jueves, 5 de marzo de 2015

EN CASA DE HERRERO... CUCHARA DE PALO 10.


10.
- ¿Qué tal? ¿Nervioso?
- Vete a la mierda, Oliver (dijo Armando acabado de cepillarse los zapatos)
- Uyyy ¿Eso le vas a decir el juez? Nch Nch Nch, Mal asunto, ya te traeré un bocadillo con una lima a la cárcel,.
- Papá ha dicho que no había nada de que preocuparse.
- Claro que no (dijo sonriéndole)  pero por si acaso, mientras estés entre rejas, me quedó con tu armario y tu Tablet, jajaja
- Oliver, deja a tu hermano (dijo Francisco des del quicio de la puerta)
- Solo bromeaba, papá. ¿Ya sabes? Para animarle (dijo Oliver con cara de no haber roto un plato en su vida).
- Pues déjalo (dijo muy serio).
- vaaale ¿y qué has hecho de desayunar? (le preguntó a su padre y a continuación se giró hacia Armando) Tú ultimo desayuno, Armando ¿Alguna petición en especial? jajajajaa (y Francisco le dio un collejón a Oliver para que cortara las bromitas) auuuu papá que estoy estudiando.
- Pues yo aún no te he visto (dijo Armando con sarcasmo).
- Niños, dejadlo ya (les aviso su padre)
- papá (Armando miró a su padre con una cara de miedo que rompía el corazón) ¿Seguro que va a ir todo bien?
- Sí, hijo. Confía en tu padre. En esto de las leyes tengo algo de idea (le sonrió pero estaba tan asustado como su hijo, aunque se había informado y el juez era un buen tipo, incluso los buenos tipos pueden tener un mal día).

La vista fue rápida, a nadie le interesaba alargarla, los policías declararon y no fueron muy duros con los chicos. Y Miriam, una de las mejores penalistas, y que trabajaba en el bufet de Francisco  lo llevaba por la mano. Lo cierto es que ni tuvo que trabajar, aunque se lo había preparado, el juez lo dejó en una amonestación verbal. Los chicos respiraron hondo, y Armando miró con lágrimas de alegría a su padre, llevaba semanas teniendo pesadillas con la vista.
Al salir del juzgado los amigos de Armando le invitaron a comer para celebrarlo, Armando estaba tan feliz que también deseaba celebrarlo por todo lo alto. Estaba tan feliz que ni le pidió permiso a su padre simplemente se fue con sus amigos a celebrarlo. Cuando Francisco y Miriam bajaron a la calle para llevarse a Armando y a Oliver a casa y dejar atrás esa horrible experiencia. Francisco se quedó con un palmo de narices. Allí no había nadie.
Francisco llamó a Oliver pensando que el cafre de su hijo mayor se habría llevado a su hermano a celebrarlo, pero Oliver estaba sacando en el  garaje de los tribunales buscando el coche, que con los nervios, no recordaba donde lo había dejado. Oliver tomó rápidamente su teléfono y llamó a su hermano, el idiota aún tenía le teléfono desconectado.
Francisco no esperó a Oliver y comenzó a caminar calle arriba, a ver si veía a su hijo y a sus amigos, pero era absurdo, eso era como buscar una aguja en un pajar. Francisco hizo como Oliver e intentó llamar a Armando, pero el niño aún tenía le teléfono apagado.
Oliver encontró finalmente el coche y recogió a Miriam, ambos tiraron por donde había ido su padre en búsqueda de Armando. Oliver al ver su padre le tocó el claxon para que subiera. Armando no conocía mucho esa ciudad, solo la zona de los chiringuitos de la playa. Y sus amigos igual. Así que si habían ido a alguna parte sería allí.
Francisco estuvo todo el trayecto farfullando todo tipo de maldiciones, y de repente cuando ya estaban llegando sonó el teléfono era Armando. Francisco se apresuró a  contestar.

