jueves, 21 de julio de 2016

Capitulo 7 Moshe



Capítulo 7 Moshe

Peter contuvo un grito, porque aquél mordisco le había dolido de verdad. Encima el pequeño demonio no se soltaba y Peter tenía miedo de que a este paso le desgarrara la carne. Los demonios tenían dientes muy poderosos, aunque fueran demonios en miniatura como aquél.


  • ¡Suéltame! ¡Suelta!


El resto de los presentes observaban la escena con diferentes tipos de emociones. Algunos parecían estar disfrutando del dolor de Peter y otros se mostraban curiosos ante el hecho de que el Rey no se hubiera librado de la molestia, fulminando a su agresor. Peter era consciente de que si se transformaba en demonio de nuevo, podía vencer a ese chico fácilmente, porque bajo esa forma era mucho más fuerte que él. Pero no quería hacerle daño.


Después de intentar soltarse varias veces sin éxito, Peter supo que tenía que hacer algo urgentemente. Y solo se le ocurrió una cosa, inspirado en lo que hubiera hecho su padre. Estiró el brazo, y le dio una palmada a la criatura sobre unos jirones de ropa que en otro tiempo debieron ser un pantalón.


PLAS


El demonio no le soltó, pero sí dejó de moverse y de apretar la mandíbula. Peter probó a soltarse entonces, pero todavía no podía.


PLAS


  • O me sueltas, o te daré más de esas ¿eh? – le advirtió. Intentó sonar como Chris, pero no terminaba de conseguir el tono de padre enfadado.


Finalmente, el demonio le soltó y Peter llevó la mano y la vista hacia su brazo herido. Sangraba bastante, pero no era grave. Cuando volvió a levantar la vista, ante él ya no había un pequeño demonio gris, sino un pequeño niño humano. El demonio se había transformado. Muchos demonios tenían esa habilidad, pero el hecho de que escogiera su forma humana en una situación de peligro quería decir que seguramente había vivido entre las personas tanto o más tiempo que en el inframundo.


El niño que tenía delante ni siquiera llegaba a la edad de Leo… tendría cuatro o cinco años como mucho… cuatro añitos de pura ternura. Era rubio y lloraba de una forma sobrecogedora. Peter  se conmovió enseguida, y ya se estaba agachando para cogerle en brazos, cuando el niño se volvió a transformar frente a él, pero no volvió a su cuerpo demoníaco, sino que adoptó el aspecto de un niño algo más mayor, de piel morena y rizos marrones. Peter parpadeó, confundido. Bajo este segundo aspecto el niño aparentaba unos ocho años. En su ya no tan corta experiencia con la magia. Peter nunca había oído hablar de un demonio que pudiera tener dos aspectos humanos diferentes.



Peter no soportaba ver llorar a un niño y menos a uno que por edad le recordaba a su hermanito. Hincó una rodilla en el suelo para ponerse a su altura e intentó poner una mano en su hombro, pero el niño se apartó para que no le tocara. Peter optó por no insistir en el contacto.


  • ¿Cómo te llamas? – le preguntó.


No obtuvo ninguna respuesta. Poco a poco, el niño perdió su mirada vulnerable y serenó su llanto, para dedicarle después una expresión iracunda.


  • Oye, tendría que ser yo quien se enfade – protestó Peter – Mira lo que me hiciste, me sangra el brazo.


  • ¡Y haré más que eso, asesino! ¡Asesino!


  • Deja de decir eso. Yo no he matado a nadie. – dijo Peter. “Más o menos” añadió para sí. Supuso que las acciones llevadas a cabo en un mundo paralelo no contaban, así como las acciones hechas en un futuro alternativo.


  • ¡Claro que sí! Snif…snif… ¡Por tu culpa murió mi papá!


Peter se quedó congelado. ¿El demonio que había matado al bajar, cuando le estaban atacando, era el padre de ese niño? Una parte de él no era consciente de que los demonios también tenían hijos. Sabía que los tenían, pero simplemente no pensaba en ello, al igual que uno no piensa en los hijos de un asesino cuando está por asesinarte. Simplemente lanzó la poción, como tantas  otros brujos, tantas otras veces… Ni siquiera  le dio mucha importancia al hecho. Si sintió la muerte del demonio, pero no la lamentó como habría lamentado la de una persona. Estaba demasiado acostumbrado a escuchar que los demonios eran malos, y no tenían alma. Salvo él. Él era un demonio con alma… Quizá por eso las palabras del niño le habían dolido tanto.


  • Yo… yo… Tu padre me atacó… Él iba a matarme a mí…


  • ¡Mentira! – le acusó el niño, lleno de lágrimas otra vez.


