martes, 6 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 2





CAPÍTULO 2


El Jet ya estaba sobrevolando los cielos, los dos pasajeros que iban cómodamente sentados uno frente al otro no se dirigían la mirada y por supuesto ni una palabra.

-Señor Holmes?
-Si?
-Si?
-Eh, disculpe, me refería al mayor, Señor Mycroft Holmes ya llegamos.
-Gracias Larry.

Ambos hermanos bajaron del Jet, el viaje había sido largo y por sobre todo silencioso. El calor del caribe se hacía sentir en especial en dos Londinenses tan acostumbrados a las frías y lluviosas tardes en su querido Londres.

- Mocoso, en cuanto lo vea….. - gruñía Mycroft, molesto porque la camisa que llevaba se le apegaba al cuerpo, culpa de la transpiración que inmediatamente se hizo presente después de dar los primeros pasos a la limosina que los esperaba.

Sherlock sólo sonreía, él iba cómodamente vestido, lejos del formalismo que siempre imperaba en él y en Mycroft pero por lo menos viajar con su hermano mayor  tenía la ventaja de que siempre era en primera clase.

La limusina tenía aire acondicionado y Mycroft volvió a respirar tranquilo, nunca iba a entender como a la gente le gustaba ese calor infernal.

Sherlock observó como Mycroft hablaba con el chofer e inmediatamente dijo indignado:  

-Por qué me obligaste a venir si ya sabes perfectamente donde está Sherrinford.

-No seas tonto Sherlock, no te traje para que me ayudaras a buscarlo y abusar de tus habilidades detectivescas - dijo con sarcasmo -  sino porque nuestros padres insistieron en que esto lo hiciéramos los dos, creo que pensaban que si venía solo podría dañar permanentemente el trasero de su querido niño.

-Si no te conociera Mycroft, diría que estas celoso de la alarmante sobreprotección que muestran nuestros padres en Sherrinford.

-No te pases de listo Sherlock.

Sherlock rodó los ojos ante el regaño de su hermano mayor, en ningún momento Mycroft perdía la oportunidad para estar al mando y hacer notar lo que es correcto y lo que no.

La limusina fue a toda velocidad por las Islas Caymán, exótico lugar para que un Holmes pase su tiempo, pero Sherrinford es un Holmes muy diferente a sus hermanos mayores, en parte por su crianza, sus padres no habían podido repetir el modelo de crianza que tuvieron con sus hijos mayores, el tiempo o la edad los habían ablandado y Sherrinford los conquistó incluso antes de aprender a caminar.

Por lo que no fue difícil para Mycroft saber donde se escondía su hermano menor, Sherrinford era un chico muy consentido que le gustaba mucho el lujo y eso lo sabía muy bien, por lo que la limusina estacionó en el Ritz Carlton.

Sherlock quedó boquiabierto, sin duda había subestimado a Sherrinford, que no se iba con chiquilladas y en su interior el niño subió un punto en su estima solo por enfurecer de esa manera a Mycroft.

-Bueno, Sherrinford sabe vivir - dijo Sherlock mirando a Mycroft que iba subiendo en su enojo a cada paso que daba, Mycroft tenía mucho dinero, Sherlock no tenía claro en cuanto estaba estimada su fortuna pero lo que sí sabía era que odiaba gastar su dinero en cosas tan superfluas y sin duda alguna una habitación en uno de esos hoteles tan lujosos entraba a la lista de esos gastos innecesarios..

-Ni siquiera pienses que vamos a quedarnos, así que no se te ocurra pedir nada, en cuanto encontremos a Sherrinford nos vamos.

- Aburrido - dijo Sherlock haciendo un mohín.

Mycroft caminó con pasos seguros hacia la recepción, mientras Sherlock deambulaba por la amplia sala que era el lobby del Hotel, se veía el lujo por donde se posaran los ojos, mucho lujo y por supuesto no podían faltar bonitas mujeres.

Mycroft le hizo un gesto y Sherlock se fue caminando detrás de un conserje que amablemente nos dirigía hacia la playa privada del Ritz.

Era  un espectáculo raro de ver y seguro llamaba la atención a todos los otros turistas que descansaban plácidamente en la playa, un hombre elegantemente vestido caminando por la arena en zapatos italianos y traje hecho a la medida, seguido de otro hombre más joven que se notaba divertido con la situación.

