martes, 29 de julio de 2014

EL ARTE DEL GRAFITTI


EL ARTE DEL GRAFITTI

Camila estaba complacida esa semana le entregaron sus calificaciones y eran más que satisfactorias incluso había logrado superarse en matemáticas que era su ramo más flojo, por lo que caminaba sonriendo sin ver más allá pasando por un pasillo particularmente solitario apenas se fijó en una figura que a lo lejos parecía que rayaba una pared cuando logró acercarse lo suficiente pudo ver que era un chico llevaba una capucha y salió corriendo al verla sin que pudiera verle la cara.

Se quedó con la boca abierta al ver el grafiti que adornaba ahora la pared de su escuela era bastante bueno aunque había quedado sin terminar, el problema era que pintar las paredes de la escuela estaba totalmente prohibido y menos si era uno en contra de la maestra de Matemáticas que la ponía con uniforme tipo general blandiendo el látigo ante los asustados estudiantes, por un minuto no pudo evitar sonreír y encontrar todo muy ingenioso pero luego siguió su camino rápidamente no iban a creer que ella era la responsable.

El grafiti fue una sensación en la escuela, las monjas estaban indignadas y amenazaron a los responsables desde el castigo por años sin recreo hasta la expulsión pero nadie sabía ni había visto quien podría ser el artista mal entendido, es más entre los estudiantes comenzaron los rumores especialmente entre los estudiantes del área artística, las chicas suspiraban pensando en el joven artista rebelde que solo expresaba su frustración, mientras que a los padres se les citó a una reunión extraordinaria.

En fin fue una revolución en el colegio y lo único que logro fue mayor represión y que pusieran cámaras en los pasillos.

Camila había evitado los pasillos solitarios por un tiempo hasta que pasara la atención de los grafitis, además que el grafitero misterioso comenzó a tener seguidores que osaron rayar las paredes pero no eran de la calidad del original.

Las cosas se apaciguaron un poco por lo menos se podía caminar sin sentir la paranoia de sentirse vigilado, por fin Camila podía caminar tranquila por los pasillos más tranquilos pero parece que el destino esta vez estaba en su contra al chocar casi frente a frente con el sospechoso nª 1 de la escuela el grafitero cayó junto con Camila las pinturas salieron de su mochila y la capucha que llevaba dejo ver su rostro.

- Tú – dijo Camila casi tan asombrada como el joven que la miraba horrorizado al sentir pasos que venían hacia ellos.

- No digas nada por favor – dijo Neal con cara de súplica, el joven se paró ágilmente recogió lo que pudo de su arsenal de pinturas en spray y salió corriendo.

Camila también se levantó algo aturdida y antes de que pudiera pedir alguna explicación vio como Neal salía corriendo en dirección contraria, recogió sus cosas del suelo y junto con ellas 2 latas de pintura en spray, estaba pensando que hacer cuando un inspector dio vuelta hacía donde estaba ella, instintivamente escondió las latas de pintura en su mochila.

- Señorita vio a alguien pasar por aquí – dijo el hombre que se veía claramente agitado.
- No señor – dijo bajito apenas terminó de decir el par de palabras se retó internamente porque ella tenía que salvarle el trasero a Neal Caffrey, antes de que pudiera arrepentirse el hombre siguió su búsqueda.

Así paso el día de colegio sin novedades de Neal pero claro si que hubieron novedades para el resto de los alumnos, nuevamente el grafitero volvió a ser el tema de conversación.

Camila que casi no podía evitar su nerviosismo al tener con ella la evidencia en su mochila, lo único que quería era salir de clases y llegar a su casa deshacerse de las pinturas incriminadoras.

Así que en cuanto dio la hora de irse fue la primera que camino hacia la salida no había alcanzado a dar unos cuantos pasos cuando Neal se acercó a ella.

- Camila, espera podemos conversar? – Dijo Neal apurándose con el paso ya que Camila casi corría lejos.

Camila solo hizo un gesto – Si podemos, pero vamos caminando – quería salirse lo antes posible de la mira de los inspectores.

Neal se quedó parado – No puedo, papá vendrá a buscarme dentro de poco.

