoy feliz, ahora no tengo duda de que lo que siente por mi es de verdad y eso hace que desde ese día a pesar de su terrorífica promesa, la trate mas cariñosamente casi casi como lo hacía con mamá.

Cuando mis hermanos llegaron a la casa de sus clases de matemáticas me encontraron aun en los brazos de Estela, yo sentí terror sabia que mis hermanos estaban en todo el derecho de reclamarme, pero cuando preguntaron Estela les dijo que fue solo un mal entendido pero que ya todo estaba aclarado y que se prepararan para ir al cementerio a visitar la tumba de mi mamá.  Fuimos todos, yo le pedí a Estela que se sentara con el Fer y conmigo en el asiento de atrás y ella accedió de inmediato, necesitaba su cariño saber que de verdad me había perdonado, durante todo el camino estuve semirecostado sobre su hombro, no fue un viaje muy cómodo para mi tr…. y ella pasaba su manos por mi cabello y me besaba la cabeza de vez en cuando. Creo que el Fer estaba un poco celoso ya que cuando regresamos le pidió a Estela que se pusiera en medio de los dos, ella solo sonrió y en el regreso nos mimo a los dos por igual, fue un poco extraño pero me sentí muy bien.

Paso algo muy bonito cuando estuvimos frente a la tumba de mamá, bueno siempre teníamos como un ritual, la persona que quería hablar con mamá lo hacía a solas o con quien quisiera y los demás se retiraban a comprar helados afuera del cementerio, en muchas ocasiones papá pedía momentos a solas para hablar con ella, a veces conversaba con ella con todos presentes, todos hacíamos lo mismo hasta Estela, ese día yo quería estar a solas con ella unos momentos. Pero cuando se retiraban lo pensé mejor y le pedí a Estela que se quedara conmigo y tomados de la mano empecé a hablar con mamá.  Quería contarle lo que sucedió esa tarde.

-Hola mamita, te cuento que papi…. papi nos castigo por pelearnos entre nosotros y que que….en la escuela me va bien, Estela es muy buena conmigo, estoy bien mamita, te quiero y te extraño mucho.

Al final no me atreví a decirle nada, me sentí incomodo, demasiado avergonzado, sabía que le había fallado, ella siempre me inculco el respeto a los demás especialmente hacia las mujeres, así que no le dije nada.

Pero cuando tiré de la mano de Estela para irnos ella me sujeto con fuerza y empezó a hablar

-Hola Emilia, André tiene algo que decirte. Verdad André?

-Qué?- le dije mirándola sorprendido

-Anda André dile a tu mamá lo que hiciste

-Noooo…no Estela, no quiero-le rogué

-Chiquito, díselo eso hará que te sientas mejor, no tengas miedo, ella ya lo sabe, pero es bueno que tú te confieses con ella, si quieres te dejo solo- me soltó la mano y dio unos pasos.

Estela tenía razón, sentía un nudo grande en mi garganta me costaba mucho confesarle a mi madre mi pésimo comportamiento sabía que de ella estar con vida se habría sentido muy avergonzada de mí y eso me mataba. Había aprendido a confiar en Estela y lo menos que podía hacer era obedecerla, además realmente necesitaba quitarme ese gran sentimiento de culpa que me estaba matando a pesar de que papá ya me había castigado y de que Estela me había perdonado.  Me sentía muy mal realmente mal conmigo mismo.

-No, no Estela quédate, por favor- le pedí

-Bueno bebe- y regreso a mi lado así que yo llene de aire mis pulmones y empecé a hablar

-Mami yo…yo me porte muy mal con Estela, yo uffff  yo la em.. la empuje mamá. Sé que…que seguro estarías más que molesta conmigo, siempre me enseñaste a no usar la violencia y a no descargar mis frustraciones ni mi ira por medio de la agresión y te fallé mamá…..te fallé…..todo por un mal entendido. Siempre me dijiste que primero debía calmarme, analizar la situación en frio y luego hacer las averiguaciones del caso, con el debido respeto y comedimiento, siempre de forma civilizada.  Pero pensé que hablaban de ti y solo reaccioné, me comporté como una bestia mamá. Lo siento mucho mamita de verdad que si, ya le pedí perdón a Estela y sabes?..ella me perdonó y hasta me defendió de papá…que si no ….segurito ni siquiera hubiese podido sentarme para venir a verte.  –y se me escapo una sonrisa, realmente me sentí bien, me sentí liberado al contarle todo a mamá. Tome aire nuevamente y mire directo a los ojos de Estela por primera vez desde que sucedió todo y le dije con voz fuerte y solemne

-Estela te prometo ante mamá que jamás, jamás volveré a agredir a una mujer, nunca. Te quiero mucho Estela gracias por quererme.

Dos gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas y de inmediato me tomo entre sus brazos y me lleno de besos, sin decir ni una sola palabra, no  era necesario.