miércoles, 13 de julio de 2016

Capítulo 3.



Capítulo 3.
A las siete y media Max estaba sentado en el sofá del salón, inusualmente feliz para haber recibido una buena zurra el día anterior y tener a su padre y medio clan de morros. A  Julio no se le escapó el inusual estado de humor de su hijo, no correspondía para nada al estado normal de Max, un chico más bien retraído, pero encima esa sonrisa y buena predisposición, después de la bronca de la noche anterior…pero en esos momentos Julio tenía cosas más importantes de que preocuparse de Max. En la reunión de aquella noche Max tendría que aceptar la posición de futuro Alpha del grupo, y su tío empezaría a prepararlo para el día en que él se retirase. 4 años antes esa misma reunión se celebró con el hermano mayor de Max y no era ningún secreto que el chico estaba más preparado que Max para aceptar esa responsabilidad pero al final resultó ser un absoluto desastre. Sebastian  había acabado expulsado del clan y casi los lleva a una guerra con el clan de los Alsacios. Julio respiró hondo aunque seguía muy dolido con Sebastian  no podía evitar preguntarse que sería de él ahora y si estaría bien.   Pero Alejandro fue muy claro le perdonaba la vida pero que daba expulsado del clan y los demás miembros tenía fuertemente prohibido relacionarse con él. Sabía que su hermano había sido muy generoso perdonándole la vida. Sebastian  siempre fue su ojito derecho y casi le dolió más a Alejandro la traición que a su propio padre. Fue duro para Alejandro y muchos le criticaron por no haber matado al muchacho como dictaban las normas. Pero Alejandro encontró un pequeño resquicio al cual aferrarse y en vez de matarlo lo condenó al ostracismo. Para los Bocha, su propio clan, Sebastian  nunca había existido y ni si quiera se podía hablar de él.
-          Ponte con los deberes (dijo su padre al ver que su hijo hacía un buen rato que no escribía nada en su libreta y aunque su mirada estaba clavada en el libro de francés sus pupilas no se movían ni un milímetro)
-           (dijo volviendo a la realidad, aunque solo había podido pasar 20 minutos con Coral, habían sido 20 minutos de gloria y esta vez le había tocado una teta. Vale que fue por encima de la ropa, pero era una teta la fin y al cabo).
-          Quiero todo acabado antes de la reunión. Y te quiero en tu mejor actitud
-          Si (dijo algo cansado. Su padre se lo quedó mirando fijamente muy serio), si, papá, me comportaré (dijo esta vez sin tanta actitud)
-          Esta noche es importante, estarán todos, y después de fiasco de anoche, más vale que te luzcas
-          Pero si solo me tenéis sentado ahí (señalando al final del salón) escuchando (dijo sin dejar de observar la reacción de su padre).
-          Mira hijo, esta noche te nombraran sucesor de tu tío (Max abrió los ojos y la boca. ¿él? Bueno sí, que después de Sebastian  él era el siguiente, pero…¿él? ´le no tenía madera de líder, es más, todo el rollo ese del clan le parecía muy aburrido) y necesito que demuestres a todos los miembros de nuestro clan que eres un digno sucesor. El clan necesita estabilidad y seguridad.
-          ¿y tengo que ser yo?
-          Sí, hijo. Así  lo dicen las normas. Es tu destino, por sangre (dijo muy solemne Julio)
-          No, no es así (dijo flojito y con miedo mirando de reojo a su padre. Julio por un segundo se vino a bajo, pero enseguida recuperó la sangre fría)
-          Ahora eres el mayor de los herederos de tu tío, es tu deber con el clan.
-          Pero, yo no quiero. Yo no sirvo, papá…¿Por qué no lo eres tú?
-          Porque no funciona así. A Alejandro lo debe suceder una generación más joven, y puesto que él no tiene hijos…
-          ¡Pues que adopte!
-          No llevarían su sangre (dijo fulminándolo con la mirada, porque sabía que su hijo sabía muy bien las reglas de los hombres lobos) por lo tanto no valdría como sucesor.
-          ¿y no puede ser Marcos? Seguro que a él le haría ilusión (dijo aún sabiendo que no era posible).