Camila lo miro curiosa, Neal rodo los ojos – Después de lo del Porsche estoy castigado.

Los dos jóvenes se quedaron mirando Camila buscaba una explicación y Neal intentaba buscar una buena excusa para todo.

- Siento que tengas que estar en medio de esto, yo solo quería expresar mi molestia y creo que la cosa se me fue de las manos, pero ya no volveré a pintar ni una muralla más en serio, si mis padres se enteran – Neal hizo un gesto de dolor – Bueno tu sabes – y no pudo evitar sonrojarse.

- Esta bien guardare tu secreto.

- Sé que no te caigo bien y que no debería pero Camila te puedo pedir el último favor – Neal le lanzo una sonrisa y puso su cara de cachorro perdido – Puedes esconder esto por mí – y le alcanzó una bolsa con más spray de pintura.

Camila lo miró horrorizada, prácticamente la estaba haciendo cómplice – Por favor Camila, ya no puedo dejar esto aquí y no puedo llevarlo a casa, papá me tiene en la mira, no me deja salir ni a la esquina – Otra vez le dio su mejor mirada de súplica.

Camila se quedó pensativa, no le gustaba para nada la petición, pero ella ya tenía dos latas de pintura en su mochila, miró nuevamente a Neal, si que estaría en grandes problemas si lo llegaban a descubrir quizás hasta lo expulsaran – Esta bien lo haré pero esta es la primera y última vez que hago algo así – Camila tomo la bolsa y antes de poder evitarlo Neal la abrazo.

- Gracias, gracias Camila me has salvado la vida, eres la mejor chica que he conocido.
Camila se quedó quieta sin saber qué hacer – Ok Neal pero suéltame alguien puede estar mirándonos - Neal la soltó su cara era toda felicidad.

- Me tengo que ir, papá debe estar por llegar y no puedo hacerlo esperar, es capaz de salir a buscarme.

- Y eso arruinaría tu reputación – dijo Camila

- En estos momentos lo que menos me preocupa es mi reputación, linda – Neal salió casi corriendo pero antes se dio vuelta – Adiós Cami – le grito  y le lanzo un beso.

Camila no sabía si reírse o llorar, realmente Neal Caffrey estaba muy loco, si tenía problemas en casa en que cabeza se le ocurría pintar grafitis en las paredes del colegio, realmente ella nunca lo iba a entender sin embargo y aunque ella no lo quiera reconocer ya comenzaban a hacerse un poco más cercanos y porque no decirlo quizás si había esperanzas para forjar una amistad entre estos adolescentes tan diferentes.

Al llegar a su casa su madre la estaba esperando lista para salir a comprar así que no le quedó más remedio de salir dejando sus cosas y las pinturas en su pieza sin tener tiempo de buscarle un buen escondite.

Camila vivía a las afueras de la ciudad en una casa que más parecía una granja, con perros, gatos, gallinas, conejos y todos los animalitos que quisieran formar parte de esta gran familia, pero el vivir lejos tenía sus pro y sus contras, el estar alejado de la ciudad le daba un poco de calma y tranquilidad menos contaminación pero más responsabilidades, la casa era grande y tenía mucho trabajo, los animales comían todos los días y entre su hermana Candela casi no daban abasto para atender a tanto inquilino.

Así que no era extraño que su madre la esperara para salir a comprar o para que la ayudase con otros asuntos ya que Isabel la madre de Camila no solo era un alma caritativa con los animales sino que  también ayudaba a un orfanato, buscaba financiamiento y visitaba a los niños.

Camila volvió exhausta y por fin pensó que iba a tener un merecido descanso, claro hasta que vio a su hermana Candela parada en el marco de la puerta.

- Realmente Candela, estoy cansada lo que sea que quieras saber por favor puedes esperar hasta mañana.

La niñita que parecía un angelito pero que en realidad no era más que la pesadilla de cualquier hermana mayor sonrió traviesa – Camila yo realmente lo siento, pero esto no puede esperar, es que verás estoy en un ….. Como se dice cuando no sabes qué camino tomar…….