A pesar de la arena Mycroft caminaba rápidamente acercándose decidido hacia  un pequeño grupo de chicos, más bien en particular a un chico, a su hermano, y un par de chicas muy alegres que jugaban lanzándose un poco de arena entre ellas mientras que el chico bebía un cóctel y las observaba con mirada felina como esperando el momento perfecto para abalanzarse sobre ellas..

Al quedar cerca a su hermano menor, Sherlock no pudo dejar de observar, después de todo era lo mejor que hacía y vio a un chico de cabello claro que inteligentemente se había dejado crecer la barba que ahora lucía en su rostro aún juvenil, su bronceado era envidiable y estaba en muy buena forma, pasaba como cualquier joven que quería pasar unas buenas vacaciones, solo que ese chico había logrado engañar a todos en el Ritz Carlton para que le de una habitación y de seguro una línea de crédito para pedir lo que se le antojaba. O si, Sherrinford si que iba a ser un problema para Mycroft y eso si que divertía a Sherlock, después de todo lo que pensó en la previa al viaje este no iba a ser para nada aburrido.

-Sherrinford  Holmes qué crees que estás haciendo?
-Por fin! ya están aquí…

El chico se acercó a sus hermanos y gustosamente le dio otro sorbo a su cóctel, por demás Mycroft y Sherlock se les secó la boca por querer beber algo.

-Los esperaba desde ayer, sé que no les di muchas pistas sobre mi paradero.

Sonrió muy despreocupado mostrando su perfecta y blanca sonrisa pero como no recibió una respuesta amable de sus hermanos, es más, sólo con ver a Mycroft era palpable que estaba super molesto con él así que pensó que sería el momento perfecto para mejorar su actitud, si, pensó que lo mejor sería actuar con arrepentimiento, es lo que ellos esperaban de él pero como él nunca hacía lo que alguien esperaba, decidió actuar como siempre.

-Siendo franco, Mycroft a ti te esperaba horas más tarde y a ti Sherlock desde ayer , después de todo fue a ti a quien dí más pistas de donde estaba, acaso no eres el “mejor detective de Inglaterra” - dijo sarcásticamente reafirmando su dicho haciendo un guiño a su hermano.

-QUE!? como te atreves a burlarte...

La indignación de Sherlock era tal que quería estrangularlo por lo que acababa de escuchar y en este punto ya no le parecía tan divertida la excursión de su hermanito menor pero eso no fue todo porque para rematar también le dirigió unas palabritas al más enojado de sus hermanos.

-Cambia esa cara Mycroft, me vas a decir que ni este agradable sol va hacer que deshagas de tu camisa de mojigato, metanse al agua está riquísima.

Sherrinford terminó de beber su cóctel y arrojando la copa a la arena se disponía volver a su mini paraíso pero justo cuando su pie derecho iba a dar el segundo paso sintió que Mycroft lo sujetó por su brazo.

-Nos vamos en este instante, recoge lo que acabas de tirar porque no voy a pagar ni un centavo más de tu despilfarro.

-Suéltame, nos están observando.

El menor de los Holmes tenía primero una expresión asustada pero de inmediato se mostró desafiante, después de todo las chicas lo estaban viendo con curiosidad y mostrarse vulnerable no era forma en que esperaba que lo recordaran.

-Te he dicho que me sueltes.

Rápido se deshizo del agarre de su hermano mayor, se cruzó de brazos y sin decir palabra dictó que no recogería la copa que acababa de tirar.

-Por las buenas o por las malas Sherrinford, tu escoges.

Sherlock observó con detalle a Mycroft y vio que le estaba señalando el cinturón, por supuesto Sherrinford no entendió la amenaza, el niño mimado no conocía nalgada alguna menos iba a temblar por el cinturón así que siguió con su típico carácter.

-Me da igual, si no quieres refrescarte es tu problema.

Se encogió de hombros y ahora sí salió disparado a donde las chicas lo llamaban dejando al gran Mycroft Holmes con la palabra en la boca y a Sherlock aguantando la risa que quería salirse a toda costa de su boca pero se contuvo y con fingida indignación dijo:

-Apuesto a que este es el momento perfecto para decirme que soy un buen hermano menor.

Mycroft rodó los ojos.

-Cállate Sherlock!

Y caminó otra vez en dirección a Sherrinford pero esta vez lo iba a llevar a la limusina si o si, quiera o no quiera. Si Sherlock hubiera tenido una silla cerca se hubiera sentado a ver el espectáculo, aunque no  lamentaba la escena que vendría a continuación reconocía que no todo era culpa de Sherrinford, sus padres lo habían criado así dándole todo lo que quería, cumpliendole todos sus caprichos y como no tuvo la “suerte” de criarse a la par como él con Mycroft nadie puso límites a sus acciones, sólo hasta hoy que  tendría que lidiar con Mycroft y sea como sea esa guerra no la iba a ganar porque cuando Mycroft se enojaba a ese nivel era muy difícil salir sin una cicatriz de guerra.

