miércoles, 31 de diciembre de 2014

Hijo?



Hijo?

Mi nombre es Tatiana en mi vida he hecho cosas de las cuales no me siento orgullosa, siempre he escuchado que la vida se cobra cada una de nuestras malas acciones y realmente es asi.
Llegue hace poco tiempo de Europa con mi hija Cristina. La inscribí en uno de los colegios más prestigiosos de esta ciudad. Un día al estar esperando por mi hija en un Centro Comercial un jovencito tropezó conmigo y solté las bolsas que llevaba, estaba furiosa es que ese niño estaba ciego o que?
-Ay disculpe señora. No la vi perdón
Al alzar la mirada para reclamarle, vi su rostro, no sé que me paso pero solo le sonreí y respondí
-Tranquilo no paso nada
-Permítame ayudarla por favor
-Gracias.  Cómo te llamas?
-Leonel Barahona señora
-Como se llama tu padre?
-Renato Barahona, es publicista
De inmediato sentí que las piernas me fallaban, no odia ser, no… noo
-Que le sucede señora?....esta pálida….siéntese aquí por favor…voy por un poco de agua
Y lo vi alejarse y regresar casi de inmediato con un vaso con agua
-Tome un poco eso le ayudara.
-Gracias,  gracias….
-Se siente mejor?..le ayudo a tomar un taxi?
- No te preocupes estoy bien- en ese instante sonó el celular del muchacho
-Hola papi, si papi ya estoy en el Centro Comercial pero estoy cerca de la farmacia que hay en el ala sur. No ….no papi…paaaaaa estoy ayudando a una señora que no se siente bien….. ok te espero…si papi yo también. Chao.
Quería salir corriendo pero mis piernas no respondían estaba congeladas, tenia pánico de ver al padre del chico, no podía ser tan cruel el destino. No seguro era un homónimo una mera coincidencia…pero y si no?... No podía arriesgarme, así que aunque estaba toda temblorosa reuní fuerzas y me levante para irme.
-Gracias hijo- casi desfallezco al decir la palabra pero tenía que decirlo, no podía irme sin decirlo
-Señora espere a que mi papá llegue, nosotros podemos llevarla a su casa
Que lindo!, que tierno! solo quería abrazarlo fuerte y darle llenarlo de besos
-Señora?
-Tranquilo hijo- siiii hijo-  estoy bien- y por un impulso que no pude ni quise contener le di un beso en la mejilla y un breve abrazo- gracias y adiós
-Adiós- me dijo con una sonrisa confundida
Doble la esquina y me quede espiando desde lejos tenía que saber aunque mi corazón estaba seguro.  A los pocos minutos llego su padre, el chico lo saludo con un beso y pude ver su rostro. Era Renato, mi Renato, era el, de eso estaba segura. Sentí un fuerte dolor en el pecho, quería morirme. Ese niño era mi hijo.


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