lunes, 6 de abril de 2015

Chapter 18: Magia



 


Chapter 18: Magia
 


Después de despedirse de Peter, Chris se fue a su cuarto. Aún era pronto para dormir, pero estaba cansado y de un humor extraño. Desde luego no estaba alegre, pero no sabía si estaba triste, frustrado, o melancólico. Seguía siendo el día de su cumpleaños pero no sentía que tuviera nada que celebrar. Sentado sobre su cama, cogió el mp4 y se puso los cascos. Se puso algo de música y ladeó el cuello, como para destensarlo. Hizo un balance del día. Había comenzado muy bien por la tarde tan sólo mejoró cuando conoció a Amy. Después descendió en picado cuando se enfrentó al "huracán Nick". Lo peor de todo, es que no estaba decaído por el encuentro con su hijo (aunque tampoco le hacía feliz, claro), sino por algo mucho más egoísta. Caminó hasta su armario y puso una caja en el suelo, para subirse a ella y llegar a una cajita que había encima del mueble. La abrió, y sacó una foto. En ella, una mujer sonreía. Aunque lo había estado evitando, Chris sabía perfectamente por qué había accedido a salir con Amy. Amy era el nombre que Chris iba a ponerle a su hija, la que pensaba tener con su mujer cuando ésta murió. La noche antes de que Bianca falleciera, habían discutido. Él quería tener otro hijo, y no es que ella no quisiera, sino que tenía dificultades para volver a quedarse embarazada. Chris estaba como loco hablando de que tendrían una niña, cómo la llamarían, lo que harían con ella, lo felices que serían…y Bianca no pudo soportarlo, pensando que no sería capaz de quedarse embarazada, y que aquello haría infeliz a Chris. Él no la culpaba en absoluto, pero no se dio cuenta de los sentimientos que abrumaban a su mujer, y se sintió impotente cuando ella comenzó a llorar. No sabía qué hacer, realmente, y ella acabó yéndose a dormir con una amiga, y a tener la típica charla de mujeres en la que Chris estaba excluido. La mañana siguiente, al hacer café, hubo una explosión de gas en la casa donde estaba Bianca, y ya no volvió a verla nunca más.
Chris besó aquella foto, y se preguntó si debía volver a ver a Amy. ¿Aquél nombre era una señal? Se sentía un traidor por ver a otras mujeres, pero también sabía que no debía sentirse así. Bianca ya no estaba. Y aunque se repetía que ya había aceptado ese hecho, aun le quedaba por asumir el hecho de que él, en cambio, seguía vivo. Y tenía derecho a rehacer su vida. Casi el deber, porque lo que él decidiera recaía también sobre su familia. Y, aunque nunca lo había pensado en ese sentido, sus hijos podían necesitar una "figura materna" en su vida. Se quedó allí, escuchando música, preguntándose qué era lo que debía hacer.
Mientras Chris hacía esto, Nick trataba de dormir, pero no podía. Se decía que era por el roce de las sábanas, por el dolor, pero en realidad no era tan insoportable. Se debía más bien a que sabía que Chris no iba a pasar por alto su enfado: que iba a insistir hasta averiguar el motivo. Pero Nick no quería decírselo, porque ni siquiera él lo tenía claro. Chris había estado a punto de averiguarlo: tenía que ver con el hecho de que hubiera salido. Más concretamente, con el hecho de que se viera con una mujer. Aquello le había molestado mucho, y por eso había estado tan callado mientras Peter jugaba al casamentero. Pero sabía que sería egoísta por su parte tratar de impedir que Chris saliera, así que haciendo un esfuerzo titánico, no dijo nada. Sin embargo al quedarse solos, Nick no dejó de darle vueltas a la cabeza, y de pronto se vio pagando su enfado con Peter, y subiendo a su cuarto lleno de ira. Cuando Chris subió a hablar con él, le tiró toda esa ira a la cara….Y aun entonces, arrepentido por su arrebato y adolorido por el castigo, seguía, en realidad, resentido con Chris. Resentido porque hubiera salido con una mujer, y más aun por el hecho de que, según él mismo le había dicho, lo hubiera pasado bien. Y lo peor de todo es que él mismo no estaba seguro de por qué le molestaba. Intentó elaborar una lista mental.
