sábado, 14 de febrero de 2015

El mejor juguete de mi vida... mi hermanito




-Siempre quisiste esto?!- Preguntó el muchachito, luego de observar un detenido rato a su hermano mayor, que le hacía caras y ruiditos extraños a su pequeño bebé.
-Más que a nada en la vida!!- Respondió el joven, sin despegar la vista de su adorado angelito recién nacido.
-Y cómo es que tardaste tanto tiempo en conseguirlo?!- Sin dudas, ese tema era algo que lo intrigaba. Siempre habían sido ellos dos solos. Desde el fallecimiento de su padre y el abandono de su madre, Tomás sólo podía recordar que eran ellos dos nada más. Tomás y su hermano mayor, León.
-Pues...- León alzo la vista para centrar sus ojos celeste marino en los igualmente celestes ojitos de su hermano- La respuesta es más que sencilla, sabes?! Tener un hijo no es algo que tome de un día para el otro... Sí. Lo puedes hacer en diez minutos jejej... Pero... verlo nacer es como ver nacer una nueva vida solo para ti. 
-Que bien.- Respondió sin mucho interés el jovencito- Pero aún no respondes mi pregunta.
-Ashh... Qué impaciente eres! Si no lo conseguí antes era porque necesitaba a la persona correcta a mi lado para tener la familia que siempre añoré. Ahora que tengo a Lupita y ella me dio la dicha de tener a mi niño en brazos, lo tengo todo.- 
Tomás hizo una mueca de asco ante las palabras de su hermano -Ay, hermano. Eres un cursi.
-Y tú un mocoso.- Le dijo León, sin dejar de sonreírle.
-No soy un mocoso!- Contestó rápidamente Tomás, haciendo una especie de puchero que se le vio tierno e infantil.
-Y yo no soy cursi.- Arremetió Leo, sacándole la lengua a su hermanito.
-Ja! Sí que lo eres.
-Y tú no eres más que un crío. -León amaba tanto a su hermanito pequeño. Prácticamente él lo había terminado de criar. Su padre...él había sido un hombre maravilloso, y Leo esperaba ser aunque fuera una milésima parte de buen padre y persona para su hijo y su hermano. En cuanto a su madre... era mejor dejarla enterrada en el pasado.
-Tonto!- Dijo Tomi, poniéndose un poco serio. Humor de adolescentes, pensó León.
-Mocoso.- Leo siempre tenía la última palabra en las "discusiones".
-Grrr... Le voy a decir a Lupita que estás haciendo el tonto en vez de cambiar el pañal al bebé.- Hizo el amague de salir al pasillo.
-Hey. Que es tu sobrinito. Bien podrías ayudarme no?!- León podría ser un hombre maravilloso, lo era en verdad, digno hijo de su padre, pero los pañales no eran su fuerte!
-Yoo?!- La cara de desencajado que puso Tomás daba hasta un ataque de risa.
-Quién más?!- Respondió casualmente - Que yo sepa eres el único tío de mi hijo que vive en ésta casa...
-Estás loco! Yo no voy a tocar un pañal en mi vida!!- La voz de Tomi sonó cabreada.
-Tomás, no seas dramático, hermanito. 
-Por qué?! Yo no quiero un hijo. 
-Y yo tampoco quiero que los tengas ahora. Eres un niño aún...- Para Leo, Tomás seguía siendo ese niño dulce que solía acompañarlo a clases mientras él encontraba una buena niñera.
-Que no lo soy- Azotó un piecito contra el piso.
-Shhhh... El niño está empezando a dormirse.
-Cállate tú, imbécil.
León le dirigió una mirada de advertencia -Jovencito...
-No me digas así. No soy tu hijo.- Tomás tenía las mejillas rojas. Al ser tan blanco, sus cachetes colorados eran la primera señal de la proximidad de un berrinche.
-Entonces compórtate.
-Sí me comporto.
El mayor de los hermanos suspiró. Se veía venir la pataleta, y él no quería tener que reprender a su hermano. Odiaba dejarlo sin celular o sin salidas. Tomi últimamente ponía objeción en todo y sabía que sería una lucha hacerlo cumplir la penitencia. -Está bien, está bien.... Disculpa, sí?!  Ahora, podrías alcanzarme el talco y las toallitas húmedas, por favor?!
