jueves, 20 de noviembre de 2014

Capitulo 7



-         Pican a la puerta (dijo Ana María a su marido).
-         Lo he oído (dijo con una sonrisita malévola).
-         Pues abre (Ana María le contestó con la misma malicia).
-         ¿Y porque no abres tú? (a veces su mujer podía ser tan recalcitrante)
-         Porque tú eres el hombre de la casa ¿Y si fuera un ladrón o un asesino?
-         No creo que picará a la puerta, cariño (dijo levantándose del sofá).
-         Te quieroooo (dijo como si fuera una niña mimada mientras su marido iba hacía la puerta para abrir).
La sorpresa fue al abrir la puerta y encontrar a dos agentes de policía escoltando a David. Moisés no estaba preparado para esa escena, y francamente de haber imaginado una escena así, no sería David el escoltado sino Bruno, incluso su propio hijo, ¿Pero David?
-         Buenas tardes (dijo uno de los agentes)
-         Buenas tardes (contestó Moisés aún perplejo por la situación. David estaba pálido y no levantaba la vista, como si el mirar a los ojos a su tío lo fuera a convertir en piedra).
-         ¿Es usted el tutor legal de este joven? (le preguntó el policía que le había saludado).
-         Sí, lo soy, soy su tío. ¿Ha pasado algo?
-         Me temo que sí, su sobrino ha cometido un delito contra la propiedad privada (Moisés abrió los ojos como platos, conocía muy bien a David y él no era un vándalo), allanamiento de morada, afortunadamente el edificio es de un holding y no parecen interesados en presentar cargos, pero nos han pedido que desalojáramos el edificio de todos los “ocupantes ilegales” que hubiera. Y su sobrino era uno de ellos, se ve un buen chico, así que nosotros tampoco presentaremos cargos. Pero deberían hablar con él seriamente sobre el respeto a la propiedad privada. (y el policía miró fijamente a David) aunque esté abandonada, si no es de tu propiedad no debes de entrar. Hay leyes, chico.
-         Sí, señor, no volverá a pasar, lo lamento (se disculpó muy educadamente David, y se apresuró a entrar en casa, ser arrestado e ir en el coche patrulla no era algo que le hubiera gustado especialmente David. Pero al pasar al lado de su tío, Moisés lo agarró por el brazo y lo detuvo).
-         Disculpe, mi ignorancia, agente, pero no sé de qué está hablando, ¿Qué es lo que ha pasado exactamente? (preguntó Moisés manteniéndose lo más sereno que podía).
-         Se trata de las oficinas Kaplanian, ya sabe, las que llevan  casi una década vacías, a la espera que los herederos dejen de enfrentarse por ellas en los tribunales
-         Las que están cerca de la estación ¿no? (moisés dijo respirando profundamente, esa no era una zona en la que quisiera que estuvieran merodeando sus sobrinos)
-         Si, esas (el policía también era padre y sabía perfectamente que ese no era un buen lugar para un chico de una buena familia como parecía aquella).
-         Muchas gracias agentes, no se preocupen mi sobrino y yo tendremos una conversación muy seria sobre allanar propiedades de otros. Y disculpen las molestias, estoy seguro que tienen cosas mejores que hacer de escoltas de chavales demasiado vivos (David tragó saliva y se le revolvió el contenido de sus tripas al oír ese tono en la voz de su tío. Moisés, sin dejar el agarre de su sobrino, se acabó de despedir de los policías y cerró la puerta. Entonces durante unos breves segundos el tiempo transcurrió muy deprisa y muy lento a la vez. Moisés sabía que necesitaba calmar, porque no estaba en condiciones de tener una conversación racional con nadie). Ve  a tu cuarto, no tele, no ordenador, no nada…(decía entre dientes intentando no chillarle) voy a hablar con tu tía y ahora voy.