-          Max no quiero tener que enfadarme hoy también contigo. Esto no es lago que podamos escoger, es así y punto, y mejor que empieces a hacerte a la idea, porque mañana mismo tu tío te empezará a instruir (ahora si que la cara de Max era un poema. Su tío Alejandro no era un mal tipo, siempre que no fuera en plan, soy el jefe de la manada. Porque cuando actuaba como Alpha era un auténtico déspota sin miramientos) y no quiero quejas. Es un gran honor pero también una gran responsabilidad, Maximiliano. Piensa que todo es para que el día de mañana seas un gran leader como lo fueron todos tus antecesores.
-          No como todos (dijo flojito, refiriéndose a su hermano mayor)
-          Plass (su padre le dio un bofetón. Max se llevó la mano a la mejilla pero controló sus lágrimas. Su padre no tuvo ni que decirle ni  porque lo había abofeteado. Los dos sabían que no podían hablar de Sebastian , aunque ninguno de ellos dejara de pensar en él) Acaba tus deberes (dijo mortalmente serio y salió del salón para que el chico no tuviera más distracciones).
 La reunión fue tan solemne como aburrida. Max sabía la liturgia de memoria, llevada viéndola cada semana des del día en que nació. Pero que la supiera no significara que la siguiera con gusto. Aquello le tarjo recuerdos del pasado, de su hermano, de cuando eran todos “una familia feliz”. Pero también le trajo recuerdos de los días más oscuros que había vivido, de ver como su hermano fue cambiando y cada vez era más distante con él. Y finalmente la noche en que su hermano intentó matar a su tío, y lo hubiese logrado sino fuera porque Alejandro era algo más que el Alpha de los Bocha. Alejandro era el guardian del sello, y mientras lo llevara era inmortal. Pero eso no lo sabía Sebastian  y en aquellos momentos ni siquiera lo sabía Max. Era un secreto que solo Alejandro y Julio sabían. Ni siquiera César lo sabía.
A la mañana siguiente Alejandro levantó a Max a las cinco de la mañana. Max no podía ni creérselo, era demasiado pronto para cualquier cosa. Pero una dura nalgada en su pobre trasero.
-          En 10 minutos en el porche (ordenó su tío en voz baja para no despertar a Marcos)
-          ¿qué? (dijo medio dormido, solo el dolor en el trasero le hacía creer que eso no era un sueño)
Max, tienes 10 minutos para levantarte, vestirte y bajar. Vamos a empezar con tu formación como futuro jefe de la manada.
-          Tío, son solo las cinco (protestó  mirándolo descorazonado)
-          9 minutos 30 segundos (dijo alzando una ceja) Max ¿No querrás enfadarme en tu primer días, verdad? (Alejandro uso ese tono amenazador que no parecía para nada una amenaza pero que era una amenaza con todas las de la ley. Max apartó las sábanas y se levantó, rápidamente se puso unos tejanos, un suéter y las deportivas. Ni se lavó la cara, para que, nadie a esa hora lo iba a ver y dudaba mucho que a su tío le molestaran las legañas mientras obedeciera como un buen soldadito. Al llegar al porche estaban César y Alejandro esperándolo, estaba bastante calmado no había hecho esperar a su tío así que no había  motivos para estar asustado)
-           ¿a dónde vamos? (preguntó con cara de sueño al ver que se subían al coche)
-          Al bosque (dijo Alejandro indicándole con el dedo que se pusiera el cinturón de seguridad)
-          ¿Al bosque? ¿Ahora? Es de noche (dijo alucinado Max)
-          Eres un hombre lobo, Max, no me vengas con chorradas (le espetó Alejandro)
-          ¡No es luna llena!  Y yo ni siquiera me he transformado aún ni una sola vez(dijo flojito Max y antes que Alejandro le saltara al cuello César intervino).
-          Hay muchas cosas que la madre naturaleza nos puede enseñar, no solo como lobos sino como humanos también. Debes empezar a aprender a escuchar lo que la madre naturaleza quiera decirte y a ver lo que la madre naturaleza quiera mostrarte (César dijo usando su tono de profesor.  A diferencia de Alejandro, César estaba acostumbrado a lidiar a diario con adolescentes rebotados, resabidos y recalcitrantes. Alejandro le echó una mirada por el espejo retrovisor a su sobrino, aunque no parecía conforme no replicó. No puedo evitar compararlo con su hermano mayor. Max y Sebastian  eran como la noche y el día. Sebastian  en su primer día, estaba eufórico muy emocionado y deseando aprender más cosas sobre ellos. Max cerró los ojos y echó una cabezadita hasta llegar al bosque).
