viernes, 15 de julio de 2016

Capítulo 15.




Capítulo 15
Sebastian fue directo a casa de Antonia, aunque estab aín un poco enfadada con Sebastian al ver las horas que eran y que Marcos le acompañaba, le abrió la puerta. Antonia y Sebastian prepararon el sofá para que Marcos se acostara y se fueron a dormir. Aunque lo de dormir es un decir, se pasaron la noche hablando osbre lo que había pasado con César. Sebastian no era objetivo con César, no lo tragaba, no lo había tragado des del mismo momento en que entró en casa. Pero esta vez Antonia le dio la razón, César había cometida una estupidez que podía haberles costado no solo sus vidas sino también la de aquellos que les estaban ayudando.
A la mañana siguiente Marcos tenía que ir a la escuela pero cuando salió de casa solo llevaba el  pijama y la cazadora. Así que Antonia decidió que se quedará en casa viendo la tele, como haría cualquier chico de su edad en un día de fiesta. Después de comer Antonia se despidió de los chicos, tenía que ir a hablar con Leopold y Sebastian tenía llaves de su piso por lo que no había ningún problema. Marcos estuvo muy callado todo el día, entre que no le gustaba estar a solas con Sebastian y que estaba acojonado por cómo reaccionaría su padre cuando se enterara no es que tuviera muchas ganas de charla. Pero un día entero sin decir ni una palabra era demasiado para Marcos y aunque no fuera santo de su devoción emepzó a habalr con Sebastian.
-      ¿Cuándo volveremos a casa? (preguntó Marcos mientras seguía cambiando de canales en al tele)
-      Cuando lo diga  Alejandro (Sebastian contestó sin pena ni gloria).
-      ¿Y papá? (Marcos miró disimuladamente la reacción de Sebastian)
-      ¿Papá, qué?
-      ¿Que si sabes cuando regresarán  Max y papá? (preguntó molesto porque era evidente a lo que se refería)
-      Pues supongo que mañana, depende de Max…¿Es bueno?
-      No jajaja (par Marcos su hermano era un auténtico negado en todo)
-      ¿Qué es tan gracioso? (Sebastian a diferencia de Marcos tenía en muy buena consideración a Max)
-      Que Max es un negado, el tío siempre está riñéndole
-      Alejandro siempre está riñendo a todo el mundo (dijo con una sonrisa socarrona)
-       jajaja (no pudo evitar reírse aunque no le cayera bien Sebastian) ¿qué crees que papá…crees que papá me…si tu fueras papá? (Marcos no sabía como preguntárselo y se estaba liando aún más. Sebastian lo encontró gracioso)
-      (respondio secamente)
-      ¿si qué?
-      Si que se va a cabrear un montón, si que estásn en un buen lío, si que te va a caer una buena y si, si que vas estar castigado hasta el día del juicio final. Tío, no solo has robado, le has robado a César y para comprarte esa mierda
-      No es ninguna mierda
-      Según papá si, y aquí y ahora es su opinión la que cuenta (dijo Sebastian serio pero sin parecer enfadado)
-      ¿y si le digo que tú ya me zurraste?
-      Eyyy ey a mi me dejas en paz. Por si no lo has notado papá y yo no somos uña y carne. Además no te zurre por eso, te zurré porque me pateaste.
-      Da igual el porque, el hecho es que me zurraste, mi trasero ya ha sido castigado.
-      Jajaja buena suerte con eso.
-      No hace gracia Sebastian. Para ti es fácil, ya eres mayor.A ti no te pueden castigar (Sebastian pensó cómo de equivocado estaba su hermano)
-      No sé ni como se te pasó por la cabeza (dijo Sebastian volviendo al tema del robo de la tarjeta)
-      Es que esto es un coñazo, me aburro mortalmente, era eso o pegarme un tiro.
-      La hubieras liado menos. Además no me vengas que aquí te aburres, le dijiste a Alejandro que la primera vez que tomaste sin permiso la tarjeta de crédito de César fue hace más de un año. Hace más de un año aún estabas en Quickwater. Lo siento, Marquitos, pero lo mires por donde lo mires, estás bien jodido.
-      Muchas gracias, no me había dado cuenta y todo gracias a ti. Sino le hubieras ido con el cuento al tío, nadie se habría enterdao (dijo molesto).
-      No se lo dije para acusarte, lo hice porque esa tarjeta podía haber sido rastreada y podían haber dado con nosotros (intentó explicarle a su hermano. Marcos lo miró y se dio cuenta que hubiera pasado si los hubieran rastreado). Antonia dijo que a César ni lo tenían como residente de Quickwater, por lo que hemos tenido mucha suerte.
-      Crees que el tío y César se separaran por esto
-      Ojala (se le escapó Sebastian, pero en cuanto vio la cara de Marcos, rectificó). No lo sé, no lo creo. Pero seguro que en una temporadita  las cosas van a estar  aún más tirantes por casa. Y Marcos un Alejandro cabreado y encerrado no es algo que uno quiera ver (Sebastian puso una mueca de disgusto y al pensarlo Marcos también retorció el hocico).
-      Mi vida es una mierda (se quejó Marcos)
-      Bienvenido al club, enano (y le pasó el brazo por encima en plan compadreo, Marcos no lo apartó)