Aún con la cara tensa y las manos apretadas en un puño, el muchacho caminó hasta el estante donde Lupe tenía guardadas las cosas del bebé y cuando se dio la vuelta con los productos en sus manos, vio cómo León besaba las manitos de su pequeño Leoncito.
Tomás no supo por qué, pero aquella imagen lo hizo rabiar tanto de celos.
León se giró para mirar a su hermanito con una sonrisa en los labios que desapareció ante la mirada de desprecio que le estaba lanzando el chico.
-Tomy?! Qué sucede, hermanito?!- Preguntó desconcertado, pero su desconcierto se transformó en sorpresa y más tarde rabia.
-Que te odio... -Respondió entre dientes apretados - Los odio a los dos!! Los odio. Los odio. - Dijo lanzando el paquete de las toallitas en dirección hacia el bebé lo mismo que el pote de talco.
León estaba alucinando. Qué demonios le ocurría a su hermano?!  Cómo era posible que le hablara de ese modo... y sin razón!!! Pero cuando vio que Tomás arrojaba el pote y el paquete de las toallitas, reaccionó sin darse cuenta.
 Haciendo honor a su nombre, mostró habilidades felinas, y en cuestión de segundos atrapó la caja y el pote del talco, antes que pudieran dañar a su hijito. Acomodó las cosas a un costado del cambiador, muy cerca de su hijo y procedió a buscar a su hermano.
-Suéltameeeee... déjameeeee.... maldito.. maldito bastardo! Te ODIOOO!!! Los ODIOOOO... - En ese momento, Lupita entró a la habitación del bebé, alertada por los gritos de su joven cuñado. Apenas abrió la puerta, vio cómo León forcejeaba con su hermanito, tratando de calmarlo al parecer. Pero Tomi estaba muy lejos de la paz que siempre lo caracterizó.
-LOS ODIO, LOS ODIO!- Gritaba- Por tu culpa... es todo culpa tuya....- Acusó cuando vio a Lupe con lágrimas en los ojos.- León era MÍ hermano. Tú me lo quitaste, y encima... encima....- A éstas instancias, Tomás lloraba desgarradoramente, y cuando León pudo controlarlo, lo atrajo contra su pecho y lo abrazó con fuerzas, enroscándolo en sus brazos.
-Shhhhhhhhh... ya ésta. Ya está.... Shhhhhhhhh... -Decía tratando de acallar el llanto que tanto lo angustiaba.
Lentamente, Leo fue arrastrando a su hermano hacia la cama que había instalada en la recámara del bebé. Se sentó en el borde del colchón y lo acomodó sentado sobre sus piernas- Shhhhhh.. shhhhh.... Qué fue eso, pequeño?! Por qué hiciste eso, cariñito?! Podrías haber lastimado al bebé y sé que eso nunca lo harías. Qué pasó, mi niño?! Cuéntame, sí?! Shhhhhhhh... -Murmuraba León, sosteniendo la cabeza de su hermanito apretada contra su pecho, susurrándole al oído. Él estaba temblando igual o más que el propio niño, pero trataba de ser fuerte. Necesitaba averiguar qué fue lo que había desencadenado la reacción tan violenta de Tomás.
-L-los qui..quieres m-más a e- ellos que a..a míii.... buaaaa- Sollozó, perdiéndose más en los brazos de su hermano mayor.
-Ohhh!- Exclamó León, abrazando con más fuerzas a su hermanito- Pero qué tonterías dices, mi cielo?! Sabes que eso no es verdad. Tú eres mi hermanito adorado. Jamás, jamás, jamás podría dejar de quererte...- Dijo con una solemnidad que a Tomás no le quedó ninguna duda. Sabía que su hermano mayor jamás le mentiría- Y te amo como te amé toda mi vida desde el momento en que supe que vendrías a éste mundo.... No puedo creer que lo dudes, hermanito!.... Te pusiste celoso?! Uhm?! Fue eso?- León le hablaba como si Tomi fuese un niño de cinco añitos. 
Ante el silencio y el sollozo que le siguieron a la pregunta, León entendió que todo se había tratado de un arrebato de celos. Suspiró, dándole algo de razón a su hermanito. 