Camila la miró algo molesta, por lo general le tenía mucha paciencia a Candela pero a veces esta se le agotaba fácilmente – Encrucijada, vamos Candela en serio no estoy de humor.


- Esta bien iré al punto, me puedes decir que haces tu con esas latas de pintura en spray en tu mochila, sé que no eres el que pintó el cole, porque tus dibujos nunca fueron así de buenos, pero si no eres tu entonces a quien escondes?
Camila quedó helada como pudo ser tan descuidada y no dejar su habitación cerrada con llave y dejar su mochila casi al descubierto – Eso no te importa y por qué andas revisando mis cosas- dijo indignada.

- Tienes razón quizás a mí no me debería importar, pero apuesto a que a Papá si le importa – Candela salió corriendo y Camila salió detrás de ella.

- Espera no le digas a papá.

Candela lanzó una sonrisa triunfal y juntas caminaron devuelta a la habitación de Camila – Esta bien te diré lo que quieres pero antes júrame que guardaras el secreto.

La niñita se hizo una cruz en el pecho – Te lo juro – dijo solemnemente.

- El que pintó los grafitis es Neal Caffrey.

Candela se quedó con la boca abierta – Neal es el grafitero, el chico más lindo del cole – y lanzó un suspiro – Entonces tú lo conoces, eres su amiga o eres su novia?

- No, no, no y no, No soy su amiga ni soy su novia – Camila casi gritó con exasperación – pero si lo conozco vamos en el mismo curso recuerdas?

- Entonces me lo presentas – Camila miró a su hermana como si se hubiese transformado en un aliens o algo así.

- Que estás diciendo, te volviste loca? – Camila estaba pasmada.

Candela que podría parecer una niñita que no quiebra un huevo, se volvió a mirar a su hermana mayor y sonrío no de alegría sino de satisfacción – Neal es el chico más guapo del cole, todas las chicas de mi curso mueren por él, pero obviamente ninguna de ellas lo conoce ni jamás ha hablado una palabra con él – Camila la miraba más que curiosa sino con miedo, nunca había visto a Candela en modo conspirador.

- Si tú me presentas a Neal y me ven hablando con él, seré la chica más popular de mi curso – dijo Candela mientras los ojos le brillaban con un aire de superioridad.

- Claro que no voy a hacer eso Candela, no aceptos chantajes y menos tuyos, recuerda que me prometiste no decir nada, sino es por mí entonces que sea por Neal que parece que tanto te gusta supongo que no querrás que lo expulsen y no verlo más.

- Esta bien pero después no digas que no te advertí - la niña salió de la habitación de su hermana mayor dejándola intrigada

La cena se comía en familia, como siempre su papá Enrique presidía la mesa en donde se prohibía el uso de celulares era el momento en que la familia podía compartir lo que habían pasado en el día.

Isabel comentó lo que se proponía hacer para atraer más fondos al orfanato y este año pensaba hacer una gran campaña para conseguir regalos para la navidad, faltaba un poco pero debería planificar todo con calma para que resultara un éxito.

Camila comento lo bien que le había ido este semestre pero antes que pudiera decir nada más sintió una vocecita diciendo – Papá, pero Camila no te ha dicho lo mejor tiene novio y muy guapo.

Camila casi se ahogó, al escuchar lo que su hermana acababa de decir, antes de que pudiera decir nada 3 pares de ojos la miraban.

Enrique sabía que muy pronto debería hacerse la idea de que su bella hija tendría novio solo que pensaba que ella se lo presentaría antes, porque el papá de Camila era algo chapado a la antigua y esperaba conocer al chico en cuestión.

Isabel en cambio estaba feliz, su pequeña princesa ya era una jovencita y ella no se preocupaba por Camila sabía que su hija tenía muy buenos valores, así que solo pedía que ese afortunado chico estuviera a la altura.

- Que dijiste Candela – si las miradas mataran Candela estaría muerta, por la mirada que le lanzó Camila, pero su padre buscaba una respuesta

- La verdad papá, que Camila es la novia de Neal Caffrey.

