lunes, 6 de abril de 2015

Chapter 93: La tentación del poder



 


Chapter 93: La tentación del poder
 


NA.: Gracias por vuestros mensajes y reviews, majosos y majosas :3 Espero que se entiendan las cosas, a pesar de lo enrevesada que puedo llegar a ser.
 


Nick y Chris volvieron a sentirlo: ese vacío enorme, cuando Peter se fue. Apenas le habían recuperado, y ya se iba otra vez. Christopher tuvo mucho miedo. Patrick había dicho que Peter sería el primero en morir. Casi lo había olvidado, porque Peter había vuelto sano y salvo. Pero tras perderle de nuevo el temor se apoderó de él, con la certeza de que su hijo iba a correr algún peligro, y él no iba a estar allí para protegerle.
Los demás bajaron a su encuentro. Leo fue el primero en preguntar.
- ¿Dónde está Peter?
No obtuvo respuesta.
- ¿Dónde está? – insistió
- Se ha ido. – dijo Nick, al ver que Chris no respondía – Ha orbitado.
- No, no ha orbitado. ¡Tú le has echado! - increpó Chris, hablando al fin - ¡Ha huido por todas las cosas horribles que le has echado en cara!
A Nick le dolió la acusación. Trató de encajarla lo mejor que supo, pero fue difícil, porque su padre no dolía hablarle de esa forma. Nick se sintió como si Peter fuera más importante que él. Como si él fuera un extraño que había hecho daño al hijo favorito. Sacudió la cabeza para sacarse esas ideas, y recordó todo eso del hijo pródigo. Lo que le pasaba era que tenía envidia y celos. Sólo eso.
- ¡Es la verdad! No fue el mejor modo de decirlo, venía a disculparme, pero tengo razón. Será su culpa o no lo será, pero lo que pasó, pasó, y no podemos cambiarlo. Peter no ha sabido encajarlo, y lo siento mucho, pero no te enfades conmigo por ser el único con agallas suficientes para decir lo que piensa. Tú opinas como yo, en el fondo. Lo sé. Lo veo en tu mente. Lo sientes mucho por él, pero no te sorprende. En realidad esperabas que un día hiciera algo como esto. Está tan jodido por dentro, le han hecho tanto daño, que algún día iba a tener que empezar a devolverle al mundo todo lo que le hicieron. Así se generan las malas personas…
- ¡TU HERMANO NO ES UNA MALA PERSONA! – gritó Chris y luego respiró hondo. No era momento de perder los nervios. Sobre todo cuando notaba a Nick tan… dolido… por algún motivo que se le escapaba. – Ya me he cansado de decirte que no me leas el pensamiento, Nick, pero si vas a hacerlo al menos hazlo bien. Mucha gente ha predicho que tu hermano va a… volverse malo… y eso me preocupa. Y es cierto que considero que tu hermano tiene muchos motivos para…escoger el camino incorrecto. Pero eso todavía no ha pasado. Esos pensamientos que has leído no estaban dirigidos a nuestro Peter, sino al otro.
Nick miró fugazmente al aludido, preguntándose qué había hecho él. Sabía que se había fugado con los poderes de su abuelo y que había vuelto en muy mal estado, pero Chris le había mantenido al margen de "todo lo demás". Iba a responder, pero Chris 2 se le adelantó:
- Nada de eso importara ahora. ¿Dices que Peter ha orbitado?
- Sí – respondió Chris 1, sintiéndose como si estuviera hablando consigo mismo, lo que hasta cierto punto era verdad.
- Eso es imposible.
- Peter no deja de ser un adolescente, y él también…
- No digo que sea imposible en el sentido "no lo esperaba de él", digo que es imposible en el sentido de "he atado sus poderes".
- ¿Qué?
- Como precaución – explicó Chris 2. – Para asegurarme de que no hacía alguna de sus tonterías.
