lunes, 28 de abril de 2014

Sebastián se va de casa



Sebastián se va de casa


Sebastián Price tenía el mundo a sus pies. Había cumplido los 18 años; había quedado primero en la lista para estudiar Ingeniería; sus padres le habían comprado un departamento, ya que vivía a dos regiones de casa; tenía lleno el refrigerador; todos sus cuadernos, libros y demás materiales que pudiera necesitar, y unos padres que confiaban en su pequeño genio, con su vida.
Para Sebastián, vivir por primera vez sin la supervisión de sus padres fue algo tan maravilloso que jamás había imaginado las tentaciones que surgirían al poco andar: las fiestas hasta la madrugada, las mujeres sin preocupación que se turnaban para hacerle compañía en su cama, las clases dejaron de ser una prioridad, llegando a ser algo que sólo a veces recordaba, y cuando lo hacía, si no tenía otro panorama, llegaba a ir. Así fueron los dos meses que llevaba de libertad, donde había probado todo lo que en la vida con sus padres no podía permitirse. Buena vida! pensaba él… Había faltado a la primera ronda de certámenes, hablaba a media tarde con sus padres para que no lo llamaran en medio de las variadas actividades extracurriculares que tenía y de ésta forma no ser sorprendido por ellos… Se había vuelto un mentiroso experto!! Sus padres jamás sospecharían nada… pero Seba no había pensado en el futuro… si reprobaba todo, lo expulsarían… pero bueno, aún tenía 5 años para idear algo… y quién sabe si en algún momento se ponía las pilas y comenzaba a ir a clases… al fin de cuenta, esa era su intención… pero sólo le duraba hasta que sonaba el despertador… que era silenciado de un golpe y una promesa de ir al otro día…
Pero la suerte del bello pilluelo no podía durar eternamente, pues si bien de la universidad no iban a llamar para notificar al inasistencia a clases, sí lo hicieron para notificar los dos meses de atraso en la mensualidad, porque… un detallito que había olvidado mencionar es que Sebastiancito había ocupado el dinero de las mensualidades que su padre religiosamente depositaba en su cuenta, para que este chico responsable hiciera los pagos.
Francisco puso el grito en el cielo cuando recibió la llamada de la universidad y tan enojado estaba que exigió saber de la situación académica de su hijo, se excusaron para no darle una respuesta, pero como finalmente él era quien pagaba…
“Señor, lo único que puedo decirle es que su hijo tiene clave de internet de nuestra universidad por lo que puede ver todas sus notas y trabajos, así que pregúntele a él. Lo espero para que se ponga al día con los pagos”
“gracias”
“hasta luego y disculpe las molestias”
“hasta luego”
Francisco llamó a su mujer y la puso al tanto de la situación. Una suerte que a los dos les debían las vacaciones porque las pidieron todas y partieron al departamento de su hijo. No fue sorpresa encontrar un chiquero y la ausencia de su niño; el muy astuto los llamó a media tarde, como de costumbre, diciendo que se acostaría temprano, que estaba cansado de tanto estudiar y ellos no le dijeron que estaban a unas horas de llegar a su encuentro.
Adriana sacó de su cartera el cepillo que había llevado para castigar a su hijo. Organizaron el departamento y se instalaron en el segundo cuarto; iban a ordenar pero comprendieron que eso era tarea de su hijo, pero sí prepararon de comer mientras esperaban a su muchacho, y con las miradas conversaba lo que harían.
“quisiera recriminarte por mimarlo tanto” dijo Fran “pero es imposible porque siempre lo mimamos a la par”
“el problema no son los mimos sino que vio todo lo que nunca se le permitió” no debimos dejarlo venir, debió estudiar en casa, tenemos buenas universidades allá”
“pero él quería ésta… además, si no pasaba ahora imagínate a los 25 cuando ya no pudiéramos hacer nada…”
“lo arreglaremos, verdad?” murmuró, un tanto insegura
“lo arreglaremos, amor!” dijo, besando a su mujer
Ellos no durmieron hasta que la puerta se abrió, y lo que vieron fue peor de lo que esperaban: su hijo, totalmente borracho, y se atreverían a decir que hasta drogado.
Se tiró en el sofá y se durmió. Sus padres los taparon y… por qué no decirlo… lloraron abrazados al ver el estado de su hijito adorado. Ese era el minuto para hacerlo. Mañana era el momento de actuar, mañana sería el último día que su hijo faltaría a clases y sólo sería porque tenían mucho que aclarar… un par de cosas, con el trasero del muchacho.
“Sebastián Price”
“Ma” dijo adormilado y con resaca
“despierta o te despierto a cepillazos” le dijo, conteniendo su enojo, pero no su mano que fue a dar en el poto del niño.
“auuuu… mamá, te volviste loca?!”
“no! Aquí el único que se volvió loco eres tú, mocoso insensato”
“qué dices?! AUCH… deja de pegarme”
“qué hiciste con el dinero de la universidad?” dijo Francisco
En ese minuto Seba cayó en cuenta que no la había pagado y, peor aún, que se había gastado el dinero… por lo que se puso a llorar de vergüenza. No dijo nada. Sus padres lo entendieron. No había sido con intención, sólo torpeza adolescente.