Camila abrió nuevamente la boca pero las palabras no salían de su boca – El hijo de Elizabeth – dijo Isabel muy complacida – es muy guapo Camila y su madre es un amor.

Enrique en cambio no se tomó el atractivo de Neal muy complacido, él prefería un chico honesto y sobre todo trabajador – Entonces no se hable más del asunto del novio de Camila hasta que lo traiga a casa para conocerlo – y diciendo eso dio por terminada la discusión.

Terminada la cena y limpia la cocina Camila siguió a Candela a su habitación – Como pudiste hacer eso – dijo Camila indignada.

- Te dije que quería conocer a Neal, a que si ahora me lo presentas?

- Pues no te lo presento Candela te dije que no me voy a dejar chantajear por una niña.

- Entonces anda viendo como sales de esta hermana, papá no va a dejarte tranquila hasta que le presentes a tu novio  Neal.

Camila caminaba por los pasillos mirando como todos los estudiantes pasaban alegres por su lado, sin preocupaciones, en cambio ella estaba metida en un lío por culpa de su propia hermana y de Neal Caffrey.

Pero si de algo estaba segura Camila era que no cedería ante un chantaje aunque esto significara pedirle ayuda al chico que hace solo unas semanas había jurado odiar.

Espero hasta el receso entre clases para ubicar a Neal, como siempre él estaba rodeado de chicas, sonriente y despreocupado, como le hacía para parecer que el mundo estaba a sus pies, de mala gana se acercó al sequito de Neal para ser vista como un bicho raro por el resto de las porrista que lo acompañaban.

Pero Neal al ver la cara de preocupación de Camila se acercó a ella para salir a un lugar más apartado, cosa que no pasó desapercibida para el resto de las chicas que inmediatamente pusieron mala cara.

- Que pasa Camila, traes una cara? – dijo el chico mostrando su mejor sonrisa, Camila lo miró admirado, él debería traer una cara de preocupación, si era el grafitero amenazado con la expulsión si era encontrado, pero no Neal parecía hasta inocente.

- Como lo haces?.

- Hacer que?, Ser tan adorable – Neal dijo sonriendo – lo siento se a lo que te refieres, pero dime que saco preocupándome por algo que ya está hecho.

Camila suspiró ante la lógica Caffrey – Tienes razón así que supongo que tampoco te importa que mi hermanita ya sabe que tú eres el grafitero y me está chantajeando.

- Tienes una hermana menor? – dijo Neal con cara de no entender nada.

- Si, se llama Candela es una verdadera molestia y muy decidida cuando quiere algo.

- Y que quiere ella?

- A ti – dijo Camila divirtiéndose con la cara que puso Neal, luego le explicó todo lo ocurrido en su casa y las ocurrencias de Candela.

Neal se quedó sorprendido por un minuto, luego su característico modo de ver la vida volvió a darle la calma – Pero eso tiene una muy fácil solución.

Ahora fue Camila quien lo miró admirada, ella había pasado toda la mañana buscando una solución – Si? Y cuál sería?

Neal le dio una sonrisa traviesa – Si tu no quieres delatarme? Y no quieres ceder ante un chantaje?

- No y no – dijo Camila todavía sin entender.
- Entonces cuando voy a conocer a tu padre?

Camila se quedó helada y su primer instinto fue gritar – Estas loco!!  Jamás!!

Camila tuvo que rendirse ante la evidencia, pero antes Neal tuvo que buscar la manera de que Peter lo dejara salir de casa y nada mejor que ir a casa de Camila con Elizabeth para ayudar a organizar otro evento en beneficio del orfanato.

Ya en casa Camila caminaba de un lado a otro, nada de esto le parecía una buena idea, jamás debió entrar en este enredo.

La puerta se abrió y Elizabeth entró seguida de Neal, el chico estaba guapísimo no solo Camila se quedó con la boca abierta sino que Isabel y Candela se quedaron heladas.

Neal sabiendo el efecto que causaba en el género femenino se acercó a Camila y le dio un beso casto en la mejilla, saludo a Isabel con su mejor sonrisa.

