CAPITULO
2: LECCIONES DE SEGURIDAD
A Christopher aún le escocían los ojos.
Después de que Peter firmara aquél contrato, lo cegó una luz potente y poderosa
que deslumbró a todos los presentes. Era como si el universo quisiera constatar
que lo que acababa de pasar era algo grande.
Chris no puso evitar recordar todo lo que
habían recorrido hasta llegar ahí. Cómo sus hijos descubrieron que existía la
magia. Cómo habían descubierto que ellos también la tenían. Cómo Peter había
creído que su deber era exterminar a los demonios….y ahora era su rey.
Un rey demoníaco que si cometía un error
podía pagarlo con su vida. En otro tiempo, Chris hubiera dicho “mi hijo jamás
matará a un inocente”. Pero había visto demasiadas cosas, y había entendido que
uno no siempre tiene el control de la situación cuando hay magia de por medio.
En cualquier caso, ese contrato era un error. Christopher aún no podía
creer que Peter lo hubiera firmado. ¡Él le dijo que no! ¡Le dijo que no lo
firmara! ¿Acaso ahora lo que él dijera no iba a contar para nada?
Aquellos dos últimos meses habían sido
extraños. Todo había sido muy difícil, así que Chris había dejado pasar algunas
cosas. Pequeñas peleas que fingía no ver y otros asuntos por los que
normalmente les habría regañado. No quería ser el malo después de tantas
emociones, y tantas subidas y bajadas. Pero tal vez sus hijos lo habían
malinterpretado y ahora se pensaban que podían hacer lo que les diera la gana.
O tal vez solo fuera Peter, tan sumamente
poderoso que la opinión de su padre de pronto no le importaba.
Chris había tenido la esperanza de que al
volver de la muerte su hijo fuera un luz blanca, como él. Pero aquél no era su
destino, y tuvo que aceptar que fuera un demonio. Demonio o no, seguía siendo
su hijo, y él le dijo que no firmara aquél papel.
Cuando llegaron a casa Nick estaba muy
callado, asimilando aquella novedad, y Peter tenía una expresión perdida en la mirada, como si se sintiera extraño en
su propio cuerpo. Chris en cambio estaba furioso.
-
¿CÓMO HAS PODIDO HACER ESO?
-
¿Papá? – preguntó Peter, algo impactado por aquél
grito, dirigido claramente hacia él.
-
Sí, exacto, papá. ¡PAPÁ! Tu padre. El mismo que te dijo que no
firmaras eso. Cuando yo digo que no…
-
….es no. Sí, esa me la sé. Pero no esta vez. – cortó
Peter, lo que no contribuyo a tranquilizar a Chris. Ese tono ligeramente
altanero era más propio de Nick que de él.
-
¿Y SI LO SABES, POR QUÉ NO HICISTE CASO?
-
No era decisión tuya. Era algo que sólo me incumbía
a mí.
-
¿Qué solo…? ¿Pero tú te crees que aquí cada uno va
por su lado? ¡Somos una familia! ¡Claro que me incumbe cuando decides hacer
algo estúpido que puede costarte la vida!
-
¡No pienso matar a nadie así que no correré ningún
peligro!
-
¡Disculpa si no te creo después de haber visto como
te desangrabas delante de mí!
Christopher se arrepintió nada más decirlo,
porque sabía que esas palabras le harían daño a Peter, pero era algo que tenía
atragantado, como una espina clavada que se tenía que sacar. ¿Cómo le pedía que
no se preocupara, cómo le decía que no iba
a correr peligro cuando él le había visto morir…cuando le había visto
suicidarse?
No había palabras para describir el miedo que
sentía cada vez que recordaba aquello. Todas las noches tenía pesadillas con lo
mismo.
Peter le miró muy dolido, y poco a poco su
expresión herida se fue transformando en una de enfado.
-
¿ME LO VAS A RECORDAR TODA LA VIDA? - chilló.
-
¡PUES NO LO SÉ, PORQUE DUDO QUE A MÍ, A TUS
HERMANOS, O A CUALQUIERA SE LES OLVIDE! – replicó Chris, gritando también, con
las emociones a flor de piel. Después se dijo que debía mantener la calma, y
respiró hondo para dejar de gritar. – No
me pidas que no me preocupe por ti, porque no puedo hacer eso. Me preocuparé
siempre, por todos vosotros.
-
Pero más de mí ¿no? ¿Es eso? ¿Temes que haga alguna
locura?
-
¡Eso ya lo hiciste al firmar ese maldito papel! ¡Ni
siquiera sabemos las consecuencias de lo que has hecho! El inframundo nunca ha
tenido nadie que lo gobierne… Hablamos de demonios aquí. Seres despiadados que
podrían matarte en cuanto cierres los ojos, solo para poder ocupar tu puesto.
-
….Te olvidas de que Nick y yo somos demonios
también.
-
Sois diferentes. Nick es medio demonio y tú…tú
tienes alma.
-
Los demonios tienen hijos como las personas. Me
niego a pensar que nacen ya malvados. Me niego a pensar que no se pueda
conseguir nada bueno de ellos. Voy a pensar en una manera de…
-
No, tú no vas a pensar nada – cortó Chris – Llamaré
al abuelo y buscaremos una forma de anular ese contrato….
-
Tendréis que pasar por encima de mi cadáver - replicó Peter.
-
¡Eso no lo digas ni en broma! ¡Precisamente es lo
que quiero evitar! ¿Es que no lo entiendes?
¡QUIERO EVITAR QUE TE MUERAS! ¡OTRA VEZ!
-
Deja de gritar….estás medio histérico… mejor me voy
a dar una vuelta y hablamos cuando estés más calmado.
-
¡No, de eso nada! ¡Se acabaron los paseos para ti, y
no vuelvas a llamarme histérico!
-
Pues no te portes como uno. ¿Ahora estoy encerrado?
No vas a impedirme ir a donde me corresponde.
Christopher entrecerró un poco los ojos.
-
¿Y qué lugar sería ese?
-
Ya lo sabes. El inframundo. El hogar de los de mi
especie.
-
¡TU HOGAR ESTÁ AQUÍ CONMIGO!
-
¡YA SÉ QUE SÍ, COÑO! ¡PERO NO PUEDO OBVIAR LO QUE
SOY! ¡VOY A IR ALLÍ Y NO PUEDES IMPEDÍRMELO!
Chris se acercó a su hijo, le agarró del
brazo, y le dio una palmada fuerte sobre el pantalón.
PLAS
-
¿Quieres ver cómo sí puedo? PLAS
No me grites ni me hables así. PLAS
No vas a ir a ningún lado, Peter, y menos a ese…nido de serpientes….
-
¡ESE NIDO DE SERPIENTES COMO TÚ LO LLAMAS TIENE
RESPUESTAS SOBRE MI MADRE Y SOBRE LO QUE SOY! ¡PÉGAME CUANTO QUIERAS PERO LLEVO
SEMANAS LLENDO ALLÍ Y PIENSO VOLVER!
Peter echó a correr escaleras arriba y cerró
la puerta de su cuarto de un portazo. Chris respiró hondo para contener los
deseos de estrangularlo. Sentía los ojos de Nick clavados en él como los de un
inquisidor.
-
Hubo un tiempo en el que no creí que Peter pudiera
reaccionar así, y hablarte de esa manera – dijo Nick, con algo de tristeza –
Las cosas han cambiado mucho desde entonces.
-
No han cambiado tanto, Nick. Tu hermano sigue siendo
tu hermano, sigue siendo él mismo, pero tiene que enfrentarse a cosas muy
complicadas. Si algo he aprendido es que cuando se pone tan rabioso lo que en
realidad está ocultando es su miedo. Algo que también haces tú, por cierto.
-
Tal vez….
Chris se acercó a darle un abrazo
reconfortante. Sabía que Peter no era el único con problemas. Nick había sido
el que compartió las visiones de Victoria, y ver aquellos sucesos hipotéticos
tan horribles no tuvo que ser fácil. Chris no era el único que tenía pesadillas.