-         Sí, señor (dijo como si fuera un corderito a punto de ir al matadero y no perdió ni un segundo en desaparecer de la vista de su tío).
-         Bruno, ve a la habitación de Fran a acabar los deberes (dijo David al entrar en su cuarto)
-         No estoy haciendo los deberes, ya acabé, estaba…
-         Me da igual, que te vayas al cuarto de Fran (dijo muy seco, no había rabia ni bromita, ni ganas de incordiar. Bruno miró a su hermano sin entender nada).
-         ¿Por qué tengo que irme yo? Éste es también mi cuarto.
-         Me acaba de traer la poli y el tío no tardará mucho en venir para “charlar” conmigo, así que desaparece, a menos que quieras que sobre para ti también.
-         ¡QUE TE HA TRAÍDO LA POLI! (Bruno estaba alucinando pepinillos, David era la persona más pacifica del mundo, no se podía imaginar que pudiera meterse en líos con la pasma).
-         SÍ, JODER, SI. AHORA LARGO (perdiendo un poco los modos).
-         ¿Pero porqué? ¿Qué has hecho? (Bruno no se dejaba intimidar por cuatro gritos).
-         No es asunto tuyo, ahora largo.
-         No, no me pienso mover de aquí hasta que me lo digas (y entonces David hizo algo que Bruno no se esperaba, se fue directo hacía el lo agarro fuerte del bíceps y lo sacó arrastras del a habitación. Bruno al verse fuera de su propia habitación comenzó a patear la puerta).
-         Déjame entrar gilipollas, es mi habitación también, que me abras, capullo! (Bruno gritaba a la vez que pateaba la puerta. Por supuesto el alboroto hizo que todos salieran al pasillo  a ver que sucedía).
No dio tiempo que ni Tara ni Fran preguntaran, Moisés estaba ya muy enfadado para lidiar con las pataletas de nadie y menos de un chico de la edad de Bruno. ¿Patadas a las puertas? Pero qué eran ahora un at6ajo de salvajes. No se suponía que el loquero ese estaba trabajando con Bruno a controlar esos impulsos. Así que ni corto ni perezoso Moisés agarró a Bruno y se lo puso bajo el brazo dejando acceso directo al trasero del chico.
-         En esta casa PLASS PLASS PLASS No somos unos salvajes PLASS PLASS PLASS, no damos patadas a los muebles PLASS PLASS PLASS ni a las puertas, PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS (Moisés estaba muy furioso, así que no miró mucho la fuerza con que zurraba a Bruno)¡PERO QUE NARICES pasa en esta casa! ¡Es que nadie es capaz de comportarse! (Moisés de verdad que ya no entendía nada, la situación le superaba).
-         Aaaaaaaaaaaaaaaaaaau noooo auuu lo siento, lo siento  sniff sniff pero David me echó de la habitación a empujones  sniff (Tara rodó los ojos al oír eso, cuando empezaba a ver al ñajo como un chico mayor el crío hacía o soltaba algo que le hacía pensar que su hermanito jamás dejaría de ser un niño).