- Pero… ha orbitado… yo lo he visto…
- Yo también – respaldó Nick.
- Pues creo que eso es de lo que deberíamos preocuparnos ahora mismo y no de quién tiene la culpa de que se haya ido. ¿Cómo han vuelto sus poderes?
- MIS poderes – corrigió Chris – Orbitar es…
- …. uno de los poderes que te robó – concluyó Chris 2 por él. – Ya sé, ya sé. Pero tener los suyos atados le impide usar aquellos poderes que ha robado. Así que, ¿cómo han vuelto?
- ¿Por qué no repasamos lo que ha hecho en las últimas horas? – sugirió Amy. Todos la miraron. Parecía fuera de lugar en medio de aquél caos mágico, y sin embargo sus sugerencias eran las mejores. Abrazaba a Leo con un brazo, y era la única que parecía haberse dado cuenta de la reacción del niño ante la nueva desaparición de Peter. Chris sintió una punzadita de culpa al pensar en que estaba dejando que Amy se ocupara demasiado de Leo otra vez. Pero estaba sobrepasado.
- Dormir. – dijo Chris 2 – O al menos, no ha salido de su cuarto. Luego fui a despertarle, y vinimos aquí. Cruzamos el portal y….¡ESO ES! – gritó de pronto, asustándoles a todos. – El portal… El portal de Barbas…El que él quería que cruzáramos…
- ¿Insinúas que era una trampa? – dijo Chris.
- Creo que cruzar el portal le devolvió los poderes a tu hijo. Que eso es justo lo que Barbas pretendía. Y que…
- …Peter está ahora por ahí siendo un blanco fácil para él – concluyó Chris. Ambos Chrises se miraron. Chris tenía pánico. Chris 2 no se sentía mucho mejor.
 


...
Peter no lo entendía. Llevaba dos minutos bajo esa lluvia. Era como ácido. Todo estaba destruido a su alrededor, y él se estaba quemando un poco, pero no estaba muerto. ¿Por qué no? En ese momento llovía a cántaros. Todo él estaba chorreando sangre, lo cual era bastante asqueroso, y debería de estar muerto. Calculaba que tenía que estarlo, o al menos muy adolorido. Pero no se sentía más que un poco escocido…No lo entendía. Sus lágrimas se mezclaban con las rojas gotas de lluvia y no podía dejar de pensar que el mundo y los Chrises de todos los mundos se habían conjurado para que él no se muriera.
- Eres medio demonio – dijo una voz a su espalda – Si sigues aquí durante un buen rato acabarás por abrasarte, pero no te quemas tan rápido como una persona normal. Y menos con eso que no es otra cosa que sangre de demonio.
Peter se giró bruscamente. Buscó la voz de quien le había hablado, pero no encontró a nadie. Aun así, reconoció el terciopelo engañoso de ese timbre: era Barbas.
- ¡Tú! ¡Muéstrate!
- Enseguida. Todo a su tiempo.
- ¿Qué haces aquí? ¿Y qué es eso de que es sangre de demonio? – preguntó Peter, mirando a uno y otro lado con nerviosismo.
- ¿No te has preguntado cómo ibas a acabar tú con todos lo de mi especie, Peter? ¿Cómo ibas a cumplir eso que habían predicho sobre ti? ¿No has dicho siempre que tú no tienes ningún mérito? ¿Que tú no eres nadie? Yo te aseguro que sí eres alguien, chico, pero en eso tenías razón: nada de lo que tú pudieras hacer, en términos bélicos, podía poner fin a la lucha del bien y del mal. Tú no puedes hacer nada que otros, tu padre incluido, no hayan intentado. Y, sin embargo, se suponía que ibas a exterminar a los de mi especie. A los de la tuya. ¿En serio creías que lo ibas a hacer a base de incursiones en el inframundo, a espaldas de tu padre?
- ¿Qué quieres decir? – exigió Peter, hablando con la nada.