1) Estaban bien como estaban, ellos cuatro, sin mujeres
2) Si Chris se dedicaba a ligar por ahí, pronto descubriría que tener tres hijos le quitaba mucho tiempo. Ahí sobraban por lo menos dos, y los últimos en llegar habían sido Peter y él. Si Chris tenía que elegir entre una mujer y ellos dos, Nick estaba seguro de que escogería a la mujer.
3) Nunca había tenido un padre, pero una vez tuvo una madre. Una madre que murió, pero (Nick estaba seguro) que de no haberlo hecho habría vuelto a buscarlos. Si Chris era papá, su chica tendría que ser mamá, pero Nick no estaba dispuesto a dejar que nadie ocupara un lugar tan importante.
Sí, aquellas eran sus razones, y le parecían bastante lógicas. Pero entonces, ¿por qué sentía que no eran suficientes? ¿Por qué sentía que debía dejar que Chris hiciera lo que quisiera con su vida sentimental? Nick estaba en conflicto interno, y cuando eso sucedía siempre acudía a la misma persona: Peter. Oía el rumor bajito de la televisión, y supo que su hermano estaría abajo. Quería bajar, pero Chris le había dicho que durmiera. ¿Había sido una orden? ¿Se enfadaría si le veía fuera de la cama? Nick no quería arriesgarse. Finalmente se decidió a bajar, pero controlando esos "pasos de elefante" que solían delatarle. Puso mucho cuidado, para que Chris no se enterara, pero cuando bajó, Peter se había dormido en el sofá. Tras vacilar unos segundos, decidió no despertarle. De todos modos Peter no le entendería. Él no había tenido problemas con "la cita de Chris". Subió a su cuarto, derrotado y alicaído, pero se cayó por las escaleras. Se hizo muchísimo daño, porque cayó de culo. Al principio, no se pudo mover, y pensó que se había roto algo. Se dio cuenta de que había gritado, y de que su grito habría alterado a Chris, sin embargo tras esperar unos segundos, nadie vino. Tal vez Chris se había cansado de él, o tal vez ya estuviera durmiendo [en realidad, tenía los cascos puestos]. En ese momento a Nick le dio igual, en realidad, porque le dolía demasiado como para preocuparse por otra cosa.
- ¿Chris? – escuchó la voz de Peter, debía haberse despertado.- ¿Nick?
Nick, llorando en silencio, no dijo nada. Esperó un rato, hasta que Peter volvió a dormirse, y subió a su cuarto. Se tomó un analgésico y consiguió dormir.
Le despertó Chris, entrando en su cuarto con una bandeja con el desayuno.
- ¿Desayuno en la cama? – preguntó Nick, extrañado.
- Son las doce y media – explicó Chris. – No te despertabas y, puesto que es domingo, te dejé dormir. Los demás ya hemos desayunado. Pensé que éste podía ser un buen momento para que habláramos – le dijo Chris, dejando la bandeja encima de la mesa.
- ¿Puedo ir al baño antes? – preguntó Nick.
- Claro.
Nick salió de la cama y se fue al baño. Chris observó que caminaba de forma extraña. Cuando Nick volvió, le pidió que se sentara, y el chico obedeció, pero puso una mueca de dolor que le alarmó mucho. El chico se puso de pie en seguida.
- Nick ¿qué….?
- No es nada – se apresuró en responder, y se volvió a sentar. Chris se fijó en que intentaba hacer como que no le dolía. Se dijo que aquello no podía ser por el castigo. Él no era un monstruo. No lo era ¿verdad? ¿Le había hecho tanto daño? Antes de poder decir nada, Nick continuó - ¿De qué querías hablar?
- Yo…- vaciló Chris, y sacudió la cabeza. Hablar, sí. Había subido a hablar. - ¿Hice algo que te molestara? ¿Por eso estabas tan enfadado? ¿Por qué era?