Isabel y Elizabeth estaban encantadas ambas se habían hecho muy cercanas en su cruzada de buscar financiamiento para el orfanato, por lo que veían con muy buenos ojos que sus hijos estuvieran comenzando una bonita amistad y quien podía saber quizás algo más.

El Sr. Enrique hizo su entrada y todos en la sala se quedaron en silencio, claro que Neal no tenía ese efecto en el padre de Camila, es más el padre de Camila esperaba a un chico más normal y no un modelo.
Pero Neal no iba a dejar que el padre de Camila se llevara una mala impresión de él, así que se plantó una conversación inteligente haciendo que el Enrique lo viera con otros ojos, no como un adolescente alocado.

La tarde iba bien hasta ahora, la única que no parecía muy feliz era Candela que se había quedado relegada a segundo plano, Neal solo la había saludado muy serio y después ni siquiera la había mirado.

Mientras Isabel y Elizabeth estaban en la cocina y Enrique en su despacho, por fin los chicos estaban solos.

Camila miró a Candela realmente molesta, si su hermanita no hubiera abierto su boca nada de esto estaría pasando, mientras que Neal no tenía ojos más que para Camila y Candela estaba muy enojada por que no estaba logrando que Neal se fijara en ella.

- Esto nunca te lo voy a perdonar Candela – dijo Camila realmente furiosa

Candela que no estaba acostumbrada a ser tratada así, la niñita en vez de asustarse se envalentonó – No espero que me perdones y sabes una cosa si te molesta que haya dicho que Neal es tu novio, entonces esta vez diré la verdad.

Neal miró a Candela con miedo, sería capaz esa niñita de delatarlo, no tuvo tiempo de decirle nada cuando Isabel y Elizabeth volvían a la sala.
Ambas mujeres llevaban bocadillos y se sentaron mirando ansiosas a sus hijos, el silencio entre los chicos era incomodo, pero Candela supo cómo romperlo al hablar del tema del momento, no tuvo que hacer nada extraordinarios, Elizabeth e Isabel estaban muy enteradas de las noticias sin que nada lo pudiera evitar fue el tema de conversación.

Camila y Neal no sabían cómo cambiar el rumbo de la conversación hasta que llego el Sr. Enrique y también se unió al repudio de los adultos ante las conductas delictivas.

Candela miraba sonriente a Neal y Camila, pero Camila no se iba a quedar tranquila se acercó a su hermana para decirle al oído – No te atrevas a delatarnos.
Pero la niña no estaba dispuesta a echarse para atrás – Oh que hermanita.
- Oh ya verás -  si las miradas mataran ambas niñas habían quedado tiradas en el suelo.

Finalmente y sin que Camila pudiera evitarlo, Candela dijo con voz de inocencia – Mamá esos grafiteros necesitan pintura en spray para hacer sus dibujos? Porque Camila tiene muchos de esos en su cuarto?.

Isabel y Enrique quedaron como congelados, inmediatamente Isabel sonrió – Hijita no digas cosas que no son verdad.

Candela la miró no tan feliz – No digo mentiras Mamá puedo mostrarte en donde Camila esconde las pinturas.

El silencio volvió a apoderarse de la sala – Es cierto eso Camila – dijo el Sr. Enrique.

Todos guardaron silencio hasta que la acusada dijo – Si es cierto, Papá.

Ante situación tan delicada  Elizabeth le hizo una seña a Neal para retirarse, estas cosas debían resolverlas en familia, pero Neal no hizo atisbo de moverse, hasta que Elizabeth lo tomó del brazo, que hizo reaccionar a Neal.

- Mamá yo no me puedo ir antes de…..pero fue interrumpido por Camila – Neal, nos disculpas.

Elizabeth se paró tirando a Neal del brazo – Mamá perdóname, pero soy yo el que pintó esos grafitis en la escuela, yo le pedí a Camila que me guardase los spray de pinturas.

Ahora fue Elizabeth que se quedó congelada, pero sin soltar el brazo de su hijo – Que estás diciendo, Neal.

Neal puso su mejor cara de arrepentimiento – Es la verdad, yo fui quien pintó los muros con caricaturas de la profesora de matemáticas, es que ella fue muy injusta al corregir los exámenes y no fui el único que le reclamó pero ella no quiso ni escucharnos.

