martes, 1 de octubre de 2013

Eduardo el chico en la iglesia



Todo comenzó cuando Eduardo en vez de estudiar y hacer los proyectos se la pasaba con sus amigos,  pero no solo fue eso, si no que aparte de mentir en su casa, estando en una zona prohibida por sus padres y fumando cualquier cosa que los señores de aquella esquina les vendían y tomando bebidas de dudosa proveniencia.
Cierto día Fernando siguió a su hijo, este sospechaba de que algo había estado ocultando aparte de las calificaciones, y no se equivoco, aun que después de lo que encontró deseaba con todas sus fuerzas haberse equivocado y nunca haberlo seguido, pero no, tal vez si no lo hubiera descubierto a tiempo el vicio hubiera continuado y aumentado!
Cuando lo encontró lo llevo a casa de un brazo, entraron a su cuarto Fernando no sabía qué hacer estaba muy decepcionado del comportamiento de su hijo y Eduardo tenía mucho miedo de lo que le iba a hacer su papa, apenas se había dado cuenta de cuánto  había metido la pata.
Fernando lo puso en una esquina y él se fue, Eduardo con todo el miedo que sentía se quedo ahí, estaba en un estado de shock.
Después de una hora de estar esperando por fin Eduardo sintió como se abría la puerta, se giro y vio a su padre con el cinturón en la mano y solo con verlo se puso a llorar, hace años que no le pegaba, y nunca había sido con otra cosa que no fuera su mano.
Fernando se acerco a su hijo, sin decirle nada, le quito los pantalones y una vez que estuvo  recostado en la cama le bajo los calzoncillos y empezó a pegarle en todo el trasero y los muslos, también empezó a regañarle.
Eduardo no paraba de disculparse y a prometer cosas… y a sacar más verdades. Fernando se enojo mas después de saber en todo lo que había estado haciendo su hijo, pero se calmo ya que se lo había contado, fuese como fuese se lo había contado. ¿No?
Cuando termino la cara de Eduardo estaba toda roja y llena de lágrimas, no había dejado de llorar. Fernando le levanto, le abrazo y empezó a llorar con él.
Cuando todo más o menos se hubo calmado; Fernando le hijo a su hijo que estaba castigado, y que no volvería a salir en dos meses, ni podría ni usar el teléfono, ni ver la tele y si descubría que se había vuelto a meterse esas porquerías  los azotes que acababa de recibir se los daría todos los día por la mañana una semana. Eduardo solo negó como un loco tratando de protegerse el trasero.