- Por…por nada.
- Nick, por favor.
El chico recordó lo que Chris había dicho. Que si no le decía la verdad, le castigaría. Nick no respondió, pero se removió en su asiento y eso fue mala idea. Puso de nuevo aquél gesto de dolor. Aquello fue demasiado para Chris.
- Ven aquí – le pidió, y Nick le miró con desconfianza y algo de miedo. Chris entendió por qué, y aclaró – Sólo quiero ver si tienes cardenales. No voy a castigarte.
Con algo de vacilación y cierta vergüenza, Nick se acercó. Chris tiró de la tela del pijama un poquito. No se lo bajó del todo: sólo quería ver si le había hecho moratones a su hijo. No estaba preparado para lo que vio. Lo primero que pensó que es que era el ser más despreciable sobre la faz de la tierra. Pero luego, poco a poco, trató de ser razonable.
- Yo no te he hecho esto – musitó, aliviado, porque al decirlo se dio cuenta de que era verdad. No era consciente de haberle pegado muy fuerte, pero aun así, por fuerte que le hubiera podido pegar, jamás podría haberle hecho aquello: tenía un cardenal muy grande y oscuro, casi negro. – Yo no te he hecho esto – repitió, y giró a su hijo para mirarle a los ojos. Los tenía húmedos, pero estaba intentando no llorar. – Cielo ¿qué te ha pasado?
- No te enfades – le pidió.
- No voy a enfadarme, Nick, cariño. Madre mía, ¿te duele mucho?
Nick asintió. Quería llorar, y abrazarse a Chris como hacía a veces Leo cuando se caía. Llevaba queriendo hacerlo desde que se cayó, aquella noche. Como si lo adivinara, Chris le abrazó.
- ¿Cómo te has hecho eso? – le preguntó, muy preocupado.
- Ayer por la noche bajé a hablar con Peter, y me caí por las escaleras.
Chris estrechó el abrazo. Al pensar en "escaleras" y "caída", automáticamente pensaba en "cuello roto".
- ¿Por qué no me lo dijiste? Si estaba dormido, tendrías que haberme despertado.
- Pensé que ibas a enfadarte.
- ¿Y por qué me iba a enfadar porque te hubieras caído? No es culpa tuya, mi vida.
- Pero se supone que tendría que estar durmiendo. Y yo bajé a hablar con Peter. Yo…
- Nick, te aseguro que eso es en lo último en lo que estoy pensando ahora. Creo que lo mejor será que te lleve al médico.
Pero entonces Chris, de pronto, se dio cuenta de lo tonto que estaba siendo. ¿Médico? ¿En serio?
- Nick. Voy a hacer algo, y no quiero que te asustes. Te prometo que te va a dejar de doler.
Nick le miró con curiosidad, pero no dijo nada. Entonces Chris extendió su mano, y usó sus poderes de luz blanca. Él era sólo medio luz blanca, y el poder curativo era lo que más tiempo le había llevado dominar. Pero para algo era el hijo de un Anciano. Había curado cosas mucho peores. Nick se alarmó cuando vio cierto resplandor, y sintió un cosquilleo. Pero, en pocos segundos, efectivamente, le dejó de doler. Miró a Chris, sin saber si debía huir y salir corriendo. Aquello era…era…
-…magia. – murmuró, con los ojos muy abiertos.
- Pues sí. ¿Estás mejor?
Nick asintió, distraído.
- ¿Aun estoy durmiendo? – preguntó.
- No, hijo. Esto es real. Si te sientas, intentaré explicártelo.
Nick se sentó. Chris pensó que aquella no era la conversación que había esperado tener aquél día con su hijo. Se dijo que debería haberle contado aquello mucho antes, pero nunca encontraba el momento. En realidad, tenía miedo, de la reacción que pudieran tener. Se dio cuenta entonces de que después tendría que repetirle aquella historia a Peter, y reunió valor.
- Yo…soy un brujo – dijo tras unos instantes de silencio. – Y un luz blanca.
- ¿Un qué?