Peter aún no había terminado de asimilar que había dejado huérfano a un crío. Era demasiado para él. Sentía que ya tenía muchas culpas que pagar como para encima añadirse más.  Por suerte, justo en el momento necesario para impedir que se volviera loco, uno de los demonios que estaban haciendo de espectadores dio un paso al frente.


  • ¿Eres el hijo de Loras? – le preguntó al niño, y el chico asintió. El demonio miró después a Peter con una expresión seria – Tú no has matado a su padre. Su padre murió hace dos días.


  • Pero… sí maté a un demonio - murmuró Peter.


  • No sé quién fuera él, pero a Loras no lo mataste tú. Murió en una pelea, cuando nos enteramos de que había un nuevo rey, que tenía nuestros nombres en el Arca. Loras no quería que vinieras…


  • Entiendo que no acepte un rey que han escogido por él – dijo Peter. – No tenía por qué morir…


  • Fue una pelea entre muchos. Varios murieron. Te gustará saber que algunos pelearon por ti…


  • No sé qué pensar aún de eso…Pero este niño…su padre…


  • Jamás se portó como un padre. – replicó el demonio. – El niño no comería si no fuera por la caridad de los demás.


  • No sabía que los demonios pudieran tener caridad… - se le escapó a Peter.


  • Ni yo que pudiéramos tener alma, y ahí estás tú. – dijo el demonio.


Peter percibió curiosidad y ambición en su voz. Enseguida entendió que ese demonio también quería tener un alma, y se estaba planteando si Peter era capaz de proporcionarle una. Tal vez por eso él parecía más predispuesto que otros a aceptarle como rey.


  • No lamentes que ese tipo haya ido a parar al Abismo. – concluyó el demonio – Se lo merecía.


  • Pero… era su padre…


  • El niño solo tiene miedo por su futuro. No hay huérfanos en el inframundo. – declaró el ser, de una forma que dejó claro que a los huérfanos los mataban, antes o después.


  • ¿Y su madre?


  • Una simple humana. Murió al darle a luz. A muchas mujeres les pasa cuando paren un mestizo.


Así que el niño era mitad humano, como Nick. Por alguna razón eso hizo que Peter se sintiera mucho mejor. Pero no cambiaba el hecho de que en cierto modo era su culpa que ese niño no tuviera un padre. Volvió a agacharse para dirigirse al niño.


  • ¿Cuántos años tienes? – le interrogó.


  • Siete.


  • ¿Y cómo te llamas? – repitió, esperando tener más éxito aquella vez.


  • Moshe.


  • Hola, Moshe. Yo soy Peter…. Aunque también puedes llamarme Vraskor. Es mi nombre demoníaco.


  • Snif… No me importa…Snif… Asesino…


  • Siento lo que le pasó a tu padre. Lo siento más de lo que puedas imaginar. Si yo perdiera a mi padre ahora me…


  • Él tiene razón, mi padre era malo. Pero era lo único que tenía  - replicó Moshe.


Peter buscó la forma de reconfortarle, porque sentía que si alguien podía entender a ese niño, era él. Él sabía mejor que nadie lo que era depender de un ser malvado, y lo terrible que se siente perderle incluso a él, y pensar que siempre estarás solo. Él sabía lo que era crecer siendo huérfano, pero ahora por fin sabía lo que era tener una familia.  Y el niño podía llegar a tener eso, algún día.


No llegó a formular nada de aquello, porque de pronto aquella estancia se llenó. Ya llevaba una hora fuera de su casa y Chris había cumplido su promesa: había bajado a por él, con su hermano y sus padres. Los poderosos brujos Halliwell habían descendido al inframundo. Los demonios comenzaron a huir en estampida, sabiendo que no tenían nada que hacer contra ellos. Únicamente el niño se quedó, porque Peter, con un rápido reflejo, le había agarrado del brazo.


  • ¡Peter! – exclamó Chris, aliviado en cuanto le vio ileso. O casi. - ¿Qué te ha pasado? ¡Tu brazo!


  • No fue nada. Solo que esta fierecilla de aquí me mordió.


Christopher miró al niño con desconfianza. Para confirmar sus sospechas, miró a su padre. Leo, con sus poderes de Anciano, se había dado cuenta de que aquél niño era un demonio, o un semidemonio al menos. Y no uno como Nick, puesto que ese crío no tenía alma.


  • Peter, suéltale.

- No, papá, tú no lo entiendes. Es solo un niño, y yo…yo tengo la culpa de que su padre esté muerto…

4 comentarios:

  1. muy muy corto T.T
    DreamG que linda historia, realmente linda y lindos tus niños. Espero que pronto este el otro capitulo :3

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  2. Auch Chris si que es de palabra y ahora Piter va a recordar no volver a desobedecerlo!!!...
    Ahora que pasará con Moshe??

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