- Mira a tu alrededor, Peter. Te estás bañando en la sangre de tus hermanos. De los míos. ¿Por qué crees que yo no quería volver a éste universo? No podía hacerlo hasta el momento indicado, o me hubiera afectado a mí también. Los demonios están muriendo, Peter. Los has exterminado.
- Yo…no he hecho nada… - dijo Peter. Una parte de él se sentía mal. Horriblemente mal. ¿No se suponía que debería alegrarse por la muerte de esos seres? Pero no dejaban de ser su especie…a medias.
- Ese es tu mayor error, muchacho. Te infravaloras demasiado. Tú has cruzado un portal que separa dos mundos. Tú has invertido su moralidad. Peter, tú has creado un nuevo mundo paralelo.
- ¿Qué?
- Tu padre tenía razón, chico: tiene que haber un mundo negro y un mundo blanco. Y tú has hecho que el mundo negro sea gris. Ya no sois mundos espejos, y es necesario que exista un universo que complemente a éste. Así que otro mundo ha sido creado. Un mundo que es negro del todo.
- ¿Insinúas que he creado otro planeta, con otro Chris, otro Nick, otro Leo y otro Peter? ¿Qué ahora somos tres de cada?
- En realidad, el número de mundos es infinito. Está el plano espectral, el cual por cierto también ha sufrido ciertos daños y por eso los muertos caminan entre los vivos…Hay cientos de mundos paralelos por ahí fuera, muchacho. Pero tú has creado uno más.
- ¿Y cómo he hecho eso?
- Error. La pregunta correcta es cómo vas a hacerlo – dijo Barbas, y en ese momento se mostró ante Peter, quitando su escudo de invisibilidad. Peter le fulminó con la mirada
- Deja de distraerme – le recriminó Peter.
- Oh, sí, disculpa. Tienes algo que hacer. Tienes que morir ¿verdad? – dijo Barbas, como burlándose. Peter no respondió, y fingió que no estaba, mirando hacia el infinito – Eso destrozaría a tu padre…
- No finjas que te importa.
- ¿Y por qué no iba a importarme?
- Eres un demonio.
- Y eso es imperdonable ¿verdad? Como si tú no lo fueras. Como si se tratara de algo que uno puede elegir…
- Demasiado tarde para ir de víctima conmigo, Barbas – dijo Peter, sin dejarse engañar – He visto lo que haces.
- ¿Y qué hago? Sobrevivir. Me limito a eso. Tu familia me persigue desde que tengo memoria, acusado de un delito del que no soy culpable. Acusado por el simple hecho de haber nacido diferente. Tú también eres diferente, Peter. Sabes de lo que hablo.
- Uno no elige como nace, pero sí cómo se comporta – respondió Peter, repitiendo las palabras que su abuela Piper le dijera una vez.
- Y, si eso es así….¿por qué tu familia se dedica a exterminar a los de mi especie? NUESTRA especie.
- Los demonios son malvados…
- ¿De veras? Eso te lo ha dicho tu padre, claro…
- Todo el mundo lo sabe. Todos saben que os demonios son malos…
- Y las brujas también. ¿Nunca te lo has planteado? No soléis ser los buenos en los cuentos, chico. Brujos o demonios, da igual. Todos somos juzgados por poseer lo que otros no tienen: magia.
Peter guardó silencio. Barbas era muy… persuasivo. Meses atrás, él no sabía nada de la magia. Para él, las brujas eran personajes de cuento, casi siempre malas. Demonios o brujos, a él le daban igual. Después, su padre se lo había contado todo. Y él no había dudado ni por un segundo de su versión. ¿Por qué iba a pensar que los demonios eran buenos? Era absurdo. Pero… él era un demonio…Su madre también lo había sido…Y había dado su vida por ellos. Peter sabía que no debía escuchar a Barbas, pero casi involuntariamente había empezado a hacerlo.