Desde hacía tanto tiempo, sólo habían sido ellos dos y nadie más. Hasta que Guadalupe llegó a su vida. En el instante en que la vio, se enamoró perdidamente de ella. Y en tan sólo un año habían hecho lo que a muchas parejas les toman una vida. Se declararon amor eterno, se casaron y hasta tuvieron a su primer hijo. Pero León estaba tan feliz y enamorado, que no se detuvo a pensar en cómo lo tomaría su hermanito. Había sido todo culpa suya! 
-Te quiero tanto, mocoso atolondrado.
Lupita sonrió ante las escena. Ella, al casarse con León había adoptado internamente al hermanito de su marido como su propio hermanito menor, y así lo amaba y consentía. Respiró con pesadumbre al comprender que la pataleta de su cuñadito había puesto en peligro la vida de su niño y porque sabía que su esposo no iba a dejar pasar aquello sin castigo. Y ella nada podía hacer para evitarlo, por lo que tomó al niño entre sus brazos y salió de la habitación, dejándoles algo de privacidad.
-Perdón!- Dijo Tomás, entre sorbos cuando se hubo calmado un poco.
-Está bien, Tomatito!- Le dijo con tanto cariño, que Tomás sólo pudo llorar más fuerte, sintiendo todo el remordimiento oprimiéndole el pecho.
-Lo sientoooo!!! Buuuu... No quería... no sé.. no sé por qué lo hice... snif snif... Yo no quería lastimar a Leito. Lo juro! Perdón, perdón, perdón! No.. snif snif... no me eches de tu lado, por favor!!- Suplicó con lágrimas cayendo incansables de sus ojos.
-Shhh... Nunca en mi vida te echaría de mi lado, mocoso! Eres mi hermanito. Lo único más valioso que papá me dejó y yo jamás te abandonaré. NUNCA! - Le aseguró, dándole un beso en la frente- Sin embargo... Te acuerdas lo que hacía papá cuando eras pequeño y te daban éstas pataletas cuando te ponías celoso de los juguetes que yo tenía?!- La carita de sufrimiento de Tomás se remplazó  de inmediato por una llena de vergüenza. 
-S-sí...
-Qué pasaba?!
-Leóoooonnnn....- Gimoteó.
-Qué pasaba, Tomi?!- León lo pensó muy bien. Él no permitiría que su tesoro mayor lastimara a su tesoro indefenso, por lo que decidió tomar cartas en el asunto, pero inmediatamente.
-Papá me daba palmadas- Respondió al fin, con las mejillas teñidas de rojo.
-Exacto. Y creo que eso es lo que mereces ahora mismo, Tomás. -Le dijo, haciendo que se parara de su regazo.
-Quiero que te quites los pantalones y te pongas boca abajo sobre mis rodillas-
-Quéee?!! Tú... tú quieres... golpearme?!!
-No voy a golpearte... bueno, sí, pero... peroo...-Cómo diablos explicárselo?!- No es porque quiero lastimarte, cariño. Pero mereces una reprimenda por lo que acabas de hacer. Tu sobrinito es muy pequeño aún. Un golpe con esa cosa podría haberlo lastimado considerablemente, y eso no lo voy a permitir! Por eso voy a castigarte en la cola, como hacía papá cuando alguno de los dos nos portábamos mal. 
-Pero yo no quiero que me pegues...- Dijo Tomi, con un puchero en su boca.
-Yo tampoco quiero hacerlo, cariño. Y papá tampoco quería hacerlo, pero esto te servirá de lección, así si hay próxima vez, en vez de aventar cosas y gritar lo que gritaste, hablas conmigo, ok?! Que así se resuelven los problemas: hablando. - León miró con angustia la lágrima que resbalaba por la mejilla del niño, y decidió que debía terminar pronto con aquello sino no lo haría nunca. Él mismo le bajó los pantalones y lo acomodó sobre sus rodillas.
-Te quiero mucho, hermanito.- Susurró, acariciando la espalda del muchacho antes de dejar caer su mano por todo el trasero cubierto por el finísimo calzoncillo, que en nada lo protegía de la manota pesada de su hermano.
PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!- La mano de León coloreó la nalga izquierda con gran energía.
-AUUUUUUUuuu... ayyyyyy.. auuuuuauauuauauuu... -Gritaba el niño, retorciéndose en el regazo de su hermano. Hacía muchísimos años que no se llevaba ni una sola palmadita y ahora?! su hermano estaba poniendo en fuego su retaguardia.
PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!- Estos chirlos fueron a parar en el glúteo derecho, dejando la piel igual de roja que la nalga izquierda.
-Buaaaaaa... Leoooooo.... buaaaaa.... bastaaaaaauuuu... bas... bastaaaaa... buaaaaa!!! Dueleeee.. snif snif... duele m-muchooo!! Cof cof!- Se quejaba y lloraba sentidamente. Pero ni aún así, su hermano aplacó la fuerza que ponía en cada una de las nalgadas.
PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!! -León repartía cadenciosamente las palmadas, dejando un estela de fuego debajo de cada una de ellas, provocando sollozos llenos de arrepentimiento de su hermanito.
-Auuauauauuauauuuuuu... ayyyyyyy... ayyyyyyyYYYYY... YAAAAA... LEÓN, LEÓN... LO SIENTOOOO!! BUAAAA... LO SIENTOOOOOUUUUU... BUAAAA PERDÓNNNN....AUAUAUUUUU... 
León le bajó el calzoncillo y elevó un poco su pierna. La cola de Tomás estaba totalmente roja y caliente. Por lo que decidió dar los últimos chirlos en la parte baja de las nalgas y un poco en los muslos. Sabía que le dolería, pero no quería dejar huellas en la parte ya castigada.
PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! 
-Aiiiichhhhh... auauauauuauuuuu... BUAAAAA!!! BWAAAAA!!!! Buaaaaa....
PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! 
-Buaaaaa..... auuauauuuuu... no mássss, no más, hermanitoooo... buaaaa!!!
PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! 
-Ayayayayayyyyyy... Ayyyyy... dueleeee... paraaaa... buuuu... paa.. paraaaa...
PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!PLASS!! PLASS!! PLASS!! PLASS!!- León sólo lloraba a la par de su hermanito. Pensar en las veces que había mentido por el niño para que su papá no lo castigara y ahora saberse él el culpable absoluto de sus lágrimas, lo hacían sentir miserable. 
Cuando sólo se escuchaban los sollozos entre medio de las sinceras disculpas, León dio por finalizado el castigo.
Con mucho cuidado -el mismo que ponía en su bebé- fue subiendo el calzoncillo a la vez que sacaba el pantalón de jeans de uno de los piecitos de su hermano.
Cautelosamente, lo dio vuelta y lo acunó en su regazo. Su hermanito necesitaba sentirse seguro y amado, y él era el único que podía proveerle esas dos cosas.
-Te amo, mi hermanito! Eres el mejor juguete -Sonrió ante la risita de Tomás- que papá me hizo en la vida. Nunca jamás dejaré de quererte ni de cuidarte. Estás metido aquí- Dijo señalando su pecho- para siempre!
Tomasito se apachurró contra su hermano. y se dejó mimar y mecer hasta que sus ojitos fueron pesando cada vez más y Morfeo lo fue llevando al país de los dulces sueños.


6 comentarios:

  1. Me fascina esta nueva continúala pronto por favor.

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  2. Definitivamente tus relatos me encantan, son muy tiernos :3 y esa hermandad me fascino ;)
    Sobretodo León n _ n

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  3. Te quedo de lujo Ariane!!!
    me gusto mucho esa relación!! y los celos más que compendibles!!
    Espero la continues!!!

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  4. Graciassss, chicas!!!! Me dan una alegría sus palabras!!! Me regalan su tiempo y eso lo aprecio mucho!! :D

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