Francisco maniobró a su hijo para dejarlo sobre sus piernas, y luego de bajarle pantalones y calzoncillos volvió a la tarea que había dejado de hacer cuando su muchacho cumplió los catorce años; no había sido planeado, sólo que Seba era un buen chico, demasiado bueno para siquiera ganarse un regaño.
Sebastián no se atrevía ni a rogar que no lo hiciera. Sabía lo mucho que costaba la universidad y él había tomado ese dinero.
¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!!
“Papi, me duele”
¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!!
“Es el colmo, Sebastián. Sabes que el dinero no crece en los árboles; sabes lo que nos cuesta ganarlo, que trabajamos para ti para que no te falte nada; te compramos un departamento; te permitimos venir a estudiar aquí, con todo pagado ¡¿para qué?!”
¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!! ¡ZAS!!
“papi, lo siento!! Estoy tan avergonzado” lloraba con pesar, Fran tomó el cepillo que Adriana había dejado a su lado.
¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!!
“y tienes que estarlo; no eres un niño” a Fran el costaba una enormidad ser duro con su hijo, pero sabía que su muchacho necesitaba mano dura. Ya tendrían  tiempo de mimarlo.
¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!!
“buaaaaaaaaa”
Adriana llegó con el computador en la página de la universidad.
“la clave”
“mami”
“hijo, no estoy para mami, quiero la clave ahora”
“es mi carnet”
“es que ni siquiera has entrado ni una vez?!” dijo sabiendo que esa era la clave que le daban a todos y que se cambiaba la primera vez.
“es que… mami…”
“Sebastián, con qué me voy a encontrar?” dijo, ingresando la clave.
“Ni he ido a clases, fui sólo la primera semana” confesó. Ya no sacaba nada con mentir.
Ésta vez fue la madre quien lo dejó sobre sus rodillas, y sin ni un calentamiento porque no era necesario, azotó a su hijo con el cepillo.
¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!!
“ni una sola más”
¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!!
“nunca más, mamita!! No me castigues más!! Me duele mucho” lloraba el nene
¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!!
“revisaré la página todos los días, Sebastián… Una falta y vendré a pegarte a poto pelado, estás avisado”
¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!! ¡CRACK!!
“buaaa… mamita, nunca más!!”
“aquí dice que no fuiste a dar los certámenes” dijo Francisco más furioso
“no lo sabía, papito… por favor, denme una oportunidad, no voy a fallarles, estudiaré y remontaré las notas”
“Sebastián, si repruebas un sólo ramo te saco de la universidad y te matriculo a una que esté cerca de casa.
“si, papito. Lo prometo! Estudiaré, estudiaré mucho”
“Mañana iré a pagar la universidad, pero hijo esto no se puede volver a repetir”
“lo sé, papi. No sé qué me pasó” dijo bajando la mirada.
Fran le levantó la carita.
“nos quedaremos aquí un tiempo, organizaremos todo. Tu mamá ya que dijo que revisaremos la página de la universidad a diario. Cuando pagues la universidad, me enviarás copia del reviso y estás castigado hasta que subas esas notas; a la hora que yo llame a la casa, me contestarás; no hay salidas, me llamarás de casa… y, Sebastián, una falta y te vas a vivir con tus tíos! Y sabes que a ellos no les tiembla la mano cuando tus primos se portan mal, se las dan nomás. Y si vives con ellos, tendrán mi permiso para zurrarte.
“no, papá! No será necesario”
“por el bien de tu trasero, más te vale estar diciendo la verdad”
“no lo volveré hacer” dijo, bañado en mocos y lágrimas.
“a la ducha. Tomarás desayuno e irás a clases”
Seba se fue a la ducha, dio a la llave y lloró amargamente.
Sus padres no volverían a confiar en él.
Se duchó y no salió hasta poder controlar su llanto; se vistió; tenía los ojos hinchados, no podía sentarse a desayunar.
“y el papá?” preguntó, triste, al no verlo.
“fue a la universidad a pagar tu mensualidad… dijo que comieras y fueras a la cama”
“pero dijo…”
“sí, lo dijo. Pero, mi vida, no puedes ir a clases con esa carita” ellos jamás humillarían a su hijo, ésa no era la intención del castigo “Pero de mañana ni una falta”
“ni unita sola, mamita”
“lo voy a chequear, hijito. Lamentablemente, ya no podemos confiar en ti”
Eso fue una estocada directo al corazón de su hijo, y su madre lo sabía.
“espero que podamos hacerlo pronto. Eres joven, cometes errores, pero ésta clases de errores no, corazón”
“Lo sé mamá… es que llegué aquí y era todo tan distinto”
“pero, hijo, viniste a estudiar y no has pisado la universidad, tesoro”
“es que… es que me encandilé y perdí el norte… pero ya no más, mami, ya no lo haré más”
“no quiere decir que será siempre así… levanta las notas y el castigo se va…”
“pero seguirán sin confiar en mi”
“cometiste un error, ahora ponga el poto” le dijo como le decía cuando era chiquito y hacía una travesura
“pero ya lo puse y me lo mataron” dijo con un puchero y conteniendo las lágrimas que amenazaban con caer.
“drogas, hijo”
“sólo María, ma” dijo, mirando el piso
“Antes de irnos te zurraré por eso, mocoso”
“mami”
“quieres que lo haga ahora?”
“no” dijo, mirando sus piecitos.
“a dormir” dijo dándole una nalga bien fuete para que se fuera  a la cama.
Al poco rato, llegó Francisco y se quedó contemplando a su angelito
“te amo, Sebastiancito”
“y yo a ti” le dijo dormidito.