- Mi familia no hace daño a nadie. Tú y los tuyos matáis gente.
- ¿No hace daño a nadie? ¿De verdad? ¿No eres tú el mismo chico que se cargó la otra noche a un delincuente?
- ¡ESO FUE UN ACCIDENTE! – chilló Peter.
- O un acierto. No era una crítica, muchacho. Tienes poder. Tu familia lo tiene. ¿Por qué no utilizarlo? ¿Por qué no empelarlo para evitar que gente como ese tipo o…como Derek…haga daño a nadie nunca más?
Esas palabras eran tentadoras. Y no estaban muy alejadas de lo que él mismo había pensado un rato antes, sobre que no iba a permitir que nadie le hiciera daño de nuevo, o a sus seres queridos, o a quien no se pudiera defender, como en su día él no pudo defenderse. Peter se daba cuenta de que aquello le estaba sonando demasiado bien. De que esas palabras escondían veneno. No debía dejarse convencer. Tomarse la justicia por su mano no estaba bien. No eran dioses…eran brujos…pero ¿acaso no tenía un enorme parecido? ¿Acaso no era gente como su abuelo la que regía el mundo?
- Chris dijo que no te escuchara…Dijeras lo que dijeras….
- Te dijo que hicieras justo lo contrario ¿verdad? – preguntó Barbas, que había escuchado aquella conversación. El demonio no daba un solo paso en falso. Trazaba planes sobre planes, maniobras de distracción sobre verdaderas maquinaciones…Y así conseguía llevar a la gente a su terreno. – Y ¿por qué crees que te digo eso, Peter?
- Porque él sabe cómo eres tú. Porque te llevaste a sus hijos. Porque quiere defenderme…
- ¿Defenderte? ¿De verdad?¿Eso crees? ¿Acaso no fue él el hombre que te separó de tu padre, y que trató de hacer que te volvieras un ladrón y un asesino?
- ¡Seguía tus órdenes!
- ¿Mis órdenes? ¡Yo no le ordené tal cosa! – mintió el demonio - ¿Qué interés puedo tener yo en que él te secuestre?
Peter caviló. Sí, ¿qué interés tenía Barbas en eso? Ninguno. En eso precisamente se había basado el demonio: todo era una retorcida forma de inculpar a Chris 2.
- Da igual. Él era malo. Ya no lo es.
- ¿No lo es? Entonces, supongo que estás de acuerdo con que planeé matar a tu padre…
- ¡Él no planea eso!
- Puedes pasarte el tiempo negando todo lo que yo diga, pero el hecho cierto es que la única forma de volver a su mundo es matando a tu padre. ¿Te había dicho eso Chris?
Peter abrió los labios.
- No…
- Me lo imaginaba. Luego nos acusan a los demonios de mentirosos…Te diré una cosa, muchacho: nosotros no solemos mentir. Al contrario: somos cruelmente sinceros. Así que… repasemos los hechos…Chris te ha mentido…Tu padre te ha mentido…
- ¡Mi padre no me ha mentido!
- Te ha vuelto en contra de tu propia especie. Yo no pretendo que destruyas a ningún brujo. Él en cambio… parece contento con la idea de que te lleves a unos cuantos demonios por delante ¿no?
- Él se preocupa por mí. No quiere que me hagan daño…
- Te quiere, sin duda. Yo no he negado eso. ¿Lo ves? Te dije que no mentía. Estoy de tu parte, Peter. Sólo digo que tu padre está…equivocado. Y que el otro Chris es una rata rastrera y manipuladora que…
- ¡Él me dijo que no te escuchara! – gritó Peter, como queriendo sacar de su cerebro todas las palabras que ya había oído y ya habían penetrado dentro de él. - ¡Me dijo que no me fiara de ti!
- ¡Porque eso le interesa, chico! Sabe lo que yo quiero decirte, y no quiere que lo oigas.