-         Hola papá, mis amigos y yo hemos pensado en ir a celebrarlo, vamos a ir al restaurante el gambón ¿Os apuntáis? (dijo alegre)
-         ¿qué si nos apuntamos? (gritó Francisco)
-         Papá, cálmate, entiéndelo es feliz, se ha librado con un simple tirón de orejas (le dijo Oliver). Dile que vamos para allí, después de estas semanas se lo merece.
-         No es un premio Oliver (a todo esto Armando estaba escuchando la conversación entre su padre y su hermano al otro lado del teléfono), lo que hizo no es para ser recompensado.
-         Ohhh venga papá ya lo castigaste, y estas semanas el chico se ha estado torturando, tenía pesadillas casi cada noche. Déjalo que lo disfrute, deja que sus amigos y él se lo pasen bien. Además van los otros padres y nos acaba de llamar para que fuéramos no es como si estuviera emborrachándose y quemando la ciudad ¿dime que no te alegras que todo haya acabado en una regañina?.
-         Claro que me alegro Oliver. Pero no me gusta nada como se está comportando últimamente tu hermano
-         Venga, ¿San Armando? (dijo riéndose) papá hasta Armando es humano y la caga.
-         No es solo eso, desde que vuestra madre murió, se ha vuelto más reservado, apenas hablamos, cuando está en casa siempre está encerrado en la habitación.
-         El empollón tiene 17 años y no tiene novia, papá. Si no está empollando se la está machacando (Oliver dijo riéndose).
-         ¡Oliver! (Francisco le riñó y de reojo llevó la mirada a su colega, que seguía en el coche)
-         ¿Qué? ¿Miriam te ofendí? (le preguntó  riéndose Oliver a la abogada)
-         Para nada (dijo riéndose Miriam).
-         Pues a mi sí (dijo Francisco)
-         Grrrr papá a veces te pasa, venga relájate, hoy lo celebramos y mañana si quieres puedes volver a ser el paranoico de siempre.
-         Oliver (pero ese era un tono que daba entender que había propasado el lindar de la paciencia de Francisco).
-         Vaaale, lo siento (dijo aún contento, si su padre no estaba dispuesto a mostrar lo feliz que estaba por que Armando no tendría antecedentes penales aunque fuera solo en un tribunal de menores, él sí que lo iba a celebrar).
Cuando legaron al restaurante estaban lso amigos de Armando que habían participado también en “el asalto a la piscina” y sus padres. Armando les había guardado un sitio a su padre, la abogada y su hermano justo a su lado. Francisco se relajó al comprobar que Oliver llevaba razón, solo era una comida tranquila, nada de bacanales ni orgías. Incluso se sintió un poco estúpido, porque sin mencionar lo de la policía, Armando siempre había sido un buen hijo responsable, trabajador, cumplidor y obediente. Como decía su difunta esposa, Armando había nacido viejo.

Cuando llegaron a casa Rui, Nico, Célia, Carolina y sus abuelos les habían preparado un pancarta de “me alegro que no estés en chirona”  y un pastel de zanahoria y mascarpone  que era el favorito de Armando.  Estuvieron toda la tarde reunidos en familia, hacía tiempo que no se reunían todos así y Francisco se relajó y disfrutó de la reunión familiar.

