domingo, 25 de diciembre de 2016

Corto de Navidad



Oh Christmas!
Hola ¿cómo están? Soy Rodrigo el chico de 14 años que se llevó una tunda en las celebraciones de independencia ¿ya me recuerdan? Sí el de los cohetes. Bueno les voy a contar mi triste, lamentablemente y dolorosa historia de esta navidad. Soy un dramático ¿verdad? Porque la verdad no me fue tan mal, pero bueno, pasemos mejor al relato.

Resulta que mis papás y mis tíos decidieron que era una buena idea pasar la navidad en la playa, pero como Acapulco iba a estar lleno a reventar de turistas y Cancún fuera de presupuesto optaron por Puerto Escondido, un bonito destino turístico en la playa de Oaxaca. Llegamos un par de días antes de la víspera de Navidad, y todo iba muy bien hasta la tarde del 23, habíamos rentado una lancha un par de días y esa tarde yo y mis primos nos fuimos por la playa probando nuestras habilidades náuticas. Todos manejamos un rato la lancha, pero cuando fue mi turno se me ocurrió que era una buena idea acelerar la lancha.
-         ¿No vas demasiado rápido? – me preguntó Mauricio
-         Acuérdate que en el agua no tienes freno – me advirtió Gerardo, pero de todas formas todos lo estábamos disfrutando.
En cierto momento perdí la noción de velocidad-distancia y de pronto estábamos navegando a toda velocidad hacia la playa.
-         Cuidado! – escuché que alguien gritaba pero no pude hacer nada más que concentrarme para evitar llevarme a algunos turistas que estaban por ahí, y no había forma de frenar la maldita lancha así que solamente solté el acelerador girando el volante del timón, pero fue demasiado tarde porque de pronto la lancha se detuvo abruptamante y casi salimos volando, bueno de hecho e pobre de José María hasta se cayó de la lancha pero afortunadamente no se lastimó. Habíamos encallado la lancha en la arena y el motor estaba haciendo un ruido muy raro, lo apagué justamente a tiempo para escuchar las reacciones de los demás turistas que estaban en la playa. Mientras que unos nos insultaban otro soltó una carcajada, también escuché algunos gritos y mientras uno se acercó a reclamarnos que casi lo habíamos arrasado otro se acerco a preguntar si estábamos bien. Hasta un silbido escuché, y cuando al fin logramos quitarnos de encima a los demás tratamos de resolver nuestra situación.
-         Creo que estamos en problemas – me dijo Gerardo y yo tuve que asentir.
Finalmente logramos desencallar la lancha entre todo los primos, traté de encenderla y afortunadamente el motor arrancó, pero mientras Gerardo nos dirigía a la playa de nuestro hotel empezó a entrar agua, mucha agua a la lancha. Para cuando llegamos todos temíamos zozobrar, y para nuestra mala suerte ahí estaban nuestros padres y se dieron cuenta que algo estaba muy mal con la lancha.
-         ¿Qué le hicieron a la lancha?
Después de un largo silencio alguien dijo lo obvio
-         Tuvo un pequeño accidente y se rompió un poco el casco
-         ¿Quién fue?
Afortunadamente ninguno de mis primos ni mi hermano me traicionaron, pues teníamos una especie de pacto de primos de nunca acusarnos entre nosotros.
-         Bueno pues como parece que aquí nadie es el responsable, entonces todos son responsables. – dijo mi tío
-         Pero como es navidad se van a salvar de la paliza – dijo mi mamá (mamá te amo)
-         Pero no se van a quedar sin castigo, pues esa reparación nos la va a cobrar el dueño, así que este año no abrirán los regalos de navidad hasta que regresemos a la ciudad. – esto lo dijo mi papá
-         No
-         No es justo tío
Yo me quede callado, pero aunque mis primos se quejaron no me traicionaron. Y yo pensé que la había librado. Oh, cuanto me equivocaba.
Después de eso todos los primos nos fuimos a la fuente de sodas a tomar un lunch y fue ahí cuando me informaron de su plan.
-         Rodrigo, aunque no te acusamos con mi tío, creemos que, como nos arriesgaste a todos y además nos castigaron a todos por tu culpa tu no te puedes quedar sin castigo. – me dijo Gerardo
-         Así que aunque tu papá no te de la paliza no te vas a salvar de una. – esto me lo dijo Marcos
-         Y te la vamos a dar nosotros – lo último lo dijo Lucas sonriendo y disfrutando claramente la perspectiva
-         ¿Qué? No mam… ¿están bromeando, no? – casi se me atraganta el refresco
Pero mis primos negaron con la cabeza, y como era eso o que me delataran tuve que aceptar.
Después del lunch, y mientras nuestros papás estaban comiendo en el restaurante del hotel, mis primos me llevaron a uno de nuestros cuartos.
-         Bueno ¿y ahora qué? – pregunté yo mientras Mauricio jalaba una de las sillas del cuarto y la ponía en el centro.
-         Te quitas el short y te reclinas en el antebrazo de la silla – dijo Gerardo poniendo una almohada justo ahí.
-         ¡Tienen que estar bromeando! Sueñan…
-         No seas Ridículo Rodri, como si no te hubiéramos visto cientos de veces en chones – dijo Mau – además somos tus primos y todos somos hombres
Así que no me quedó de otra, y después de quitarme el short que traía me recline en el antebrazo de la silla dejando expuesto mi bóxer rojo ante mis primos.
PLAS PLAS PLAS    PLAS PLAS PLAS
Cada uno de ellos pasó, dándome 3 nalgadas fuertes y rápidas en cada lado de mi vulnerable trasero. Como tengo 5 primos y un hermano, pues me tocaron 36 nalgadas. Yo traté de aguantar el castigo sin quejarme ni llorar, pero aunque evité chillar mordiéndome el labio, al final del castigo una o dos lágrimas que habían estado luchando por salir se me escaparon. Finalmente pude levantarme, pero en eso Chema aprovechó que estaba descuidado y me bajó un poco el bóxer por atrás, dejando expuesta una parte de mi mejilla derecha, diciendo que para ver si era suficiente. Pero yo lo alcancé a agarrar y le di 5 nalgadas fuertes rápidamente antes de que mis primos me quitaran la oportunidad de continuar mi venganza separándome, pero como no era una pelea de verdad no les costó mucho trabajo.
-         ¿Todos a mano? – preguntó Gerardo
-         ¡Todos a mano! – exclamamos al unísono todos los primos y en eso Chema comenzó a reírse como un loco y nos contagio a todos que acabamos en una guerra de almohadazos, cosquillas y carcajadas.
Pues ese es mi relato, que la verdad no fue tan malo al final. Y ahora creo que los tengo que dejar porque aquí viene Chema a decirme algo y corriendo atrás de él Lucas gritando algo también.
-         Qué si va a haber regalos
-         Nos quitaron el castigo
Ah, esa es la razón, bueno ahora si ya me voy que quiero ir a ver los regalos que están poniendo en el árbol de navidad.

¡Feliz Navidad!

3 comentarios:

  1. jajaja Y Rodrigo pensó que se había escapado del castigo, el pobre.

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  2. jajaja Y Rodrigo pensó que se había escapado del castigo, el pobre.

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  3. jajaja pobre Rodrigo yo creo que ninguno de mis primos aceptaría dejarse castigar por los demás primos....
    Pero si fue peligroso lo que hizo y arriesgó a mucha gente!!

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