-          Baja (dijo su tío seco pero no enfadado abriéndole la puerta)
-          ¿Qué vamos a hacer? (preguntó curioso Max)
-           Nosotros nada. Tú (dijo Alejandro). Necesito que me traigas las cosas de esta lista (dijo entregándole un papel) Cuando las tengas todas regresaremos a casa (Max tomó la lista y empezó a leerla con atención. Era una lista muy rara habían cosas como una punta de flecha de cobre,  una canica blanca,  una camisa de su padre,  una lata alubias, un mechero,  un manojo de verbena roja o una percha de plástico)
-          ¿Es algún tipo de yincana? (preguntó Max escéptico pero ninguno de los dos le contestó) Os acordáis que hoy tengo clases ¿no?
-          De la escuela no te preocupes (dijo CésarTu encuéntralo todo y ya está (dijo César sonriéndole amablemente. Alejandro abrió el maletero del coche y sacó uno de esos café que se agitan y se calientan solos. Y empezó a agitarlo).
-          ¿Y no me dais ninguna pista ni nada de dónde puede estar todo esto? (Max dijo esperando más instrucciones)
-          Utiliza tu sentido común y tus instintos (dijo Alejandro) como cuando eras pequeños y buscabas una piedra concreta en la vieja pedrera (dijo y al fin sonrió Alejandro, hacía días que se mostraba quisquilloso por todo, así que aunque inconscientemente Max se sintió algo menos inquieto. Aunque seguía sin hacerle ni pizca de gracia eso de estar a esas horas de la madrugada en la montaña buscando cachivaches. En cuanto Max se alejó lo suficiente como para que no le escucharan. Alejandro le alargó el café a César y tomó otro que empezó a  agitar como había hecho con el otro).Es buen rastreador. Tiene un don para esto (dijo y César pudo notar algo de orgullo en las palabras de Alejandro).
-          ¿Por eso hemos empezado con una tarea de rastreo? ¿Para darle algo de confianza en si mismo? (dijo sin ocultar su risa. César sabía que a Alejandro no le gustaba hacer de perro sabueso pero era lo que le había tocado hacer)
-          Max no es el chico más echado para delante de este pueblo, precisamente. Y necesita ganar algo de confianza en si mismo. Tiene que dejar de buscar la seguridad del anonimato. Cuando sea el Alpha deberá guiar a nuestro clan y deberá hacerlo de una forma firme y que transmita confianza y seguridad.
-          Tendrás que ser paciente con él.
-          No pienso retirarme mañana, César (dijo riéndose)
-          No me refería a eso, Alejandro. Quizás con Max debamos ser más cercanos.
-          Soy su tío, soy cercano (dijo mirándolo con malos ojos pero eso no le impresionaba a César).
-          Me refiero que quizás no haya que exigirle tanto como (César respiró hondo sabía que por la prohibición no podía mencionar al hermano mayor de Max). Deberías ser más flexible con el muchacho. Él no estaba destinado para esto, no lleva toda su vida preparándose para este momento. Seguro que tenía planes que nada tenían que ver con ser el leader de los Bocha.
-          Es Max. Me apuesto lo que quieras que sus planes no iban más allá de la próxima semana (dijo Alejandro obviando el intento de comentario sobre Sebastian ). Habrá que trabajar mucho más con él. No son solo conocimientos debemos moldear su personalidad también. La gente no solo debe respetarlo debe temerlo, sobre todo nuestros enemigos.
-          Estamos en tiempos de paz
-          La paz no es eterna y es frágil, ya viste lo frágil que es…además uno no acude al jefe de los Bocha para hablar del tiempo…cuando acuden a mi es para solventar problemas que ellos mismos no son capaces de arreglar. Para que ponga paz, para que haga justicia, para que mantenga el orden…todas estas cosas requieren no solo de conocimiento sino de un fuerte carácter (Alejandro dijo muy serio).
-          Y llevas razón, pero roma no se construyó en un día,  no quieras convertir al chico en un leader de al noche a la mañana, no le pidas más de lo que puede dar. No lo lleves a la extenuación física y mental. Porque Max no es un luchador
-          ¡Estupideces! Max es un guerrero. Lo lleva en la sangre (dijo Alejandro enfadado. César sabía que era hora de callarse. No iba a sacar nada de un Alejandro ofuscado).

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