Chapter 15: Cosas de familia
Tal y como les había
dicho, al día siguiente levantó a los gemelos a la misma hora que a Leo, como
si fueran a ir al colegio. El día ya empezó mal cuando Nick protestó por eso,
pero Chris no le dio importancia y le sacó de la cama, para que bajara a
desayunar. El cola cao había vuelto a acabarse, pero cuando le puso leche fría
a Peter éste no dijo nada, y se limitó a beberla con evidente desagrado.
- Quizá deba hacer
una lista – comentó Chris en voz alta – Siento haber olvidado el cola cao,
Peter.
- No importa. – dijo
Peter, que había pensado que aquello era parte de su castigo. El que Chris no le
hubiera hecho aposta le hizo sentir bien, y eso le llevó a realizar un
ofrecimiento – Si quieres, yo puedo encargarme de la lista. Y de comprar.
- ¡Pero tú no le des
ideas! – replicó Nick, enfurruñado por todo lo que tenían que hacer aquella
mañana.
- No hace falta,
Peter, pero muchas gracias. – respondió Chris, ignorando a Nick.
- De nada. Somos
cuatro y eso tiene que dar mucho trabajo. – dijo Peter con sinceridad, cayendo
por primera vez en ese hecho – Con la ropa, la comida, y demás.
- Oye, menos peloteo
¿de acuerdo? – le dijo Nick – Se te nota demasiado.
- No…Yo no…-
balbuceó Peter, cayendo de pronto en la cuenta de que Chris también podría
haberlo interpretado así – No era mi intención.
- Tranquilo, Peter.
Sé que sólo querías ser amable, y te lo agradezco, ya que la amabilidad es algo
que escasea por aquí.
Aquello fue una
alusión directa para Nick, que se hizo el sordo y siguió desayunando.
Cuando acabaron el
desayuno, Leo y Chris se fueron al colegio, pero Chris les advirtió:
- Wyatt no tardará
en venir. Le he dicho todo lo que tenéis que hacer, así que no le deis
problemas, y será un buen día para todos.
- Para ti, querrás
decir. Nosotros estamos condenados a trabajos forzados.
- No exageres, Nick
– dijo Peter. A él, a decir verdad, le gustaba limpiar. Cada uno tiene sus
gustos, pero de todas formas aquél no le parecía un castigo tan horrible. Chris
en realidad les había mandado pocas cosas: si se daban prisa tendrían media
mañana libre, y teniendo en cuenta que estaban expulsados, aquello era bastante
bueno. Sin embargo ese inocente comentario le valió la mirada asesina de su
hermano, y que volcara su enfado en él. Cuando Chris se fue, Nick le condenó al
silencio.
La primera cosa de
la lista era quitar el polvo, así que Peter cogió una bayeta y se puso a ello.
Nick se sentó en el sofá: no estaba dispuesto a limpiar cuando no había nadie
para vigilarle. Wyatt tardó quince minutos, y para entonces Peter había
terminado de limpiar el salón, él sólo. Nick seguía sin hablarle, comportándose
como un chiquillo. Tampoco se dignó a abrir la puerta cuando sonó el timbre,
así que fue Peter.
- Hola, chaval –
saludó Wyatt.
- Hola …em…emm –
Peter dudo un momento sobre si debía decirle "tío" o Wyatt a secas.-
Wyatt.
- ¿Con cuál de los
dos estoy hablando? – preguntó su tío con naturalidad.
- Soy Peter – aclaró
él con una sonrisa.
- Entonces, ¿es a ti
en quien tengo que matar por darnos un susto de muerte jugando a las escapadas?
- Su…supongo. Pero
realmente me gustaría seguir vivo un poco más. – Wyatt había sonado serio, pero
no enfadado, así que Peter se permitió hacer una broma.
- A Chris casi le da
algo.
- Lo sé. Lo siento.
Ese no fue precisamente mi día. – añadió, sin saber si Wyatt estaría al tanto
de sus otras "genialidades".
- ¿Y tu hermano?
¿Dónde está?
- En el sofá.
Fueron hacia el
salón, donde Nick seguía más o menos en la misma posición. No se había atrevido
a poner la tele, no obstante, pero tenía las manos detrás de la cabeza y miraba
a Wyatt como diciendo: "mira qué cómodo estoy".
- Ey – saludó Wyatt,
pero no recibió ninguna respuesta. – Caray, esto reluce y huele a limón. ¿Ya
habéis limpiado el salón?
Peter asintió.
