miércoles, 31 de diciembre de 2014

Padre moderno – corto



Padre moderno – corto
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Francisco era un hombre muy ocupado entre el trabajo y sus hijos casi siempre estaba haciendo algo. Los chicos estaban chicos y vaya que las travesuras eran dignas de un aplauso, eso esperaban los chicos pero su padre lo único que aplaudía eran sus traseros cuando los juegos o travesuras se pasaban de nivel.
Los chicos estaban en casa eran vacaciones y la encargada de cuidarlos era Anabel por ser la mayor tenía 16 años,  cuando cumplió los 14 años ella le dijo a su padre que no necesitaban de una niñera, ella misma  se encargaría de cuidar a sus hermanos  Francisco los dejo a prueba más que nada dejo aprueba a su hija mayor que con determinación hablo con su padre, para él, ella era su hijita no se sentía cómodo dejarla con esa responsabilidad, pero acepto, claro que le dijo a su vecina que era una señora de unos 47 años que les echara un ojo a sus niños en lo que él no estaba, si Anabel tenía problemas o si alguno de los niños se sentía mal acudía con  la buena vecina que siempre les ayudaba.
Ricardo 13 años: Luis ya cálmate.
Luis 11 años: llorona.
Ricardo: llorona tú… deja de molestar.
Luis: no sea así, juega conmigo.
Ricardo: no voy a jugar con un niño –ya se creía  grande porque ya estaba en secundaria y no quería jugar cosa de niños-
Luis: sangrón mmmg –le mostro la lengua-
Ricardo: ve a jugar con Antonio.
Luis: él se está durmiendo…
Ricardo solo se dio la vuelta y se acostó en el sofá para leer un comic que le presto un amigo, pero Luis no aceptaba un no por respuesta y enojado de que su hermano lo ignorara le arrebató la revista y se salió corriendo.
-Luis dame mi revista idiota, aaa –fue tras de su hermano-
-si te acercas la quemo… tú sabrás –tenía el encendedor prendido en la mano-
- no es mía…  y si la quemas te voy a golpear... –se acercó peligrosamente-
- un paso más y la quemo –dijo Luis  asustado de ver la cara de su hermano-
-dámela –grito y se acercó más-
Cuando Luis vio venir a su hermano por el miedo y sin fijarse prendió la revista, esta se empezó a quemar, Ricardo se la arrebato y la dejo caer en el piso pisándola para apagarla cuando por fin  el fuego terminara si hinco para ver en qué estado había quedado la revista, la mitad  estaba quemada.
-perdón no fue mi intención… -dijo apenado-
Ricardo solo se paró reclamando y le soltando  un golpe a su hermano en el estómago…
 -tú vas a pagar la revista idiota, cuando llegue papá le voy a decir.
-Luis: auuuu buuua –se quedó llorando en la cocina-
Diez minutos después Anabel entro a la cocina por un vaso de agua, ella había estado en el cuarto con Antonio.
-Luis  que tienes, te sientes mal –lo vio llorar y agarrarse el estómago-
Anabel se sentó junto a su hermanito en el piso y lo abrazo para que dejara de llorar un poco y le dijera el porqué del  llanto.
- ya tranquilo shuuu shuuu… que tienes?
- Ricardo me pego shiff
- haber
Anabel  levanto la camisa y pudo ver un moretón, lo ayudo a parar y lo llevo a su cuarto para que se acostara a dormir, se quedó un rato con el hasta que se quedo dormido… fue a buscar a su hermano.
-Anabel: Ricardo porque le pegaste a Luis.
-porque quemo la revista que me prestaron.
- y porque no me dijiste?  Porque lo único que conseguiste en que papá los castigue a los dos.
-el quemo la revista y yo voy a salir castigado, a no, yo no hice nada.
-le déjate un moretón en el estómago.