 


14 comentarios:

  1. Joooooo,suele pasar ,pobre Seba.Muy buen capi Lady,espero el próximo con ilusión.
    Elena

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    1. Elena bienvenida... hay otro capitulo no se cuando pero al menos queda uno

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  2. que buena historia Lady eres genial
    y pobre Seba ya le pegaron y todavia me lo amenaza la mama
    ya quiero otro capi de este niño bueno si se puede

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    1. Es que Drogas... Estrella la mamá por mucho que quiera dejárselo pasar eran drogas

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  3. Ahi tiene por descuidado, si solo hubiese pagado la mensualidad se hubiera ahorrado todo esto jajajaja, muy bueno Lady

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  4. Excelente historia, bravo!, bravo! yo confio en que se pondra las pilas en la Uni...si no estaria loco de descuidarse... pero que se yo, si no estoy en tu imaginativa mente lady ;)

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    1. Carla Seba volverá ser el niño bueno que siempre fue ¿o no?

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  5. Lady....... de donde sacaste a este muñeco, jajajaj ya se ya se de tu caita magica, esta bellisimo y merecedor de todos los aplausos en su trasero por travieso, pero bueno que se le puede hacer? es simplemente el entusiasmo y la tentacion haciendo su trabajo,desviar del camino hasta al mas santo...... y este si lo es, jajajajja

    buen relato, buenisimo realmente me encanto
    espero lo continues jjjjj

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    1. JAjaja tengo a cotos los chicos guapos encerrados en un cajón esperando a ser azotados jajjaja

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  6. Lady :)
    Que hermoso niño jeje te quedo genial y ahí este mocoso si que se "desmadró" cuando sus papas lo dejaron ser jeje
    Me gusto mucho el capítulo es genial y solo puedo decir mas por favor :D
    P.d Sebas esta muy guapo jaja ok no :D
    Saludos

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    1. Miranda el chico no conocía la libertad y la confundió con el libertinaje.

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  7. Me encantó ésta historia!! Y encima con un Sebastián tannnn bonito como ese, me quedo ansiando por muchísimos capítulos más!!!!

    Excelente, Lady, como siempre!!!! ;)

    Camila

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