Eran casi las doce de la noche y ya hacía un buen rato que en casa solo reinaba el silencio. Armando estaba en su escritorio repasando unos apuntes de filosofía. Armando se estiró y se fue hacia el baño, Oliver dejó la Tablet encima de la mesita de noche, había estado chateando con Dani, pero ya hacía 5 minutos que Dani ya se había desconectado porque al día siguiente tenía que madrugar. Oliver se levantó y miró lo que estaba estudiando armando, que recuerdos “el mito de la caverna”. Oliver sabía que a Armando le encantaba la filosofía y la historia, pero desde que no era más que un renacuajo siempre había dicho que de mayor sería abogado como papá, mamá y el abuelo. Él que estaba estudiando ahora Derecho, por puro pragmatismo, pensaba que aquella carrera no era para su hermano. Él sería más feliz estudiando Historia, pero su hermano no se iba a conformar con ser profesor de Historia en un colegio, era demasiado competitivo como par dedicarse a la docencia.
Cuando Armando entró, le sonrió y se puso de nuevo a estudiar recargado d energías. Oliver miró un rato a su hermanito. Hasta que hubo un momento que ya no pudo más.
-         Armando SHHHHH, ey Armando
-         Oliver estoy estudiandoooo (dijo molesto)
-         Deja eso un momento, hemos de hablar tú y yo (le dijo su hermano muy serio pero en un tono muy confidente. Armando se giró para mirar a su hermano, eso “hemos de hablar tú y yo” era tan típico de su padre que Armando no le iba a dejar a Oliver que se pusiera en plan mandón)
-         Oliver que tengo mucho aún por…
-         El examen no lo tienes hasta el 12 (dijo Oliver serio y Armando se quedó sorprendido) así que no me vengas con gilipolleces.
-         ¿cómo sabes cuando tengo el examen?
-         Cuando estabas en el baño, me he levantado para ver que estudiabas, y como eres un cabezacuadrada, tenías tu Schedule de estudio encima de la mesa. Tío ¿quién coño se hace un calendario de estudio?
-         ¿Un buen estudiante?
-         Los buenos estudiantes no necesitan de anfetas para sacar buenas notas.
-         ¿qué? (fingió no saber de que hablaba)
-         Armando, no soy papá, déjalo anda. Además se te da fatal mentir, parece mentira que seas mi hermano.
-         Oliver no sé que mierdas te ha dado, pero yo no tomo nada. Sé que para alguien como tú sacar buenas notas debe parecer cosa de magia pero no lo es, solo son horas y horas de estudio.
-         Vale,  lo que tú digas (dijo irónicamente). Pero si ahora llamo a papá y le digo que le enseñes lo que tienes en los bolsillos ¿qué crees que va a pasar? (Oliver alzó una ceja como hacía su padre con él cuando sabía que le estaba mintiendo descaradamente)
-         Nada, porque no tengo nada (dijo muy tenso).
-         Vale, en ese caso lo voy a llamar (y se aclaró la voz).
-         Nooooo (saltó de la silla y le tapó la boca con la mano a su hermano) ¿Qué quieres? ¿pasta? ¿Qué te tape en algo? (dijo molesto Armando, Oliver se quitó la mano de la boca de su hermano).
-         Lo primero las pastillas (alargándole la mano para que se las colocara en la palma)
-         ¿qué? Tío son caras y solo me quedan éstas
-         Me importa una mierda, Armando. O me las das a mi o se las das a papá (Armando gruñó pero se las dio). No dije nada cuando los finales, pero recién empezamos el curso, y estos son meros controles de seguimiento. Te estás enganchando, Armando, ¿o no lo ves?.
-         No me engancho a nada, solo me ayuda a concentrarme (dijo con desprecio).
-         Me la suda, son drogas, esto mata, gilipollas.
-         No pienso recibir lecciones de un puto porrero (dijo con odio).
-         No compares la maría, con esa mierda química. Y yo fumo esporádicamente, tú estás abusando de esto (mostrándole el frasco de pastillas).
-         Métete en tu vida Oliver y déjame en paz (dijo intentando agarrarle las pastillas pero Oliver era más rápido y fuerte que Armando)
-         Papá sospecha que algo raro pasa contigo, y es verdad, se te ha derretido el cerebro. No necesitas de estas mierdas, tú eres listo, cojones!
-         No, no lo soy. Rui es listo. Incluso tú eres más listo que yo, yo tengo que trabajar el triple que vosotros para lograr buenas notas.