- ¿Los dos? –
preguntó Wyatt. Y Peter, tras vacilar un poco, volvió a asentir. Entonces Wyatt
le sorprendió, porque se acercó a él y le dio dos azotes. No se esperaba que su
tío fuera a pegarle. – No me mientas - dijo Wyatt, a modo de explicación. -
Nick, ¿por qué no has ayudado a tu hermano?
- Sí le he ayudado.
- ¿No has oído lo
que acabo de decirle? Nada de mentiras. ¿Por qué no le has ayudado?
- Porque no. –
respondió Nick, que no estaba dispuesto a dejarse mandar por Wyatt. Él no era
nadie para hablarle así. No iba a dejar que él le diera órdenes o le regañara.
- Eso no es una
respuesta. ¿Por qué no has limpiado con él?
- Porque no me ha
salido de los cojones.
Wyatt caminó
entonces hacia él, le levantó del sofá, y sin decir nada le colocó sobre sus
rodillas.
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Wyatt no decía nada
mientras le castigaba, y además pegaba mucho más fuerte que Chris. Al menos,
eso le pareció a Nick en aquél momento, que se propuso aguantar, con orgullo,
sin reconocer la autoridad de aquél hombre.
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El castigo se
prolongaba en el tiempo. Nick lloraba en silencio, pensando que Wyatt nunca se
iba a cansar, y Peter observaba todo deseando estar en cualquier otra parte.
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- Una disculpa,
Nick. Espero oír una disculpa – dijo Wyatt, cuando el llanto de Nick empezó a
ser algo realmente incontrolable. No había duda de que el castigo le estaba
doliendo, pero Nick no le respondió.
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- Lo siento – dijo
al final, cuando lo único que podía sentir en ese momento era el ardor de la
parte baja de su espalda. Los pantalones no habían sido una gran protección. –
Siento haberte mentido, y haberte respondido mal – Deseando acabar con aquello,
dijo todo lo que se suponía que tenía que decir – Y siento no haber ayudado a
Peter. No lo hice porque tú no estabas, y no estaba dispuesto a limpiar
mientras no estuvieras.
Decir aquello costó
mucho a un nivel físico, porque estaba llorando bastante. Wyatt le incorporó y
le abrazó. Era más corpulento que Chris, así que Nick parecía muy pequeño en
sus brazos. Nick lloró sonoramente, como un niño pequeño, y Wyatt le sostuvo
hasta que se calmó un poco.
- Sabías que ibas a
terminar así antes de hablarme mal – le reprochó Wyatt, aunque con voz dulce.
- Pero me has pegado
muy fuerte – protestó Nick, como un niño pequeño, aunque no le faltaba razón.
- Y agradece que tu
hermano estuviera delante, o también te habría quitado el pantalón.
Nick se ruborizó, e
hizo lo posible por darle la espalda a Peter. Seguía llorando por el dolor que
sentía en su trasero. Con Chris muchas veces lloraba por otros motivos, como el
miedo a que le dejara de querer, pero como estaba seguro de que Wyatt no le
quería, no había motivo para llorar por eso.
- Vamos – le dijo
Wyatt, con voz más suave. – Ya está, deja de llorar.
Le frotó la espalda
tiernamente, pero Nick sólo dejó de llorar cuando Peter le abrazó.
- Esa boca tuya va a
perderte algún día – le dijo Peter, pero sonriendo. Nick no se soltó de su
abrazo, porque sentía mucha vergüenza y no quería mirarle a la cara. Aquella
era la segunda vez que le castigaban delante de Peter, y era más vergonzoso de
lo que había creído que sería.
Wyatt dejó que le
consolara un rato, y luego se puso de pie.
- Estoy aquí para
que no hagáis tonterías mientras estáis castigados. De buenas soy bueno, pero
de malas soy aun mejor, así que vamos a hacer que esto sea fácil para todos
¿estamos?
Los dos asintieron.
Wyatt trajo una segunda bayeta para Nick, y fueron a quitar el polvo del resto
de la casa. Peter sentía curiosidad por ver qué había en el desván, pero Chris
le había dicho que estaba cerrado, y que era peligroso subir, que la madera estaba
vieja. Así que no pasó del segundo piso.
Cuando acabaron con
el polvo fregaron los platos del desayuno, y después fregaron el suelo. Todo en
el más absoluto silencio. Wyatt les observaba en la distancia, y tras cerca de
una hora de silencio sepulcral, dejó escapar el aire con frustración.
- No habéis dicho ni
una sola palabra en una hora entera. ¿Tenéis idea de lo aburrido que es esto?