-ni le pegue tan recio… -se encogió y solo bajo la mirada-
La hermana solo lo dejo en su cuarto, ya vería como ayudaba a esos dos para que su padre no los regañara y para que ellos mismos vieran el error de cada uno ya que ninguno hizo bien. En la tarde que llego su padre se puso a terminar la comida ya que a Anabel se le quemo y tuvo que empezar de nuevo.
Francisco: mejor hubiésemos encargado pizza.
Anabel: ya está la comida empezada… en 15 minutos esta, además la pizza tardaría por lo menos media hora o más…
Después de la comida Anabel se puso hablar con su padre de lo que había pasado, tanto  Ricardo  como Luis no dijeron nada de lo ocurrido, aunque Ricardo más de dos veces por poco le cuenta a su papá,  tenía que pagarla la revista y él no contaba con un cinco, pero también el saber  que le regañarían por golpear a su hermano… se  estaba pensando el acusar a Luis. Ricardo estaba  en su cuarto y Luis con Antonio era mejor que jugar solo.
Francisco fue a buscar a sus pequeños revoltosos y a paso lento los chicos fueron al cuarto de su padre, ya les latía para  que les llamaba, no sería para darles una paleta o un videojuego nuevo.
-Luis: que paso papi, para que nos llamaste?
-Francisco: tu para que crees?
Ricardo solo se quedó callado viendo a su hermano a él sí que le gustaba jugarse el cuello, pero a beses le servía siempre y cuando no metiera la pata con otra cosa.
-Luis: nos vas  a llevar a comer fuera? O te accedieron y nos vas a subir el dinero de la semana? o vas a comprar un nuevo carro… ya te lo mereces,  el que tienes esta feo. –le dedico una sonrisita a su padre-
-Francisco: mocoso –se lo dijo divertido-
Punto a favor para aquel par de niños ya que conseguir una sonrisa de su  padre era bueno para ellos.
Francisco: pues fíjate que nada de lo que dijiste paso, ni pasara… los quiero a los sentaditos –señalo la cama, a lo que los chicos hicieron caso- primero con usted jovencito –señala a Luis-
-Luis: yoo –dijo indignado de que su padre lo  señalara-
-Francisco: si usted… porque tomaste el encendedor para jugar?
-Luis: no estaba jugando papi.
-Francisco: no estabas jugando, pero estabas molestando a tu hermano…  o me equivoco?
-Luis solo hiso un puchero, su padre ya sabía todo: es que él no quería jugar conmigo.
-Francisco: no por eso tienes que tomar sus cosas y quemarlas, no debes estar jugando ni con los serillos, ni con el encendedor, te puedes quemar o quemar la casa… entendido.
-Luis: si papi.
Francisco: Ricardo, si tu hermano te está molestando o está haciendo cosas que no debe hacer vas con tu hermana o conmigo y me dices, no quiero que estés golpeando a su hermano lo pudiste lastimar. 
-Ricardo: papi es que la revista la quemo y no es mía la tengo que devolver.
-Francisco: sin peros… Y lo de la revista ya lo pago yo… pero no le vuelvas a pegar a tu hermano.
-Ricardo: si papá.
-Francisco: muy bien aclarada las cosa…
-Luis: ya nos podemos retirad –se paró y se fue a la puerta-
-Francisco: que nos retiramos ni que nada… -tomo a su hijo de la mana y lo jalo-
-Luis: no, no, no… no me castigues con Ricardo aquí.
Francisco: bien será cada uno en su cuarto pero si te vas a otro lado…  otra vez  y me haces buscarte te dejo sin postre todo el mes.
Luis: papáaa porque?
Francisco: a ósea que si lo ibas hacer.
Luis: no es que tenga ganas de que me castigues, además estoy chiquito… -puso ojos de cachorro-
Francisco: aaa pobre niño… Ricardo espérame a fuera del cuarto.- Tomo a su hijo manipulador y fácilmente lo puso en sus piernas, mientras que Ricardo salió casi corriendo no era de su agrado ver como castigaban a sus hermanos, mucho menos que lo castigaran a él.
Luis: no papi… no me pegues shiif.