-         ¿qué yo? Tío, estás realmente idiota. Nunca he sacado nada más que un simple aprobado. Tú eres el chico de las matriculas y no me vengas que gracias a esas pastillas, porque hasta hace unos meses ni sabías que existían.
-         Tú no sacabas más que un aprobado porque no estudiabas ni asistías a la mitad de clases, no a las de primera hora, eso seguro (Armando sonrió orgulloso, como si eso fuera un cumplido, Armando deseaba estrangular a su hermano). Y sin estudiar, hacer los deberes, ni pisar el aula, lograbas pasar los cursos ¿Dime si eso no es ser listo? ¿Y Rui? Es peor, tiene una memoria que da miedo, sabe cosas que ni yo sé y tiene 5 años menso que yo.
-         Si viera más la tele…(dijo riéndose), venga, Armando, no te puedes comparar con Rui. Rui es un puto genio, vale, pero de que le vale, te lo digo yo que recién me estoy dando cuenta como funciona el mundo. El mundo no es para genios, al gente no quiere genios, quiere gente de confianza, trabajadora, resolutiva, ese eres tú, Armando. Aunque últimamente estás de un gilipollas que no hay quien te reconozca.
-         Dí lo que quieras, pero yo soy el freak, yo soy el que sus amigos son los raritos, las chicas ni se fijan en mí. Y tú a mi edad…
-         Soy un imán para las nenas ¿no lo puedo evitar? Jajaja venga Armando, no eres tan rarito ¿le has entrado alguna niña? (amando abrió mucho los ojos como si lo que dijera fuera una locura) ves, ese e el problema. Sino les entras y te escondes detrás de todos esos libros, ellas ni se darán cuenta que existes. Dios yo me paso el día tirando los trastos a las nenas.
-         ¿Lo sabe Dani?
-         Nop, jejejeje (Oliver era un canalla no podía evitar mentir a todos todo el rato, pero era su hermano mayor y en el fondo lo admiraba)
-         Eres un cerdo Oliver (dijo pero ya más relajado).
-         Mira hacemos un trato, yo te ayudo con las nenas, y tú me juras por la tumba de mamá que dejas esta mierda (dijo mostrándole el bote).
-         ¿La tumba de mamá? (le dijo Armando como si eso fuera una blasfemia)
-         Si, diría la tumba de  Anna Nicole Smith, pero no creo que ni sepas quien es (burlándose de su hermano. Armando se lo pensó un rato, moralmente no se sentía cómodo tomando las anfetaminas, pero debía de reconocer que funcionaban muy bien) ¿trato? (alargándole la mano)
-         Pero quiero mojar antes de Navidad.
-         ¡Pero bueno! ¿Que vocabulario es ese, empollón? ¿Mojar? Así no se habla de las señoritas jajajaja (Oliver se reía burlándose de su hermano pero le estrechó la mano y cerraron el trato). Muy bien este fin de semana nos vamos de caza nene. En casa encerrado si que no vas a “mojar” otra cosa que no seas los cleanex jajaja
-         Gilipollas (dijo Armando dándole un almohadazo)
-         Virgen (devolviéndole el almohadazo).
Los chicos se fueron a dormir y Oliver se sintió más ligero, desde que empezó a sospechar que Armando estaba tomando algo para mejorar su rendimiento académico que había un peso sobre su conciencia que no le dejaba dormir a pierna suelta. Aquella noche durmió como un bebé. Tan bien durmieron ambos hermanos que casi llegan tarde a sus respectivas clases al día siguiente. Ni siquiera desayunaron, solo les dio tiempo a vestirse agarrar sus mochilas y salir pitando de casa.
Sobre las 11 de la mañana Francisco recibió una llamada de Silvia, la asistenta, había encontrado un frasquito de anfetaminas en le bolsillo de Oliver y creía que debía saberlo. Francisco anuló todos sus compromisos del día y se fue para casa, para ver ese frasquito en persona, su cuñada le acompañó, ella tenía más experiencia que Francisco con las drogas y podría decirle si realmente era lo que él temía.

Al llegar a casa Carolina no se lo podía creer. Pero eran Anfetaminas, Oliver estaba tomando anfetas. Ella sabía que su sobrino mayor alguna vez había fumado algún que otro porro, pero anfetaminas eran palabras mayores. Nadie mejor que ella sabía como podían llegar a arruinarte la vida las drogas.

1 comentario:

  1. Oh oh esto se esta saliendo de control!!!!
    Oliver por ayudar a su hermano ya esta metido en problemas!!
    Voy que vuelo por leer el que sigue!!!1

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