Elizabeth se quedó pensativa, mientras Neal miraba ahora a Isabel – Le pido disculpas, no quise involucrar a Camila en todo esto, ella es solo mi amiga no tiene culpa.

Enrique miraba el arrepentimiento en la cara del chico parecía sincero, sin embargo no le gustaba nada que sus hijas le mintieran – Camila, Candela suban a sus habitaciones – fue todo lo que dijo.

- Siento lo sucedido con mi hijo – dijo aun sujetando a Neal del brazo – Es mejor que nos marchemos, tengo muchas cosas que conversar con Neal – Dijo Elizabeth y saco a su hijo para llevarlo a casa.

Elizabeth era una mujer pacifica, que adoraba a su único hijo pero francamente Neal no le hacía la vida fácil esto último fue la gota que rebalso su vaso, esta vez no se interpondría entre la mano de Peter y el trasero de su niño.

- Sube a tu habitación, Neal – dijo al poner un pie en casa, Neal que no estaba acostumbrado a ser tratado tan duramente por su madre se sintió perdido, las lágrimas amenazaban caer por sus mejillas.

- Mamá por favor déjame explicarte – dijo en sollozando

- No hay explicación para tu comportamiento, hijo ahora sube a tu cuarto – Elizabeth estaba cansada, amaba a su hijo con locura pero tampoco era ciega Neal siempre había tenido problemas acatando la autoridad, en cierto sentido ella era un poco culpable de que Neal se comportara a veces como un niño de cinco años sin medir consecuencias, siempre lo había mimado e intentaba darle el gusto en todo, odiaba verlo triste y cuando lloraba se le partía el alma.

Neal se fue a su habitación derrotado, pintar grafitis en los muros de su escuela fue por lejos la peor de sus ideas, ahora hasta su madre estaba enojada con él y cuando su padre se enterara de todo podría considerarse hombre muerto.
Solo le quedaba quedarse en su habitación y pensar muy bien lo que diría cuando sus padres le preguntaran el porqué de sus actos?

Peter llego a casa para encontrar a Elizabeth sentada en el sofá esperándolo, ni rastros de Neal eso no significaba nada bueno.

-  Que hizo Neal ahora – dijo Peter

Elizabeth tuvo que contarle todo, Peter daba vueltas por la sala enojado era una palabra que ya no magnificaba su estado, Neal no solo había cometido un delito, sino que ahora lo iban a expulsar de la escuela en la mitad del semestre en su último año.

- Calma Peter, por favor – dijo Elizabeth

- Que me calme, El solo me voy a calmar cuando suba a “habla” con ese niño – dijo Peter pasando la mano por su cinturón.

- Peter, por favor sé que Neal merece un castigo pero primero cálmate.

- Pero es que se ha pasado de la raya El – Peter se tiró en el sofá
- Lo sé cariño, pero es nuestro niño y por lo menos nos debe una explicación.

Peter rodo los ojos y Elizabeth sonrió era un gesto que Neal copio a la perfección de su padre, cuando solo tenía 4 añitos y no quería ir a la cama.

- Porque te ríes?  

- Recuerdas cuando Neal no quería ir a la cama? Rodaba los ojos al igual que tú ahora.

Peter también sonrió al recordar a un pequeño Neal con el pelo revuelto y saltando en la cama en su adorable pijamita, hasta que Peter lo tenía que coger en brazos para que dejara de saltar y acostarlo a pesar de las suplicas del pequeño alborotador, rodaba los ojos frustrado y cuando no tenía otra arma hacía un pucherito adorable que le daba 5 minutos más de saltos y risas.

Peter y Elizabeth se quedaron en silencio un momento mirando a su alrededor, la sala estaba llena de fotografías, adornos y preciados recuerdos. Todo estaba lleno de Neal en distintas etapas de crecimiento desde el adorable niño de 4 años al que ellos adoptaron hasta el guapo adolescente en que se había convertido.

- Neal es nuestro hijo, él nos convirtió en una familia, nos dio una razón – dijo El tomándole la mano a su esposo.