La semana pasada…
Ya había pasado 5  semanas de todo ese gran lio en el que se metió Eduardo y después de sesenta mil platicas sobre drogas y alcohol  ya estaba harto, todo había sido muy difícil los primeros días ya que el sentía esa necesidad de consumir más, pero ya todo iba mejorando y se había portado muy bien las últimas dos semanas según el ya se merecía salir, pero no creo que su papa pensara lo mismo.
Iba a haber una fiesta ¡SUPER genial! Y de esas hay muy pocas en el año, y todo el mundo estaría presente, y he estado haciendo meritos para que mi papa me dejara salir, la fiesta es el viernes y estamos a miércoles, me he armado de valor para ir a preguntarle.
Recojo mi habitación, bajo al salón donde está el.
-          ¿Que pasa Eddy?- dice sin apartar la vista del periódico.
-          Papa, ya que me he portado bien estas semanas…
-          No saldrás, ya sabes, estas castigado – me dijo, aun sin apartar la vista.
-          ¡VAMOS PAPA! ¡Esta fiesta es muy importante!
-          No, Eduardo, haberlo pensado antes. –siguió Fernando muy serio.
-          ¡¡¡POORFAVOR!!!
-          ¡Eduardo ya te dije que no iras! ¡Y NO IRAS! – grito Fernando cansado
-          ¡PERO YO QUIERO IR Y SI NO ME DEJAS, YO VERE LA FORMA DE ESCAPARME! – parecía un niño pequeño en media pataleta, Por Dios! ¡Que tenía 17 años!
-          ¡PUES NO IRAS! Y si le sigues con tus amenazas no sabrás la que te espera.-
Eduardo se fue a su cuarto enojado, lo bueno que no tenia puerta, si no la hubiera cerrado tan fuerte que se le hubieran caído los adornos de su madre, como la ultima vez y hubiera sido mucho peor para él!
Ya en sábado, Eduardo ya tenía un plan para escaparse para ir a la dichosa fiesta, era un plan infalible, y nada podía salir mal, eso creía el…
Después de que todos se durmieran en su casa, Eduardo salió por la ventana de su cuarto directo a la fiesta, ya eran las tres de la mañana y Eduardo estaba borracho, y había decidido probar un poco de un polvito blanco, que según todos los presentes sin eso, no ibas a disfrutar la fiesta a lo máximo y olvidándose de la amenaza de su papa, Eduardo no dejaba de tomar.
Lo que Eduardo no sabía era que en su casa su pequeño hermano, había tenido pesadillas de que a su hermano mayor se lo comían unos terribles osos, y había ido a comprobar si su hermano estaba bien, y al no ver a su hermano por ninguna parte Dieguito empezó a llorar, despertando a sus padres.
Fernando se enfureció mucho, Eduardo no estaba por ninguna parte y no tenia celular, ya que estaba CASTIGADO y tenía que estar en su cama
Fernando parecía que literalmente echaba humo por toda su cara, estaba tan enojado, busco y busco el lugar donde estaba la maldita fiesta, y cuando por fin supo donde era, agarro la llaves de el carro, tranquilizo a su mujer y fue en busca de Eduardo, y no tuvo que llegar a la fiesta ya que Eduardo ya venía a medio camino, muy apenas se podía sostener en pie y cuando Fernando lo agarro del brazo, Eduardo en su estado, creía que su papa era uno de sus amigo y le tendió un sobrecito del polvito, Fernando al verlo, lo agarro de la oreja y lo llevo a punta de palmadas a la camioneta.
Eso sirvió para que Eduardo medio reaccionara.
Cuando llegaron a casa su mama lo agarro de la otra oreja y lo llevo a su habitación y le dijo que durmiera un rato. Eduardo ya mas despierto se acostó en su cama, ya sabía lo que le esperaba al día siguiente.

El domingo en la mañana Fernando despertó a su primogénito, lo regaño como nunca antes lo había regañado en su vida, después de tanto rollo y Eduardo llorando y explicando que el solo había querido ir a la fiesta, y Fernando ya sabiendo que tomo; lo hizo levantarse hacia la cama y le empezó a dar la zurra advertida desde hace cinco semanas y como su padre, hombre de palabra, había prometido esa paliza se iba a repetir por toda una semana!  Mala suerte que ese día era domingo y que después de eso tenía que ir a la iglesia con su familia y las bancas en verdad eran muy duras y no iba a llevar un cojín.

4 comentarios:

  1. LittleHoshi: jajaja así que eso fue lo que pasó ¿eh?...pues bien merecidas se las tenía, por tontear con drogas.

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  2. uy no de q se las gano a pulso no se lo puede negar nadie!! Que tremendo y tonto el muchacho meterse droga eso es lo más tonto que se puede hacer. Andrea

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  3. Ohhhh!!!! Pobre Eduardoo!!! Pero se las buscó.... Al menos hubiera disfrutado sanamente de la fiesta, pero no, el chico tenía que usar esas porquerías!! Grrr... Creo que tendrá que acolchonar sus pantalones jejeje

    Muy buen relato Drea!!!

    Camila

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  4. falto un detallito, que lo lleve a nalgadas a un centro de desintoxicacion

    pero ir ala iglesia asi genial ya tnia su mea culpa pagada jajajajja

    Bien veninda DREA, ha id una linda historia

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