- ¿Y qué es lo que quieres?
- Que aceptes tu propio poder. Que no lo rechaces. No lo huyas. Que lo utilices. Puedes hacer de éste mundo el lugar mejor que siempre has deseado, Peter. ¿No te das cuenta? Puedes hacer de este un lugar seguro. Puedes proteger a la gente. Puedes vengarte de los que son como Derek. Puedes crear más demonios, y controlarlos…Recuerda a tu madre. Ella es la prueba de que Chris se equivoca. No sois sólo Nick y tú. Los demonios no son malvados. Óyeles gritar, Peter. Yo les oigo. Están agonizando. Tú los has exterminado. Repara tu error.
Peter se quedó en silencio, mientras la sangre de sus hermanos mojaba su cuerpo. Por un segundo, sintió que les oía gritar, como si el cielo estuviera llorando no sólo su sangre sino también sus lágrimas.
- Chris te dijo que hicieras justo lo contrario a lo que yo te digo. Pero ¿acaso te estoy pidiendo algo tan malo? Me limito a decirte que hagas justicia. A que te encargues de que quienes son malos, como los Derek de este mundo, reciban su castigo. Y los que son buenos, como los Derek del otro, reciban su recompensa.
Eso no sonaba mal. Peter tenía que reconocerlo. Nada, nada mal.
- Nadie tendría que sufrir daños. Sólo… los que se opongan a ti.
Y, aunque Peter sabía que una parte de él se arrepentiría, ya había tomado su decisión.
 


...
- …Wyatt, sólo digo que él es tu hermano. Que tú siempre estás para ayudarle, y él, en cambio ¿dónde está ahora? - preguntó Linda, persiguiendo a su marido para sr escuchada.
- Resolviendo sus propios problemas.
- ¡Este también es su problema! ¡Victoria lleva dos días tumbada en la cama, sin poder despertar!
- Chris no puede hacer nada para remediar eso.
- ¡Pero podría estar aquí! ¡Apoyándote, cómo haces tú siempre!
- Basta, Linda. No quiero hablar más de éste tema.
- ¡Pero yo sí! ¡Christopher es un egoísta! ¡Tú lo das todo por él! ¡Darías tu vida!
- ¡Y ÉL LA SUYA! – gritó Wyatt. Linda se amedrentó un poco. Wyatt no solía gritarle. De repente tomó consciencia de lo grande que era su marido, como si fuera alguien de quien tener cuidado. Wyatt se dio cuenta y suavizó su expresión, y su tono. – Tú no lo entiendes, amor.
- Pues explícamelo.
- Christopher siempre ha pensado que debe salvarnos a todos. Se impone más cosas de las que puede llevar a cabo. De joven era un kamikaze, prácticamente un suicida, luchando contra todo el que se ponía en su camino. Usaba su magia sin control, en contra de cualquier demonio que se le presentara. Tenía… tanta rabia dentro…Sentía… Nunca hablamos de esto, pero yo sé que sentía que, de alguna forma, tenía que igualarme. Él es… menos poderoso que yo. Objetivamente, lo es. Todos lo son, salvo quizá esos hijos suyos. Él sentía que era inferior a mí por eso y quería compensarlo. Quería ser útil. Quería ganarse el orgullo de nuestros padres, sin saber que ya lo tenía.
- ¿Qué fue de ese chico? – preguntó Linda, con interés. El Christopher que ella conocía era más bien pacifista, centrado en su familia… alejado de problemas…
- Sigue dentro de él, en alguna parte. Es por eso que tiene ese completo de Mesías. Pero… un día… cuando yo ya me había ido de casa… él se fue a una de sus cazas suicidas, y mientras él estaba fuera alguien atacó a nuestros padres, y a mi hermana. Él se culpó por no estar allí con ellos, y quiso morirse al saber que los atacantes le buscaban a él. Cuando haces mucho daño en el inframundo, envían demonios a buscarte. Chris pensó que estaba poniendo en peligro a su familia… y por eso decidió independizarse. Puso la excusa de su boda con Bianca, pero yo sé la verdadera razón. Por eso Chris anhela tanto una vida normal ¿sabes? Porque es símbolo de seguridad. Seguridad para los que quiere.