-      ¿Quieres que me vaya? (César ya no pudo más Alejandro había pasado toda la noche fuera y llevaba toda la mañana esquivándolo)
-      No (dijo muy seco)
-      No puedes pasarte el resto de tu vida ignorándome
-      Has puesto en peligro a mi familia, solo por una estúpida ñoñería de las tuyas. Guardar esta tarjeta fue una auténtica estupidez.
-      Lo sé, y créeme cuando te digo que nada de lo que me digas va hacer que me sienta peor de lo que ya me siento (dijo realmente mortificado César).
-      Me has puesto en una situación muy incómoda César. Has puesto en peligro al clan y eso se castiga con la muerte…sé que no eres un Bocha de sangre pero tú mismo lo dijiste ahora éramos tu clan (César miró a Alejandro y no supo que decir). Quedamos muy pocos, y eres un efectivo muy valioso por lo que no puedo darme el lujo de matarte, pero (Alejandro estaba a punto de vomitar) no puede hacerte daño…no puedo, pero
-      Lo entiendo ¿y si le pides a Julio? Él es el segundo ¿no?
-      No le puedo pedir eso a mi hermano, lo haría, pero es ponerlo en una situación muy incómoda y solo porque yo no quiero hacer lo que tengo que hacer (dijo Alejandro muy seco).
-       Pídeselo a Sebastian, ambos sabemos que él no tendrá problema alguno (dijo César preocupado).
-      ¿Sebastian? ¿Estás seguro? No eres su persona favorita, precisamente (le dijo Alejandro sabiendo perfectamente que Sebastian seguía guardándole rencor. Cuando César llegó a  casa Sebastian estaba en plena adolescencia, y que su profesor fuera el compañero de su tío, no le sentó nada bien. Pero que encima tuviera que obedecerlo, sin ni tan siquiera pertenecer a los Bocha, siendo él el legítimo heredero, fue un gran golpe en su ego. La relación entre Sebastian y César no empezó con buen píe y con los años no solo fue a peor sino que llegó a ser bastante insoportable) ¿Sabes que él me ha pedido tu cabeza en más de una ocasión, verdad?
-      No me va a matar, como tú has dicho somos muy pocos, no puede darse ese lujo aunque lo desee con todas sus fuerzas. Sebastian es muchas cosas pero no es un necio (dijo César que aunque la idea no le agradaba nada, menos le gustaba  tener que abandonar a Alejandro).
-      Entonces lo llamaré, queda entre vosotros dos. Pero una cosa César, quizás quedes en paz acorde a  las reglas de la manada, pero esto me va a llevar tiempo  digerirlo (y eso era lo que más temía César que ese desliz pudiera costarle su relación con Alejandro).
-      Lo entiendo, y no te pido que hagas como si nada hubiera pasado, solo te pido algo de comprensión y paciencia. Ha sido un grave error por mi parte y estúpido, tienes razón y podría habernos costado muy caro, pero esta es la segunda vez que he tenido que renunciar a mi  pasado por ti.  La primera no fue fácil pero ahora ha sido incluso peor…porque el sitio que ocupaba en Quickwater me había costado sudor y lágrimas ganármelo. Y no solo eso, había aprendido a querer y valorar a su gente y ya era parte de mí.

-      César, lo entiendo. Pero todos nosotros hemos hecho ese sacrificio…Mi familia llevaba allí más de 360 años ¿Cómo crees que me siento yo? (dijo un poco herido) te daré tiempo pero tú también debes de darme algo de espacio (dijo Alejandro levantándose del sofá y saliendo del salón).

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