- Un luz blanca. A ver cómo te lo explico yo….Los luces blancas vigilan a sus protegidos e intervienen cuando es necesario para ayudarlos en su camino y mantenerlos a salvo. Pueden escuchar constantemente las voces de sus protegidos en sus cabezas, y si alguno de ellos dice el nombre de su luz blanca, estos pueden presentarse ante su cargo. Un luz blanca es una persona que en vida hizo el bien, a la que tras morir se le da la oportunidad de convertirse en ángel y se le dan ciertos poderes, en vez de seguir el camino al más allá.
- Alto alto alto. ¿Estás muerto?
- ¡No! ¡yo no!. Yo soy…medio luz blanca. El que está muerto es mi padre. Pero…¡él tampoco está muerto! Diantres. Nunca he tenido que explicarle esto a nadie. Mi padre murió, pero en vez de "morir", se convirtió….en luz blanca.
Nick no sabía si creerse todo aquello. No estaba asustado, porque aun no lo creía como cierto. Y sin embargo, Chris le había curado. Mágicamente.
- ¿Estás bien? – le preguntó Chris.
- Es….es imposible. Físicamente.
Chris no dijo nada. Pensó que Nick se lo estaba tomando razonablemente bien. Al menos, no había salido corriendo y gritando, espantado. Pero es porque de momento sólo había visto la parte buena. Nada de demonios ni hechizos malignos.
- Sigue – le dijo Nick – Tú hablas y yo escucho. Me explicabas qué era un "luz blanca".
- Sus cuerpos son réplicas de sus cuerpos humanos, pero están compuestos de orbitas. Si son alcanzados por algo que normalmente mataría a un mortal (por ejemplo una bola de energía o aceleración de partículas), sus cuerpos explotarán en orbitas que se reformarán sin ser dañados. Pueden, sin embargo, ser dejados inconscientes. Cualquier herida física que reciban es curada instantáneamente, salvo las causadas por las flechas de los ángeles negros, que están bañadas en un veneno mortal para los guías blancos (sólo lo es para ellos). Después de convertirse en luz blanca, el ADN de la persona tiene 3 hélices, no solo 2.
Como Nick le había salido con la física, Chris decidió explicarle algo a lo que el chico pudiera aferrarse.
- ¿Me estás diciendo que eres inmortal?
- No. Ni siquiera un luz blanca es inmortal. Ángeles negros, ya te dije. Pero además, yo soy sólo mitad luz blanca – volvió a repetir. – Yo no me curo.
- Pero si curas a otros.
- Sí, aunque no pude hasta hace muy pocos años. Mi hermano Wyatt lo hacía en el vientre de nuestra madre. Lo de curar es complicado. Puedo curar heridas provocadas por accidentes o ataques, pero no los daños auto infligidos ni las enfermedades.
- ¿Qué otras cosas puedes hacer?
- Como luz blanca, puedo sentir a mis protegidos, sabiendo lo que sienten, o si están heridos. Les puedo encontrar allá donde estén.
- ¿Quiénes son tus protegidos? ¿Lo soy yo?
- Me temo que no. No eres brujo – le explicó. – Además, vuelvo a repetirte que yo soy MEDIO luz blanca. No voy por ahí salvando a la gente.
- Vale, pues entonces háblame de los luces blancas, y luego me cuentas qué puedes hacer tú.
- Los luces blancas también han mostrado la habilidad de "metamorfosis", que les permite tomar la forma física de otros. Muchos confunden esta habilidad con el cambio de forma. Pero los luces blancas crean una ilusión alrededor del ser haciéndolo lucir como otro, mientras que el cambio de forma realmente transforma el ser en otro. Es algo complicado. Los luces blancas levitan. Y los luces blancas orbitan. Yo no puedo levitar, ni cambiar de forma, pero Paige, que también es medio luz blanca, sí. Al principio sólo podía curar canalizando los poderes de mi padre, o de otro luz blanca. Y sí que puedo orbitar.
- ¿Qué es…"orbitar"?
Chris extendió la mano, y dijo:
- Zumo.