Fue así que Sherlock pudo ver como Mycroft llegaba justo por detrás de Sherrinford y como el suponía no dudó en tomarlo de una oreja y llevarlo a rastras por la arena de una de las playas más exclusivas de la Isla, ante la mirada atónita de las chicas que hace solo unos minutos atrás le coqueteaban abiertamente.

Pasaron por el lado de Sherlock y Sherrinford le lanzó una mirada suplicante pero nada se podía hacer, simplemente seguir el cortejo hasta llegar a la recepción del Hotel, solo en ese instante Mycroft soltó la oreja de Sherrinford.

-Se lo voy a decir  mamá y a papá, veras que lo lamentarás! -  el chico gimoteaba mientras se tomaba la oreja roja.

Sherlock sabía que su hermano era listo pero ahora mismo lo estaba dudando, amenazar a Mycroft con sus padres! una tontería mayúscula.

-Sr. Holmes, estamos en la recepción y no se permite que los huéspedes estén en traje de baño. - dijo el encargado mirando la escena intentando sonar lo más formal posible.

-Debo disculparme por la escena que mi hermanito menor me ha obligado a montar, por supuesto enseguida estará vestido- el tono respetuoso cambio a uno de dictador- Sherrinford vístete.
-Y con qué?
-Sherlock…

Astutamente los hermanos mayores habían pensado en todo, Sherlock se quito la camisa y se la dio a su hermano quedándose él en una cómoda polo.

-Quieres que me ponga esto?

El rostro disconforme del adolescente era indignante y hasta Sherlock pensaba que ya era el colmo de grosero pero sin dar más pelea ante la mirada severa de Mycroft, Sherrinford estaba vestido, no era el aspecto más formal pero era algo.

Mycroft tomo a Sherrinford del brazo y se acercó a Sherlock - Voy a cerrar la cuenta del Hotel, no le quites la vista de encima!! - dijo Mycroft mirando amenazantemente al chico.

-Pero yo todavía no me quiero ir!! - la mirada que le dio Mycroft hizo que Sherrinford tomara aire para cambiar su estrategia -  además mis cosas todavía están en la habitación.

Lo que en realidad quería el chico era tiempo para despedirse de las chicas que lo acompañaban, con todo no les había alcanzado a pedir ni siquiera el número de celular ni nada.

Mycroft no volvió a dirigirle la palabra al menor de sus hermanos.

Sherlock se llevó al chico lo más lejos que pudo de Mycroft, no quería más escenas como la vivida pero si aprovecho en dar unas reflexiones un tanto paternales.

-Esperabas  que al venir Mycroft y yo nos uniéramos a tu fiesta?
-No.
-Bueno, no es lo que tu actitud decía, entonces, qué esperas de nosotros?
-Que pagaran la cuenta? Acaso no es obvio.

Sherlock rodó los ojos y por un momento le dio la razón a Mycroft, el mocoso era el príncipe de la malcriadez.

Se escucharon unas risas y las chicas de la playa se acercaron a los hermanos - Te ibas a ir sin despedirte Sherr? - puso una mirada herida -Eso no se hace - dijo la otra acercándose a Sherrinford tan cerca que parecía que quería besarlo apasionadamente a punto de comérselo, que de hecho ya lo estaba haciendo con la mirada.

Inmediatamente la cara de Sherrinford cambió, incluso parecía haber madurado en un minuto - Claro que no, cómo podría dejarlas así Tiffy y Tami, no soy ese tipo de hombre.

Sherlock gruño, realmente ese niño no tenía remedio - No nos vas a presentar - dijo una de las rubias.

-Disculpen mi mala educación, este es mi hermano Sherlock.

Sherlock no alcanzó a saludar cuando una de las chicas lo tenía tomado del brazo - Tu hermano es muy tímido, me gusta - dijo la chica y le guiño el ojo.

Si alguien no se esperaba una situación como esta era Sherlock, se sentía incómodo siendo acosado por una mujer que ni siquiera conocía.

-Ahora que somos cuatro que tal si vamos al bar a tomar algo, siento que me voy a deshidratar! - dijo Tiffy.