- Yo no soy muy
hablador – dijo Peter – Y tampoco voy a hablar yo sólo.
- Pues yo sé de uno
que no se callaba el otro día en la comida….¿Te ha comido la lengua el gato,
Nick?
El chico se limitó a
encogerse de hombros, y Wyatt suspiró.
- Peter, ¿por qué no
vas al piso de arriba? Así acabaréis antes – le dijo, y el chico obedeció.
Cuando se quedó a
solas con Nick se acercó a él y le quitó la fregona, alzándole la barbilla con
cuidado para que le mirara a los ojos. El chico estaba triste y apagado.
- ¿Esto es por la
azotaina de antes?
Nick no estaba
seguro de saber a qué se refería. ¿Qué era "esto"? Ahora no había
hecho nada…. Wyatt percibió su confusión.
- Parece que te
hayan absorbido el alma. Quiero que hables con respeto, no que te quedes
callado.
- Hablaré –
respondió Nick.
- No me has
entendido. No es una orden, Nick. No quiero que hables cuando yo diga que
hables. Vamos, ¿qué te pasa? Te pasaste, ya lo sabes. Por eso te castigué. No
es para que estés de morros todo el día.
- No me pasa nada –
respondió Nick y trató de forzar una sonrisa. - ¿Me devuelves la fregona?
- Olvida la fregona.
¿Sabes por qué supe que tú no habías limpiado el salón? Porque tu hermano y tú
mentís realmente mal. Justo como tú has hecho ahora.
Nick no respondió, y
Wyatt decidió adoptar otra táctica.
- Oye, Nick, eres mi
sobrino y….aunque yo no soy tan nenaza como Chris, me importas ¿vale? Y si hay
algo que te preocupa, me lo puedes decir.
Nick le miró a los
ojos, preguntándose si aquellas palabras serían verdad. Wyatt era muy alto, más
alto que Chris, y al mirarle Nick se sentía muy pequeño. Por eso quizá sonó más
infantil de lo debido cuando preguntó:
- ¿Te importo?
- Claro que sí. Oye,
vale que Chris sea el padre del año, pero yo como tío no estoy tan mal. A Leo
le caigo bastante bien.
- A él no le das
unos azotes – respondió Nick, con algo de resentimiento. Wyatt levantó una
ceja.
- Lo hago, si se pasa
de la raya. Y no te quiero decir lo que le haría si alguna vez me habla como lo
hiciste tú. Sé que ya no sois niños Nick, pero si hacéis las cosas mal
recibiréis un castigo te guste o no. Eso no quita que siga siendo tu tío. Y tú
mi sobrino, por eso no quiero ver cómo te arrastras por las esquinas. Soy un
tipo alegre y desenfadado, y no llevo bien las caras de velatorio.
Nick no dijo nada,
pero volvió a bajar la barbilla, y Wyatt se la subió de nuevo.
- Oye, sé que Chris
te castiga. ¿Qué es tan raro de que te castigue yo también?
- Él me quiere –
respondió Nick, sin pensarlo. Le salió del alma.
- ¿Acaso crees que
yo no?
El silencio de Nick
fue bastante revelador.
- ¿Por eso tienes
esos ojos de cachorro abandonado? Escúchame bien, Nick, porque esto sólo voy a
decírtelo una vez, y luego los dos vamos a hacer como que no lo he dicho: te
quiero. Caray, ¿cuándo te he dado motivos para que pienses otra cosa?
- ¿Cuándo te he dado
motivos para que me quieras?
- No los necesito.
Eres mi sobrino. Mi familia. Eso significa que haría cualquier cosa por ti, y
que puedes contar conmigo para que te encubra con Chris.
- ¿De verdad? –
preguntó Nick, incrédulo ante esa última afirmación.
- Depende de cómo
sea de grande el lío en el que te hayas metido. De todas formas, no es que
Chris sea un tipo muy exigente.
- En según qué
cosas. No se enfadó porque intentara robar pero aquí estoy, condenado a
trabajos forzados, por ayudar a Peter con un examen.
- Sí, eso es típico
de Chris. Creo que aun no me ha perdonado que intentara copiarle en un
examen….al final nos suspendieron a los dos – explicó Wyatt – Nuestra madre se
enfadó mucho.
Nick se sintió de
pronto muy cómodo hablando con su tío. Y pensó que a lo mejor lograba
sonsacarle algo interesante sobre Chris cuando tenía su edad.
- ¿Se metía en
muchos problemas?