El vaso de zumo que estaba en la bandeja se descompuso en motitas de luz, y se recompuso de nuevo en su mano. Nick se quedó mirando con la boca abierta.
- Esto, pero también con mi cuerpo, o con el de otras personas.
Nick se quedó en silencio. Chris pensó que quizás había sido demasiada información. Esperó. Esperó, y siguió esperando, pero nada. El rostro de su hijo tampoco era muy revelador.
- Di algo – pidió al final, comido por la impaciencia.
- ¿Tenéis algún archienemigo?
- Esto no es una liga de héroes, Nick. Pero sí, ya te he mencionado a las luces negras. Y todos aquellos que quieran dañar a un protegido o a cualquier inocente. Además hay otras…."limitaciones". No podemos matar. Respondemos ante alguien…son los Ancianos. Mi padre es un Anciano.
Y así, empezó a hablarle de Leo, de Piper, y le contó su historia. Le contó lo que a él le habían contado de niño unas mil veces, y lo que él mismo había vivido. Trató de mencionarle lo que sucedió una vez en una realidad paralela, y le habló de un Chris alternativo que viajó al pasado, pero aquello era demasiado complejo para Nick, así que lo dejó. Le habló también de sus habilidades de brujo, y de la de todos los miembros de su familia. Por último, le enseñó el Libro de las Sombras. Para cuando terminó de contarle TODO, eran ya más de la una, y Nick tenía sobrecarga de información.
- ¿Estás asustado? - preguntó Chris
- No.
- ¿Me crees?
- ¿Cómo podría no hacerlo? He visto como….como hacías magia delante de mí.
Nick estaba sentado, con la mirada perdida.
- ¿Qué piensas?
- Que la magia existe. Que mi padre es mago.
Seguía refiriéndose a él como "mi padre". Eso era bueno.
- En realidad, decimos brujo…
- Quiero hablar con los abuelos– le dijo. – Hay muchas cosas que tú no me has contado bien.
- Perdone usted, mis malas dotes como narrador.
Nick se rió, y aquello era más que bueno. Después de todo, no había ido tan mal.
- No es eso. Tú me cuentas lo que te han contado. Yo quiero ir a la fuente.
- Está bien, no creo que haya problema.
La curiosidad era bueno. No era rechazo. Chris no se había imaginado que se lo tomara tan bien. Nick guardó silencio un momento.
- Papá, no sois brujos normales ¿verdad? Has hablado de las Embrujadas y de tu hermano Wyatt como si fueran muy poderosos.
- Lo son.
- Tanto poder tiene que tener una explicación.
- ¿Qué quieres decir?
- Que aquellos con los que lucháis….los que aparecen en ese libro…..son poderosos también. ¿Es peligroso?
- Hubo un tiempo en que sí. – dijo Chris, dispuesto a no mentirle. – Pero ellos temen el poder de mi familia.
- Pero combates con ellos – insistió Nick.
- Alguna vez. Como luz blanca se supone que no lucho; como brujo es mi razón de ser.
- Hay muchas cosas que no entiendo. Aun no estoy seguro de que todo esto sea cierto ni de si mola que tengas poderes o si es algo malo. Pero hay una cosa que sí se: no quiero que te hagan daño.
Chris le abrazó, profundamente agradecido por aquellas palabras.
- No va a pasarme nada. Te lo prometo. Yo…me siento aliviado porque lo sepas. Ahora me queda….decírselo a Peter.
Nick se puso rígido de pronto.
- No lo hagas.
- ¿Por qué no?
- Él…no se lo va a tomar bien. De niños, rezó por que un ángel viniera a sacarle del orfanato, y me apuesto lo que quieras a que cuando estaba con Derek lo pidió con más fuerza aún. Pero nadie vino.
- Yo…Esto no funciona así. No somos "ángeles" en ese sentido.
- Lo primero que yo he conocido de la magia es que "cura". Que es buena. Ocúpate de que con Peter sea igual. Que no crea que es algo malo.

Sin embargo, Chris no tuvo oportunidad de hacer aquello.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario