Capítulo 26
No quiero volver a verte
Hola a tod@s sé que no he actualizado hace rato y bueno este
capítulo tampoco es muy largo que digamos, pero estoy corto de tiempo y de
ideas. Aprovechando les deseo un feliz cumpleaños a todas las que hayan
cumplido en este último mes y medio. Y por cierto el capítulo va desde la
perspectiva de Santiago.
Me levante temprano y salí
al hospital a ver a mi hermana acompañado de mi madre. Ella se notaba algo nerviosa,
por eso yo maneje, hacía meses que no veía a mi hermana, no me parecía para
nada gratificante tener que verla en un hospital y menos teniendo en cuenta de
que Oscar podría aparecerse…
-quieres entrar tú, o entro
yo primero –esa pregunta me hizo volver al mundo real… si no podemos entrar al
tiempo solo significa que Mariana está en cuidados intensivos.
-mejor tú, mientras busco mi
tarjeta y como algo –era una excusa para que se fuera, antes de entrar
necesitaba fumar un cigarrillo… para calmarme un poco.
-bueno Santiago, vuelvo en
15 minutos. –asentí y vi como hacía la fila para que le dieran el sticker de
entrada.
Salí del hospital y me
recosté en un poste cercano, saqué el encendedor y un cigarrillo, normalmente
fumaba uno o dos, pero me sentí tan nervioso que ya iba en el sexto cuando mi
mamá salió a buscarme.
-SANTIAGO… ya puedes entrar
–la mire, asentí y tiré la colilla a una basura. Desde hace años mi madre dejo
de molestar con eso de “el cigarrillo es malo, te da cáncer y mata” creo que si
no son todos los que fuman la mayoría sabe que no son buenos, no vale la pena
que te lo recuerden cada vez que te ven haciéndolo.
Me puse a hacer la fila para
que me dieran el sticker de entrada, no había mucha gente así que pronto me lo
dieron… al entrar al hospital como tal comencé a sudar, ya había estado antes y
jamás se me quitaba la angustia.
La UCI estaba en el segundo
piso, habían dos cosas que me llamaban la atención, primero todos los vidrios
estaban polarizados y segundo habían dos carteles gigantes en los que decían
las normas de aseo para evitar infecciones (lavarse las manos, usar tapabocas,
etc.) y que aunque tu familiar o conocido estuviera muy mal había que
abstenerse al máximo llorar.
Entré evitando las miradas
del resto de personas que había cerca de mí, la mayoría se veía con ganas de
llorar y hablar con alguien… y siendo sincero estoy aquí para ver a mi hermana
no para volverme psicólogo de resto. Seguí las indicaciones de lavarme las
manos antes de entrar y colocarme el tapabocas, camine por el pasillo
estresándome cada vez más por los ruidos, al ver el número del espacio donde
estaba mi hermana cerré los ojos y abrí la puerta.
-hola Mari –dije tratando de
sonar alegre, definitivamente los ambientes de estos lugares provocan nauseas.
Me coloqué la bata y el gorro (solo porque se supone que eso evita el contagio
de infecciones y bacterias).
-SANTI… ERES TU –me le
acerque y le di un abrazo sin que me importara que eso no se pudiera hacer.
-obvio… o acaso creíste que
no te vendría a ver hermanita –por alguna razón a ella siempre le he hablado de
una forma infantil.
-eh no, pero tú estabas en
Bélgica…
-si… estaba, pero ya volví ¿Cuántas
plaquetas tienes? –quería saberlo.
-poquitas… ni creas que te
voy a decir –sonreí aunque eso me preocupo un poco. –mejor dime ¿ya viste a
Daniela?
-si… fue una mierda, me
detesta –me miró como reprochándome.
-y tiene razón para eso… y a
papá –la mire terrible, no sabía porque me decía eso.
-¿QUÉ? –levante un poco la
voz porque ella sabe que odio ese tema.
-cálmate que esto es un
hospital, lo digo porque últimamente habían estado preocupados por ti… no sé
porque también odias a Juan Pablo –tuve que hacer un gran esfuerzo por
gritarle.
-eso no te incumbe –dije
sonriéndole, para cerrar ese tema. –lo que importa es que estoy aquí Mari, deja
eso para otro momento… mejor dime que has hecho en este tiempo. -Hablamos por
una hora más o menos.
Después salí y fui a buscar
a mi mamá para irnos, como no la vi de inmediato fui a una cafetería que
quedaba al frente del hospital y compre café con galletas. Como no encontraba a
mi madre me puse de pie para salir a buscarla y me choque con un niño de pelo
castaño.
-AU –no quería que el niño
ese llorara e hiciera un escándalo así que le pedí disculpas.
-perdón niño… no te vi.
-no me digas niño, soy
Nicolás. –como vi que no iba a llorar por eso pretendí irme.
-ok Nicolás… me voy –y como
si el mundo estuviera en mi contra, Oscar apareció de la nada.
-¿Santiago? –me quedé quieto
sin saber qué hacer.
-PAPIII tuta –mi papá
levanto al niño y yo solo abrí los ojos todo lo que pude, mientras me venían
recuerdos a la mente…
Acabábamos de llegar de
Islas Margarita, Mariana hacía poco había superado su primera recaída y para
“celebrarlo” mis papás habían planeado un viaje en familia a Venezuela. Pero por
cosas que yo creí coincidencia Oscar no pudo ir con nosotros.
Hasta ese momento yo lo veía
como alguien casi perfecto, lo apoyaba todo lo que me decía y rara vez me
enojaba con él. Estando ya en la casa mi hermano y yo fuimos a comprar algo de
comer.
Cuando al fin decidimos que
comprar e íbamos en el comienzo de la fila, vi como mi papá estaba sentado en
una mesa de ese mismo restaurante besando a una vieja que tenía a un bebé en
brazos.
-¿Es mi papá? –dijo Juan
Pablo igual de asombrado que yo.
-yo creo. –dije y salí
corriendo hacía ellos, Juan Pablo me siguió y nos quedamos parados en frente de
él sin saber que decirle.
-niños ¿ya llegaron? –dijo
Oscar al percatarse de nosotros, ambos asentimos y después salí corriendo.
Me acuerdo que al llegar a
la casa fui hasta mi habitación, me senté en una esquina y me puse a llorar de
la rabia que sentía. Poco después Juan Pablo y Oscar llegaron insultándose…
lógicamente mi mamá se enteró, le pidió el divorcio y todos seguimos una especie
de ley del hielo.
Nunca le volví a decir papá
a Oscar, él nunca me explico nada… y desde ese momento siempre que hablamos
terminamos peleando o insultándonos. Mariana sabe algo pero no todo, por eso
creo que aún sigue apreciándolo… porque ella es la única que nunca entendió el
juicio por nuestra custodia y lo que tuve que hacer.
-¿Quién es Santiago? –la
pregunta del niño me hizo reaccionar, sin decir nada trate de seguir caminando
ignorándolos a todos pero Oscar me tomo del brazo.
-tu hermano –me hirvió la
sangre en ese momento, forcejeando un poco me solté de Oscar y me fui de ahí
caminando rápido.
Personalmente siempre odie
los buses… pero me sentía tan desesperado por alejarme de Oscar que subí en el
primero que vi, sin importarme que fuera hacía el otro extremo de la ciudad. Me
baje al frente de una panadería tratando de pensar en cómo volver a mi casa,
igual aún era temprano…
Camine por más de tres horas
comenzando a impacientarme por el hecho de no saber hacia dónde ir… no llegaba
a ninguna calle principal y apenas había paradas de buses. Ya cansado me senté
en el pasto de un parque y trate de relajarme viendo niños jugando futbol.
-¿qué quieres gomelo?
–levanté la vista y pude observar a un chico de ojos claros que debía tener
unos 23 años mirándome molesto.
-nada, solo descanso –dije
con la mayor calma posible.
-ok parcero… entonces el
primero es cortesía –con una sonrisa algo tétrica me lanzo una bolsa con polvo
blanco. Mire expectante la cocaína pensando en lo bien que podría sentirme y
sin pensar en la estupidez que iba a hacer, la abrí y comencé a aspirarla.
Me reí un rato sin sentido
alguno y hasta jugué un rato basketball, luego me dormí recostado en un árbol.
Tiempo después abrí los ojos, ya todo estaba oscuro y alguien me levanto
bruscamente del suelo tomándome del brazo.
-¡pero que mierda! –grité molesto
y tratando de soltarme.
-cállate Santiago que solo
empeoras las cosas –era Oscar, jamás me sentí tan extraño en la vida y no sabía
porque me estaba cogiendo del brazo.
-¿QUÉ HACES AQUÍ? –antes de
contestarme me respondió con una especie de reproche.
-TE ESTABAS METIENDO
PORQUERÍAS… PENSÉ QUE ERAS MÁS INTELIGENTE PERO ESTABA EQUIVOCADO.
-y ¿qué vas a hacerme por
eso? Recuerda que no soy Juan Pablo –casi al instante de decir eso me soltó, me
voltee con una sonrisa triunfal pero Oscar continuo:
-te voy a pegar… -casi
vomito al escuchar eso, no me podía hablar enserio, él no es nada para mí y no
tiene derecho.
-QUÉ TE PASA –casi le escupí
en la cara.
Toda la fuerza que yo creía
tener desapareció, no podía hacer nada en contra de Oscar. Volvió a tomarme del
brazo y sin soltarme se quitó el cinturón, causándome una sensación de pánico
total.
Estábamos en un parque, a la
vista de muchas personas, no quería que nadie viera y me parecía tan irreal
todo ¿Cómo llego Oscar acá? Pero deje atrás mis dudas cuando sentí que me caía
un correazo.
ZAS -AUU –grité sorprendido
porque me había dolido, algunas personas se quedaron viéndome.
ZAS ZAS ZAS PARA ZAS ZAS ZAS
ZAS ZAS ZAS PARA OSCAR ZAS ZAS ZAS NO TIENES DERECHO ZAS ZAS ZAS AGHH ZAS ZAS
ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS DETENTE DETENTE ZAS ZAS ZAS
ZAS YAA YAA ZAS ZAS ZAS MMGG ZAS ZAS AGHH NOO ZAS ZAS
-CLARO QUE TENGO DERECHO Y
NO VOY A PARAR HASTA QUE NO DIGAS LO QUE QUIERO ESCUCHAR –no entendí a que se
refería con eso.
ZAS ZAS NO VAS A VOLVER A
METERTE PORQUERÍAS EN EL CUERPO SANTIAGO ZAS ZAS ZAS Y ME VAS A DEJAR DE TRATAR
COMO UN IDIOTA.
Comencé a desesperarme del
dolor, no quería darle el gusto de hacerme llorar, pero estaba a punto de
lograrlo… entonces use la última opción que tenía tragándome todo el orgullo.
-PARA PAPÁ –con ese grito
Oscar se detuvo y yo me di cuenta de todos nos miraban atónitos ¿por qué nadie
hacia nada? ¿Cómo llegue acá? ¿Cómo se enteró Oscar? Cerré los ojos un momento
para pensar cuando me cayó agua en la cara…
-levántate que vienen los
tombos –era el mismo chico de 23 años, yo seguía en el mismo lugar que antes y
al parecer todo había sido una especie de sueño-alucinación muy extraña, pude
notar que era de madrugada.
Me puse de pie para irme a
otro lado, los policías me preguntarían cosas y terminarían llamando a mis
padres. Recorrí más y más calles hasta que a lo lejos vi un taxi, casi corrí a
donde estaba, le dije al taxista la dirección y al arrancar comencé a pensar en
todo lo que había pasado y además en lo que le diría mi mamá al llegar a la
casa.
Thoooor vaya sorpresota amiguito te extrañaba un montón...
ResponderBorrarsabes he devorado el capitulo y me diste un supersusto, esa horrible pesadilla de Santiago, que maldad la tuya, de verdad creí que su padre lo había agarrado a cintazos de la noche a la mañana fungiendo como el padre que nunca fue, casi me da patatus
pero sabes en el fondo quisiera que suceda, Santiago necesita a su padre quiera o no, y seria hermoso buscar la forma de el milagro suceda y tu sabes los milagros no todos son color de rosa, a veces tienen nubarrones, tropiezos y dolor de por medio
INTENSIDAD....
bravo, lograste ponerme la piel de gallina, espero que no te pierdas y actualices, por favor no seas malito
Marambra
Eyyy amigooo.... así que un viajecito a Venezuela... que rico no??? jajajaja... excelente... sip el chico definitivamente añora su relación con su padre... a pesar de lo duro que intenta portarse....
ResponderBorrarEsperemos que algún día sucedaaaa.......esperando tu actualización...
Fue un bello capítulo... Me ha gustado mucho... Pobre Santi, qué futuro negro le vendrá si sigue por el camino de la droga! Ojalá y su padre acuda a él en su auxilio.
ResponderBorrarLindo el capi de la perspectiva de Santiago... jejejje... merecía un descanso Camilo! =P