-         Me da igual lo que haya hecho David, bueno no me da igual (ya no sabía ni lo que se decía). No hay excusa para dar patadas a los muebles, Bruno no tienes dos años, maldita sea, tu madre te ha educado mejor que eso, cualquiera que te vea ahora pensaría que fuiste criado por animalitos (Moisés cerró los ojos, se había pasado. Sabía que no debía hablar así a los niños y menos de sus padres, pero estaba harto, harto de que nada mejorara , más bien todo lo contrario, las cosas iban a peor, ahora hasta David se metía en problemas. Estaba a punto de disculparse cuando Bruno hizo la mayor tontería de su vida le arreó tal patada a su tío que le saltó la espinilla. Moisés se dobló del dolor en el acto, quedando arrodillado en medio del pasillo. Fran corrió a socorro a su padre. Y Tara agarró a su hermano y lo sacudió).
-         ¿Pero tú eres idiota o qué? (le dijo mientras lo zarandeaba)
-         No debió decir eso de mamá y papá (dijo Bruno aún deseoso de venganza).
-         No ha dicho nada malo de mamá y papá, imbécil. Solo estaba diciendo que eres un salvaje, y lleva razón  ¿Cómo has podido patearle? Después de todo lo que te está aguantando. No tiene obligación alguna de aguantarnos ¿lo sabes? Podríamos estar en casa de los abuelos o de tío Luís, pero no, estamos en su casa, ahora somos parte de su familia, así que deja de comportarte como un puto salvaje desagradecido (Tara jamás le había hablado así. Si que lo había insultado, por supuesto, eran hermanos, pero ella era la dulce, la que se ponía de su lado en contra de David).
-         ¡Tara! (dijo Ana María que no podía creer lo que estaba pasando ante sus ojos. Y entonces todos se quedaron quietos y en silencio sin saber que hacer o decir. Moisés se reincorporó respirando con dificultad, no por el dolor, sino porque también estaba en shock). Cada uno a su habitación. Bruno me esperas en nuestro dormitorio. (ordenó Ana María como si de un  gran mariscal se tratara y nadie se atrevió a rechistar. Una vez todos estaban donde se les había mandado fue hacia su marido). Moisés ¿Estás bien? (Dijo preocupada)
-         Si (Moisés le contestó de una forma muy lacónica).
-         Vamos al baño que te ponga alcohol en esa pierna (y en su voz había cansancio).
-         Estoy bien, voy a…
-         Pues sí tú estás bien, te aseguro que yo no (dijo con lágrimas en los ojos). Esta es también mi casa y esto sí que no, sé que son tus sobrinos, pero yo soy la madre de tu hijo, y no pienso consentir que mi hijo se críe en este entorno. TE HA PEGADO, MOISÉS. TE HA PEGADO (le repitió remarcando cada sílaba).
-         ¡Lo sé, maldita sea! (le gritó)
-         No ves, lo que está pasando, antes no nos gritábamos. (Moisés se sintió fatal porque era cierto ellos jamás se gritaban) Cariño, una sola manzana podrida puede malograr todo un saco. Se acabó el periodo de gracia. Se acabó el sentir pena por los pobre huerfanitos, son tres mocosos que necesitan unos padres y unos padres firmes que les ponga en vereda. O te pones las pilas o me llevo a Fran a casa de mis padres. Pero esto tiene que acabar aquí y ahora (Ana María le dio un ultimátum a su marido). Les estás haciendo un flaco favor a ellos y a tu hijo que está creciendo viendo que se puede pegar a un padre o meterse en líos con la ley. 
-         No tenía intención de aplaudirles.
-         No, pero la paternidad no es un sprint es una larga y costosa maratón. Qué hoy les des una buena y merecida zurra no sirve de nada si al cabo de unos días vuelves a hacer la vista gorda con esas “pequeñas” cosillas de los chicos. No hay que pasarles ni una, porque ya ves lo que pasa. Aún son niños, aún no tienen la madurez suficiente para darse cuenta que cuando les estás pasando una es por indulgencia y no por flojera.
-         Ya sé por dónde vas.