Linda guardó silencio por unos momentos. Eso la permitió entender un poco mejor a su cuñado. Ella quería mucho a Christopher, por supuesto. Es sólo que la chocaba la diferencia de compromiso que, a su juicio, había entre los dos hermanos.
- ¿Qué tiene que ver eso con Victoria?
- Piensa que está sucediendo otra vez. Que sus problemas nos están salpicando. Chris cree que lo que le pasa a Victoria es su culpa. Que la lluvia... que todo esto es culpa suya, cuando probablemente es culpa de su hijo. En cualquier caso, considera que lo mejor que puede hacer es alejarse de mí. No quiere ponerme en peligro. Así que sí, él también me protege. Está convencido de que tiene que morir para protegerme. Para protegernos a todos.
Iba a seguir hablando, pero Alex les interrumpió en ese momento. Concretamente, su décimo intento de orbitar en aquella tarde les interrumpió. Wyatt había lanzado un hechizo que impedía que cualquier orbitara fuera de aquella casa. Por precaución. y había hecho bien.
- Alexander, te hemos dicho que no hagas eso.
- Yo puedo salvarlos, papá. Yo puedo.
Alex había pasado mucho tiempo frente al televisor, viendo cómo la gente moría, antes de que la lluvia terminara por destruir las antenas de televisión y se perdiera la conexión. Tanto... dolor... le había impactado. Wyatt estaba seguro de que, aunque fuera tan joven, tenía sentidos de luz blanca. Que sentía la llamada de los que sufrían, como la sentía él. Había pensado quitarle sus poderes, para que dejara de sentir tanto dolor ajeno pero... el dolor es parte de la vida...y ciertamente, con poderes estaba más protegido.
- No puedes, Alexander. No puedes desvelar tu magia.
- ¡No puedo dejar que mueran!
- Es por eso que tu abuelo y yo nos estamos encargando de todo.
- ¡Pero yo puedo ayudar!
- No. No puedes. Y si vuelves a orbitar, me enfadaré.
Como desafiándole, Alex gimió y trató de orbitar de nuevo. Wyatt suspiró, se acercó a él, y le dio la vuelta.
- No PLAS puedes PLAS salir PLAS. No puedes.
- ¡Yo puedo! ¡Yo puedo! - gritó Alex, y empezó a llorar. - Yo puedo - susurró. - Papá, voy a volverme loco.
- Está bien, Alexander. Ataré tus poderes. No es un castigo ¿entiendes? Es para que no te duela. Eres muy joven para sentirlo pero...siempre he sabido que ibas a ser muy poderoso. La gente sufre, y un luz blanca no puede permanecer indiferente ante eso. Y un medio luz blanca tampoco.
- Es más que eso, papá. Ellos me llaman...Ellos lo hacen...
- ¿Quiénes, hijo? No puedes oírles...tú no tienes cargos...
- ¡No las personas! ¡Los demonios! ¡Se están muriendo!

Wyatt abrió mucho los ojos. Su padre acababa de decirle eso mismo, hacía sólo cinco minutos, cuando había estado con él. Esa era información privilegiada de Ancianos... y su niño lo sabía. Entonces, él mismo también lo escuchó. La llamada era potente. Gritos de auxilio. De dolor. Y de pronto nada. Wyatt abrazó a su hijo, y en ese momento dejó de llover. Los demonios habían muerto. Todos los que estaban en aquél mundo. Ya no había sangre demoníaca que derramar. Por alguna razón, Wyatt, que mataba demonios desde que era un bebé, sintió que era algo de lo que no debía alegrarse.

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