Francisco solo movió la cabeza, bajándole el pantaloncillo le soltó diez nalgadas bastante fuertes
-No quiero que estés jugando con el encendedor-  Pass, pass, pass, pass, pass, pass, pass, pass, pass, pass
-aauu ya auuu shiif, no lo vuelvo hacer buuaa aiii
-no destruyas las cosas, mucho menos si no son tuyas  -Francisco le bajo la última protección que tenía su hijo y  soltó  los últimos palmazos- Pass, pass, pass, pass, pass, pass
-buuaa, ya no lo buuua vuelvo hacer buuua.
-Eso espero pequeño –le subió la ropita y lo cargo regalándole un beso en la frente- porque si hay próxima… mas con lo de jugar con fuego,  te voy a dar toda la semana unas buenas nalgadas para  que aprendas.
-buuaaaaa. –lloro más fuerte-
-No llores mi niño…
- pero ya me estas amenazando y todavía no hago nada buuuaaa shiff
-Mi mocosito…  pues no  hagas travesuras y listo no amenazo a nadie.
- pero y si quiero prendes fuegos artificiales para año nuevo.
-Nunca te he dejado prender fuegos artificiales, que te hace pensar que este año lo vas hacer.
-ni las luces. –dijo abriendo los ojos-
Bueno,  las luces sí,  pero  igual los tengo que cuidarlos.
-shiff yo quería cuetitos.
-Ya lo veremos. Por el momento salte no hagamos esperar a tu hermano-
Francisco bajo a su hijo y lo encamino a la salida, haciendo entrar a Ricardo.
Luis: puedo ir a jugar con Anton y An?
Francisco: si…   vamos adentro… y no pongas esa cara que tampoco como niños.
Ricardo: no soy un niño –dijo bajito-
Francisco cero la puerta y arrastro a Ricardo dejándolo en la mismo posición que a su hermano con él fue menos severo ya que si lo que hizo estuvo mal pero no era tan peligroso como encenderle fuego.
Ricardo: papi  noo… -se sostuvo el calzoncillo que sería bajado desde un principio-
Francisco: siii, ya sabes que no tiene que golpear a tu hermano, así que fuera mano. -Le dio un pequeño palmazo en la mano-
Ricardo: shiff estaba enojado, no quise lastimarlo.
Francisco: lo sé… pero para la próxima prime medita las cosas.  -Y soltó ocho nalgas bastante fuertes-
Pass, pass, pass, pass, pass, pass, pass, pass –auuu, aiii, ya, me estas pegando muy fuerte auu shiff buuuua-
Francisco levanto la ropa y paro a su hijo abrazándolo y  acariciando la espalada del niño para que se tranquilizara, Ricardo lloraba despacito no era tan escandaloso como lo era Luis.
-ya vas a dejar de llorar.
- me dolio.
- aaaii al nene le dolió.
- no soy un nene, ni un bebe.
- no que no dejabas de llorar.
- shiff pues no me ofendas.
- que ofensa ni que nada, eres mi bebe, aunque te creas grande… vamos a ver que están haciendo tus hermanos.
Francisco cargo como costal de papas a su hijo y lo saco del cuarto, buscando a sus demás hijos a los que encontró en el cuarto de su hermana jugando con una pelota.
Francisco: les traje a otro jugador –y lo dejo caer en la cama-
Ricardo: aaaii papá trátame con cuidado.
Francisco: si caíste en blandito de que te quejas. Malo que te dejara caer en el piso.
Ricardo se indignó y tomo una almohada de la cama de Anabel y le pego a su papá en espalda.
Ricardo: también esta blandita… -le sonrió a su padre-
Francisco: así… 
Francisco le soltó el también un almohadazo no muy fuerte,  comenzando una pelea de almohadas en la que se unieron los demás chicos, que uniéndose derivaron a su padre y entre los cuadro se pusieron hacerle cosquillas en el piso, haciendo de los chicos los vendedores  del juego.



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