-         Me alegro (dijo muy digna y le echó una miradita que ponía los pelos de punta). Así no tengo que gastar más saliva, me voy a la tienda, me llevo a Tara y a Fran. Yo hablaré con Tara, tú trata con Bruno y David. Ya sabes lo que te toca (y se fue hacía la habitación de Fran para prepararlo para salir a la calle. Moisés se fue al baño y contempló la sangre de su pierna. Tenía unas ganas enormes de llorar, pero no por el dolor de la patada. Sino porque todo se había descontrolado, todo, hasta David).

7 comentarios:

  1. Me encanto continúala pronto.
    Taz

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  2. Cada vez me desagrada más esa tía! Le incomodan los chicos en su casa o qué?! La verdad, yo me veía venir esa reacción de Bruno. Como lo dijo el tío sonó a crítica hacia su madre, era entendible que reaccione de esa forma.... no está bien, pero lo entiendo.

    Por faaaa, que Moisés no sea muy malo con los chicos!

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  3. Yo opino igual que Camila,no es que esté bien pero se entiende.
    Y por otro lado esa tía igual no me cae bien,se nota que para los chicos son ellos tres nada mas ya que por lo visto la tía a cada rato muestra su molestia por tener a los niños,me da la sensación de que no los quiere mucho.Por otro lado se percibe que los chicos están ahí porque pueden estar los tres y me imagino que en otro lado la pasarían mal...pero en resumidas cuentas hasta ahora lo único que siento es que los chicos están sometidos a unos tíos en donde hay mas obligación que amor,siempre están bajo el yugo del temor a la dura paliza que les dará el tío o que los envíen a una escuela tipo reformatorio,como sea están bajo constante temor y muy poco amor y calidad familiar.
    Me a encantado la historia,por lo que el pasar de los chicos me a llegado mucho.Sufro con ellos.Me da impotencia por lo que tienen que pasar.Es verdad que se buscan los problemas pero a la vez son chicos aún por lo que no se les puede culpar tanto ¿no crees?
    Si me pongo en los zapatos de los chicos creo que me sentiría fatal.
    Y los tíos en vez de darles estabilidad ,mucho amor y seguridad por todo lo triste que les tocó pasar ,están siempre siendo juzgados ,.......creo que los pobres niños están ahí solo porque no tienen otra mejor alternativa o al revés que las otras opciones eran "mas malas" que estar con este matrimonio.
    ¡¡UUuuyyy mira todo lo que revuelve mi mente la historia jjajajaa !! no lo tomes a mal mis pensamientos ,es solo que me a gustado la historia y me estoy absorbiendo de ella y siento mucho lo que les pasa a los chiquitos ya que están solitos ellos tres y no ven a esos tíos como familia o sustitutos de padres,sino mas bien como una imposición .
    ¡¡Aplausos y mas aplausos ! se está poniendo muy buena tu historia
    Marti

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  4. ayyyy no se les ve un futuro doloroso, espero se solucione todo ... pero creo que en el camino habrá muchas lagrimas.

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  5. Siento que estos pobre hermanos están tan abandonados en el lado afectivo que me da pena, siempre con el estrés de no salirse de la raya ni un poquito, con la amenaza constante del encierro en un casi reformatorio militar o una paliza, ya se sabe que eso es lo que hará el tío, pero se nota a leguas que la mujer de este apenas los tolera porque esta todo el tiempo con la constante espina de que su marido haga algo más que una paliza con ellos, ni siquiera saben que estaba haciendo David ahí y ya le hirvió la sangre, y ya los chicos se ponen tensos y llamarlos entre comillas animales, bien merecida tenia la patada, que un hijo que no defiende el nombre de sus padres no es hijo que merezca llamarse hijo, aun cuando no haya nombrado a sus padres, el solo sugerir que ellos son animales fue realmente cruel, y ni siquiera se disculpo y encima debe estar estresando esperando la paliza… para mi ese tío no es más que un maricon que no tiene los cojones bien puestos para hacer algo más que las sugerencias de su esposita, como si no tuviera personalidad, fue cruel por parte de ella decir son tus sobrinos no los míos, se acabo lo de pobres huerfanitos cuando ellos están oyendo y sugerir que su hijo prácticamente se convertirá en un criminal por que su primos se porten así ocasionalmente, es una total estupidez, se nota a leguas que los ve como una carta, mejor sería que se los entregara a los abuelos, mejor suerte correrían que con ese par, una que mete cizaña y el otro que no es empático…
    Lo siento si no te gusta, pero así me revuelves las emociones y eso es porque escribes maravillosamente que me pones lo pelos de punta

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  6. LittleHoshi: está història no va a reflejar unos tutores perfectos, sinó más bien a un matrimonio que de la noche a la mañana se convierten en tutores de tres chicos con problemas. Y no són ni educadores, ni sicologos ni unos santos. Por lo cual no se van a comportar de una forma muy idilica.
    Yo al escribir soy la primera en recriminarles todos sus defectos, así que són libres para detestarlos hasta la saciedad

    jajaja

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  7. uffffffffffffff ya que das carta libre!!!
    Dejame decirte que los odio!!! y más a esa tia!!!
    Los chicos merecen ser felices!! y eso que viven no es felicidad!!
    LittleHoshi me tienes atrapada en tu historia!!!

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