- Lo sé, Hon – dijo Peter y se levantó del sofá para ir a la habitación de su hijo, tomando la mano de El.

Neal se había cambiado de ropa y estaba sentada en la cama, su cara era de funeral y para ser exacto su funeral.
Sintió la puerta abrirse y se paró casi de inmediato.

- Papá yo lo siento – dijo tan rápido como pudo.

Elizabeth y Peter sonrieron y se sentaron en la cama de Neal esperando – Bien Neal somos todo oídos, hablamos hijo.

Neal que estaba de pie comenzó su último alegato ante los jueces más estrictos que él conocía y aun sabiendo que la sentencia sería la muerte de su trasero hizo su mejor esfuerzo.

Neal eligió la verdad como arma, él realmente había estudiado para el examen de matemáticas la profesora se había equivocado su examen estaba mal corregido por lo menos tenía 5 puntos más que era la diferencia entre reprobar el ramo o no. Le había rogado pero ella simplemente le cerró la puerta en las narices y no solo a él sino que había 4 compañeros en la misma situación.

Peter se quedó pensativo y El quería ir a hablar con la profesora de Neal y pedirle explicaciones.

- Entiendo tu frustración hijo, pero en qué momento se te paso por tu cabeza pintar los muros de tu colegio?

- Oh eso fue solo un momento de locura temporal – dijo Neal

El miró a Peter y supo que venía, ella no soportaría ver como su hijo era castigado así que salió de la habitación pero antes le dio a Neal un beso en la frente.

Neal se quedó en silencio solo esperaba que a su padre por fin se diera cuenta que ya no tenía cinco años y que ya no podía darle de palmadas como a un chico malcriado. Pero no, eso no había pasado y más rápido de lo que Neal pudo haber dicho Ouch ya estaba boca abajo y para su mayor humillación Peter lo tenía sobre su regazo.

- Neal Caffrey nunca vuelvas a hacer una estupidez tan grande como pintar grafitis en los muros de ninguna parte, las cosas hijo se arreglan hablando.

- Pero yo lo intenté, papá intenté hablar y no fui escuchado.

Lamentablemente para Neal eso fueron las últimas palabras que pudo decir sin sollozos entre medio, Peter tenía una mano dura y esa noche el trasero de Neal pudo dar fe de ello.

Swat swat swat swat swat swat se sentían en el cuarto de Neal junto con los gemidos de Neal swat swat swat swat swat volvían a sentirse sin que parecieran terminar, el pobre trasero de Neal ya había tomado un color rojo.

- Papi por favor – sollozaba Neal pero su padre quería dejar bien claro su punto esta vez, no quería zurrar a su hijo hasta que cumpliera 40 años, esperaba que esta vez Neal aprendiera a no hacer sus travesuras y después pedir perdón.

Swat swat swat swat swat swat – a Peter zurrar a su hijo era por lejos lo más difícil en su vida ni siquiera enfrentar a los más peligrosos ladrones o narcotraficantes podía ser tan duro como darle de palmadas a su niño.

Neal ya no pedía clemencia solo sollozaba cuando pensó que no podía soportar tanto dolor en su pobre parte trasera sintió 2 palmadas particularmente fuertes y luego nada más que la picazón, fuertes brazos lo abrazaron y lo consolaron.

*************

En casa de Camila la cosa no era muy diferente, dos chicas estaban en sus respectivas habitaciones esperando lo que seguro sería un buen reto.

El señor Enrique paso primero por la habitación  de la mayor de sus hijas Camila, ella no estaba asustada pero si desilusionada con Candela y con ella misma.

- Hija me puedes explicar todo esto, francamente no puedo entender todo este mal entendido y que tienes tu que ver con ese chico Caffrey.
Camila dio un suspiro e intento explicar todo lo ocurrido en esos últimos días, al ir contando todos los acontecimientos, Camila se sintió tan tonta por no haber confiado en su madre y en seguirle el juego a Neal, cuando llego a la parte en donde su hermana la chantajeaba, miró la cara de su padre y vio un dejo de enojo formarse.