- En alguno que
otro. Creo que en realidad os parecéis bastante.
- ¿En serio?
- En serio. Los dos
sois tan ñoños que me dais vergüenza ajena.
- Eso lo dices
porque no has oído a Peter.
- No, y a decir
verdad, ahora que lo dices, hace rato que no le oigo.
Fueron a buscarle y
le encontraron durmiendo en la bañera. Había limpiado el baño, y Wyatt no quiso
saber cómo se había quedado dormido ahí dentro.
- ¿El dormilón de la
familia? – le preguntó a Nick.
- El nocturno, más
bien. Se pasa las noches en vela, y claro, ve algo tan cómodo como una bañera y
¿quién podría resistirse? – preguntó Nick con ironía. Wyatt se rió. Sin mucho
esfuerzo, le levantó de allí sin que se despertara, y le llevó en brazos a su
cama.
- ¿Vives en el gimnasio?
– le preguntó Nick.
- Algo así.
"Vivo para
matar demonios" pensó Wyatt. "Deberías ver lo endiabladamente rápido
que es Chris. Yo soy más la fuerza bruta".
Wyatt se preguntaba
cuando compartiría su hermano el secreto de los Haliwell con los chicos. Si iban
a ser parte de la familia, tenían que saberlo.
Nick puso la
lavadora mientras Peter dormía, ya que él había limpiado el salón y el baño
sólo. Después se pasó el resto de la mañana hablando con Wyatt, y contándole
alguna de las cosas que había hecho en el orfanato, bajo la promesa de que no
se lo diría a Chris.
- Venga ya, ¡no me
lo puedo creer!
- Te lo juro. Peter
me miraba con miedo en los días siguientes, como si tuviera miedo de que le
fuera a pegar a la pared, o algo.
- ¿Dos botes de
pegamento? – preguntó Wyatt – Nunca más voy a sentarme en una silla en la que
no te hayas sentado tú.
- Ya no hago esas
cosas. Chris no me ha dado motivos para hacerlo.
- ¿No te ha dado
motivos para hacerlo?
Aquella frase le
resultó curiosa a Wyatt.
- Me porto bien con la
gente que es buena conmigo – dijo Nick, sencillamente. Y antes de que pudiera
decir más, la puerta se abrió y Chris entró por ella, cargado con unas bolsas.
- ¡Papá! – saludó
Nick con una sonrisa. A Chris le encantó aquél recibimiento, sobretodo sabiendo
el humor del que había dejado a Nick, pero no dijo nada y se dejó abrazar.
- Hola, Nick. ¿Me
ayudas con las bolsas? Eso es. Déjalas en la cocina, que yo voy ahora.
- Hola Chris –
saludó Wyatt cuando estuvieron a solas.
- ¿Te han dado algún
problema? – preguntó Chris, que había pasado todo el día con cierta
intranquilidad.
- Nick ha estado un
poco rebelde al principio, pero luego lo hemos pasado hasta bien. Han hecho
todo lo que les has mandado, y Peter se ha quedado dormido en la bañera.
- ¿En la bañera?
- Ya ves. Le he
llevado a su cama.
- Gracias. ¿Puedes
ir a despertarle? Si duerme mucho ahora le costará dormir más por la noche.
Wyatt subió al
cuarto de Peter, y Chris fue a la cocina, a guardar la compra con Nick.
- ¿Qué tal el día? –
le preguntó.
- Yo…Wyatt me
castigó, ésta mañana. – admitió Nick, hablando muy deprisa.
- ¿Por qué? –
preguntó Chris, contento de que Nick se lo hubiera dicho.
- Porque le mentí y
le hablé mal. – el chico agachó la cabeza de una forma muy parecida a como lo
hacía su hermano. – Lo siento. ¿Estás enfadado?
- No. Me alegro de
que me lo hayas contado, Nick. – dijo Chris, y le sonrió – Me gusta que seas
sincero.
Nick se ruborizó con
timidez, aunque le encantó que su padre le dijera aquello. No estaba
acostumbrado a que la gente halagara su conducta. Decidió cambiar de tema,
incómodo.
- Por lo visto, al
tío Wyatt también le gusta que lo sea.
Chris se rió.
- Me alegra no ser
siempre el malo. – le dijo, y le abrazó. Una parte de él agradecía que Wyatt
cuidara de sus hijos; la otra no quería que nadie más les castigara, ni
siquiera su hermano. Pero en aquellos momentos, cuando podía abrazar a Nick sin
que hubiera habido ningún problema entre ellos, se sentía aliviado.
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