Pero como siempre hay alguien que debe arruinar el momento, o en este caso salvar la incómoda situación, en ese instante Mycroft apareció y al ver a esas mujeres junto a sus hermanos  apresuró su paso y se enojó un poco más, si eso fuera posible.

-Sherlock te dije que no le quitaras la vista de encima, no que hicieras vida social!!

-Sabes que no me interesa lo social, no entiendo qué hacen ellas aquí.

-Pero que pesado, quien es ese Sherrinford? - dijo Tamy.

Sherrinford iba a contestar pero fue imposible, Mycroft había llegado a su límite ese día.

-Este?- señalándose-  es Mycroft Holmes y soy el hermano mayor de Sherrinford Holmes, el adolescente aquí parado que apenas tiene 16 años cumplidos al cual, por cierto, lo han estado embriagando y seduciendo.
-Dieciséis años? pero nos dijiste que tenías 23!

Mycroft aborrecía cuando las personas no lo entendían  a la primera así que decidió ser más específico.

-Por favor, no me tomen por estúpido, ustedes vieron bien como llevé arrastras a mi hermano por la oreja, creyeron que lo hice sólo por dar un espectáculo?
-No...nosotras, no sabíamos...sólo…..
-No me interesa saber sus razones o quienes son ustedes pero si se quedan  un solo minuto más o dicen una sola palabra, yo mismo las voy a denunciar a la policía y creanme que van a estar tras las rejas en menos de un suspiro.

Y todo el alboroto paso a un silencio Tiffy y Tamy soltaron a los Holmes y solo se vieron un par de melenas rubias salir rápidamente por la recepción camino de vuelta a la playa.

Sherrinford bajo la cabeza derrotado, ya no tenía nada más que hacer en las Islas Caymán, su aventura había terminado de la peor manera, solo le quedaba seguir a sus hermanos camino a la limusina, por lo menos iba a volver a casa con estilo.

El camino al jet fue en silencio, solo hasta que Sherrinford encontró el bolso con sus pertenencias y comenzó una búsqueda entre sus cosas, pero por más que revolvía todo no lograba encontrar lo que buscaba con desesperación.

El chofer avisó que ya estaban en el aeropuerto - Buscas esto? - dijo Mycroft con cara de triunfo mostrando en su mano el Iphone 7 tan codiciado por su hermanito. Sherrinford lanzó un suspiro - Pensé que lo había dejado en la playa- dijo y alargó su mano para tomar su preciado celular, pero Mycroft se lo echó al bolsillo

-Nada de celular, estas castigado - dijo Mycroft y salió de la limusina.
-No puedes hacer eso Mycroft- el chico salió detrás airado pero tuvo que frenar para no chocar de frente con Mycroft.
-Puedo y lo haré, qué piensas que lo que haces no tiene consecuencias?
-No eres tú quien debe castigarme!
-Oh, eso es cierto, el deber es de nuestros padres pero como lo que hacen obviamente no da resultados positivos tomaré la libertad de hacerlo por ellos, después de todo no sería la primera vez.

Mycroft miró con aire superior hacia Sherlock que desde el hotel no había dicho palabra alguna.

-Camina!

Sherrinford puso mala cara y se cruzó de brazos como acostumbraba hacer cuando algo no salía a su gusto.

-Estuviste todas esas horas bajo el sol sin protector solar, tu piel está sensible, creeme que eso empeorara las cosas.
-De que estas hablando Sherlock?
-De que tu bronceado perfecto va incrementar el dolor de la paliza que vas a recibir.
-QUE???!!!

Sherlock le habló al oído a su hermano menor.

-Sé que tuviste la osadía de broncearte incluso sin traje de baño, por eso te lo digo, las nalgadas te doleran mas.

La cara de Sherrinford se puso colorada de la vergüenza , estaba más rojo  que un tomate y furioso por lo que le dijo su hermano.

-No me preguntes cómo lo sé, después de todo soy el mejor detective de Inglaterra, recuerdas?

Le dijo con el mismo tono sarcástico que Sherrinford había usado en la playa, no había duda que Sherlock Holmes sabía vengarse cuando alguien intentaba opacarlo y en eso no sería distinto ni por su hermano menor.

Sherrinford miró a Sherlock y solo levantó los hombros, no le interesaban las cualidades detectivescas de su hermano, ahora solo tenía una palabra en mente “nalgadas” acaso eso era cierto, su padre lo castigaría de esa forma, pero si él tenía 16 años no era un niño.


Los tres hermanos Holmes ya iban camino a casa, pero esta aventura estaba lejos de terminar.

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