El Señor Enrique era un padre justo y Camila había demostrado ser una chica sensata hasta ahora por lo que le dio el beneficio de la duda pero tendría que ir a la escuela a contar toda la historia a la directora.

- Hija sé que eras una chica madura, casi una mujer, espero que sepas tomar decisiones de las cuales no te arrepientas, dime solo una cosa te gusta ese chico Caffrey?

Camila que jamás pensó que su padre le preguntara alguna vez por un chico, se quedó en silencio por unos minutos – No papá, claro que no, es decir es un chico guapo pero no me gusta de esa manera – dijo Camila pero no pudo evitar que sus mejillas se sonrojaran.

Su padre sonrió, su hija le decía una cosa, pero su instinto le decía otra, suspiro pensando que no iba a ser la última vez que escuchara hablar de Neal Caffrey.

El señor Enrique se sentía un poco más viejo cuando entro a la habitación de su hija menos, su bebé.

- Candela estoy tan desilusionado con tu comportamiento, chantajear a tu propia hermana, hija en que estabas pensando – Candela iba a abrir la boca pero su padre le hizo un gesto con la mano y no la dejo hablar – Sabes no quiero saberlo, eres una niña por Dios.

- Estas castigada no sales de tu habitación y espero que le des una disculpa a tu hermana.

Candela hizo una mueca pero su padre le miró enojado puso su mano en el temido cinturón, solo le basto ese gesto para que Candela sollozara – Papi, Papito noooo me pegues, papito te prometo ser la mejor hermana mundo!!

Enrique seguía mirando su niñita con cara de enojo, pero por dentro se alegró de no tener que usar su cinturón para que Candela se arrepintiera sinceramente de sus actos.

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Por la mañana todos los protagonistas de nuestra historia estaban en la escuela
Ambas familias esperaban su turno para hablar con la directora y la profesora, lo que Neal no esperaba es que la profesora no solo aceptara las disculpas sino que también le pidiera disculpas porque era cierto que ella estaba pasando por un mal momento.

Pero la directora no cambio de opinión y ella había dicho que el o los grafiteros serían expulsados y así lo iba a ser Neal Caffrey iba a ser expulsado en el último año.

Camila volvió a clases triste por la segura expulsión de Neal del cole, antes de que pudiera entrar a la sala de clases Candela la detuvo – Cuéntame, que paso?? – la niña la miraba impaciente.
- Hay Candela, es que la directora ha decidido cumplir su palabra y van a expulsar a Neal.

Candela no podía sentirse más mal por todo lo ocurrido, pero la niñita era de armas tomar y muy decidida – Ah no eso no va a pasar, ya verás hermana yo me encargare de eso – Antes de que Camila pudiera decir algo la niña salió corriendo por los pasillos, dejando a Camila muy preocupada.

Esta demás decir que la mañana fue muy movida, más que movida revolucionaria, Candela resulto ser una organizadora de protestas y recolectora de firmas pidiendo que no expulsaran a Neal.

Al final la mayoría de los alumnos estaban con sus cartelitos de apoyo y Candela misma le entrego a la directora las firmas de apoyo a Neal, eso y que hasta la profesora aludida fue la primera en firmar la petición.

Todos saltaron de alegría cuando la directora tuvo que hacerse presente para anunciar que no iba a expulsar a Neal del cole.

Neal estaba feliz, perdono a Candela y ante la vista de todas las amiguitas le dio un cándido beso en la mejilla, la hermana de Camila estaba en las nubes.

Fin.


5 comentarios:

  1. jajajja esa Candela me cayo bien....

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  2. JJJJ que divertida historia, Gloria estuve con el suspenso en todo momento, pensando que Peter lo coagularia sin derecho a defensa y Candela Grrr si estaba por pedir pedir candela para ella en el trasero, pero se gano un poroto conmigo al ser la futura presidenta del colegio o quin sabe una ferrea contrincante a temer

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  3. Me encantan las historias de Neal y esta esta mas que genial

    estrella

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  4. Gloriaaa me encanta... es así como debió ser Neal en sus años de escuela...
    y ODIO A CANDELAAA

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