-
¿Por qué no pones algo en la tele, y vas pensando en
algo rico que hagamos de comer, mm? ¿Te apetece?
-
¡Sí, sí, sí!
Chris le dedicó una sonrisa, confirmando lo
que él mismo había dicho: las cosas no habían cambiado tanto. A su hijo aún le
gustaba cocinar con él.
Algo más tranquilo, subió a hablar con Peter.
Esperó unos segundos al otro lado de la puerta a ver qué se escuchaba, pero
solo le llegaba el sonido del silencio, así que finalmente se decidió a abrir.
Peter estaba sentado en su cama y parecía
mucho más tranquilo que antes de subir.
-
Siento haberte hablado así… - murmuró. – Lo siento
mucho.
Pese a todo, Chris no pudo evitar sonreír.
Escuchar esa disculpa en labios de Peter, con esa expresión alicaída y esos
ojos brillantes le demostró que, demonio o no, aquél seguía siendo su niño
inseguro y bueno, capaz de darse cuenta de cuando se equivocaba y de
enmendarlo.
-
Te creo, Pete. Pero no fue eso lo que me hizo
enfadar.
-
También siento haber firmado
tan…impulsivamente….pero en verdad no me arrepiento de haberlo hecho, ni de
haber ido al inframundo.…es lo que soy, papá…
-
Ese lugar es peligroso.
-
Muchas cosas lo son….
-
¡Esto más! ¡Y ahora me entero que has estado yendo
desde hace semanas!
-
Si no lo sabías era porque no querías saberlo…. Mentirías
si me dices que no sospechaste ni un poco.
-
No quería creer que eras tan inconsciente.
Peter agachó la cabeza. A Chris le gustó ver
que ya no le replicaba. Suspiró, y se sentó a su lado en la cama.
-
Tesoro…perderte…aunque fuera solo por un rato…..pensar
que no iba a volver a verte más, ha sido la cosa más dolorosa que me ha pasado
nunca. Tienes que entender que me aterre pensar que puedo perderte de nuevo.
-
Yo… lo de ese día…
-
Lo que pasó, pasó, Pete. Pero haré lo que pueda y
más para que no pase de nuevo. Y eso incluye ponerme algo duro en lo que
respecta a la seguridad.
-
Y supongo que eso implica que estoy frito por haber
firmado eso y haber ido al inframundo.
-
Ya sabía yo que tenía un hijo muy inteligente.
-
Hace mucho que no me castigas – protestó Peter,
poniendo una expresión muy parecida a un puchero - ¿No podríamos seguir así? Ya
me diste tres palmadas abajo.
Peter se venía muy tierno así, pero Chris
tuvo que sobreponerse a eso.
-
Escúchame, Peter. Jamás te castigué por lo que pasó
hace dos meses porque consideré que todo había sido demasiado intenso, y quise
creer que no volverías a hacer algo como eso de nuevo. Pero lo de hoy me ha
demostrado que sigues sin tener el más mínimo aprecio por ti mismo; sin
preocuparte por lo que te pueda pasar. Si tú no vas a hacerlo, yo lo haré por
los dos.
Peter suspiró, convencido de que no era
posible hacer que su padre cambiara de opinión, y se puso de pie, únicamente
para colocarse tumbado sobre las piernas de Chris. Sabía perfectamente cómo iba
aquello y solo quería que acabase cuanto antes.
-
Buen intento, Pete, pero esos pantalones van abajo.
-
Jo….papi…
Haciendo oídos sordos al “papi”, Chris le
incorporó y le bajó la ropa.
- Debería ir a por el cepillo, así que ni te
molestes en protestar.
A partir de ese segundo, Peter se quedó en
silencio. Se dejó tumbar de nuevo y no opuso ninguna resistencia. Tampoco
acostumbraba a hacerlo.
Christopher sabía que Peter era ahora más
fuerte. Más fuerte que él, y que cualquier persona, porque era un demonio, y no
cualquier demonio, sino un demonio bestia muy poderoso. Sabía que era más
fuerte, y que por tanto si le castigaba con su mano iba a sentir poco más que
caricias, pero se negaba a emplear más fuerza que de costumbre en aquello.
Siempre se había tratado de dejar una impresión, no de hacerle daño o de
golpearle con fuerza.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS
Peter se revolvió mucho, y Chris tuvo que
parar para sujetarle.
-
Estáte quieto – dijo, tratando de sonar firme, pero
no duro.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS
-
Au….ya papá….ya….
-
Peter. Ambos sabemos que bajar a ese lugar es
peligroso, y merece más que unas pocas palmadas. Apenas estoy empezando, hijo.
- Pero me estás dando…snif…muy fuerte.
-
Para nada.
Chris estuvo tentado de rodar los ojos ante
lo que consideró una actitud infantil y un intento de manipulación, pero
entonces se dio cuenta de que Peter no mentía: realmente estaba llorando,
tratando de que no se le notara. Tal vez
estaba sensible. Motivos para estarlo no le faltaban.
Chris decidió darse prisa en terminar
aquello.
-
No quiero que bajes allí nunca más.
-
Pe…
-
Déjame terminar. Sé que alguna vez tendrás que ir.
No soy idiota. Sé que eres un demonio y aunque pienses que no, estoy bien con
eso. Te lo dije más de una vez: yo te querré siempre, seas lo que seas. Sé lo
que eres, acepto lo que eres, y entiendo lo que implica. Pero si tienes que
bajar ahí, no será tu solo, y no será a escondidas. Yo iré contigo.
-
Snif….
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS
-
Ay….au…papá….ya, por favor….
-
Tu abuelo y yo buscaremos el modo de anular ese
contrato y nunca más volverás a hacer algo como eso. Si te digo que no hagas
algo no lo haces, y ¡¡más si se trata de firmar un contrato que puede implicar
tu muerte!!
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS
Peter empezó a llorar con demasiada fuerza, y
Chris se alarmó un poco. Se detuvo y dejó su mano sobre la espalda de su hijo,
en un gesto que pretendía ser reconfortante. Sabía que Peter lloraba muchas
veces por causas emocionales más que físicas así que intentó buscar qué podía
ser.
-
No me enfadé por que seas un demonio ¿entiendes? No
tengas miedo de eso. Eres mi hijo, y eres perfecto tal y como eres. Sé que
estás asustado, que ese contrato te asusta y que creíste que debías firmarlo.
Tu abuelo y yo lo solucionaremos. – le susurró, acariciándole la nuca, pero Peter
no dejaba de llorar.
Christopher le incorporó y le subió la ropa.
Le ofreció luego un hueco entre sus brazos, el cual Peter aceptó efusivamente,
lanzándose a ellos sin dejar de llorar.
-
Me ha dolido mucho – se quejó. Sonaba sincero.
-
¿De verdad? Pero…si ahora eres más fuerte.
-
Snif. Pues me dolió.
-
Bueno, bueno, ya…..Ya está, ya pasó. Por eso hay que
hacer caso ¿eh?
Enredó los dedos en el espeso pelo rizado de
su hijo, y disfrutó de tenerle así, junto a él, mimoso, sano y salvo. Le dio un
beso y le miró a los ojos.
-
Te quiero, Peter. Te quiero mucho.
El chico se acurrucó en su pecho, y cerró los
ojos, escondiéndose en el huequecito del
cuello de Chris.
-
Y yo a ti… -
susurró.
Ojala se anule ese contrató continúala pronto por favor.
ResponderBorrarSiii dream que se anule vuelve a tus raices de problemas tipicos de familia
ResponderBorrary con este capitulo recupere el amor por ti
mi precioso demonio de nuevo castigado, joooooooo, no hay derecho, jjjj
ResponderBorrarApoyo el pedido que su abuelito luz blanca y radiante, vamos que rompa el contrato, Peter es un niño todavía y merece vivir feliz con su papá y sus hermanos
Marambra