Curando heridas un regalito por el medio millón de visitas

Curando heridas!!

Juan Miguel

Juan Manuel

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No puedo creerlo!... Grrrrrr.... Es que acaso éste hombre no conoce la palabra vergüenza?!....Con qué derecho viene a tratarme de ésta manera?!! Piensa que por el sólo hecho de haberme engendrado tiene poder sobre mi?!!.... Él me dejó!... Nos dejó, maldita sea! Nos dejó sin importarle una mierda de nosotros!!... Sin preguntarse de qué viviríamos, qué comeríamos, cómo pagaríamos el colegio! Nada! Sí. Es que eso éramos para él! Nada!

Dice que nos ama y que nos necesita... ruega que lo perdonemos, pero yo no puedo! No puedo sencillamente olvidar todo lo que pasamos.

Recuerdo tan claramente lo mucho que sufrimos cuando él se fue, así nada más... sin dar explicaciones, ni un beso, ni un abrazo o una caricia en la mejilla... ni un adiós! Sólo el silencio roto por nuestro llanto, pensando que habíamos hecho algo muy malo y por eso papá se había cansado de nosotros -de su familia- y se había marchado...

Recuerdo la cara de mi madre, enmarcada de angustia y tristeza, cerrando los ojos para no llorar, envolviéndonos a mi hermanita y a mi en un abrazo fuerte, intentando consolarnos.... Yo era un niño aún, pero vi tan claro el miedo en sus ojos!!  La pobre, desde ese día se cargó al hombro dos hijos y tuvo que trabajar mañana y tarde para mantenernos.

Por eso aún no me puedo creer la reacción de mi madre! Apenas le vio en la puerta, se echó en sus brazos, como si él hubiera llegado de un viaje inocente!

Dios!! Me revolvió el estómago verla en sus brazos!! Y mi hermanita?!!... Laurita no paró de darle besos!!!.... Acaso no se acuerdan cuánto sufrimos por su causa?!!.... Es posible que mi hermana no recuerde las veces que vino llorando a mi cama a cerciorarse que yo siguiera ahí, y que no me había marchado como papá?!!  

Yo tuve que ser fuerte por ella y por mamá y, cada vez que la enana terminaba en mi cama, yo la consolaba acurrucándola junto a mi, diciéndole que papá volvería algún día, que ella era su princesa y que siempre la amaría... Pero lo cierto es que no hubo día en que no lo llorara en secreto... me hacía tanta falta!! Lo extrañé muchísimo.

-Juan Mi, por qué no le das una oportunidad, cariño?!.- Me dijo mi madre, tomando mi rostro entre sus manos- Él es tu padre... cometió un error y está arrepentido!- Había estado preocupada por mí, por mi comportamiento, lo sé. Pero qué esperaba, eh?! Que le extendiera los brazos a "ese" hombre?! Que lo abrace y me olvide de todo lo que sufrí y lloré extrañandolo?! No puedo hacer eso. Simplemente, no puedo. 

-No me pidas eso, mamá!! Sabes que no puedo perdonarlo... lo odio!- Le respondí, derramando veneno con aquellas palabras, para luego recriminarle- Por qué lo dejaste volver?!! Por qué no le cerraste la puerta en la cara como se merecía?!!! Eso debiste hacer, mamá. Correrlo!

-Hijo. Qué dices?! Él es tu padre y también ha sufrido mucho.....- Creo que eso era lo que me faltaba para explotar. 

-No puedo creer que todavía lo defiendas! No te das cuenta de que si hubiese estado sufriendo habría regresado hace tiempo?... mamá no te engañes! Y ya no sigas, por favor... no quiero ni que lo menciones. Para mi ese sujeto no tiene nada que ver conmigo.

-Juan Miguel, ese sujeto no es cualquier persona. Es tu padre! Y ya te explicó por qué se fue... cariño, has un esfuerzo.

-Ja y tú le creíste tan fácilmente, no? Pobre ilusa- Dije negando con la cabeza, ardiendo de bronca. - Qué tonta eres...!- Susurré maliciosamente. Estaba enojado y me desquité con ella. 

Mamá me miró sorprendida- Cómo me has llamado?!- Dijo casi en un grito. Debo admitir que me excedí. Mi madre no tenía la culpa, pero aquello me desbordaba. 

De inmediato, vi que mi padre entraba a la habitación, con una expresión severa en su rostro. Aún no sé qué me pasó, pero retrocedí unos pasos cuando se acercó hasta mí con esa mirada amenazante.

-Pide disculpas a tu madre en éste instante!- Me ordenó. Y yo le obedecí sin rezongar.

-Mami, disculpa, por favor.- Susurré, mirándola apenado.

-Está bien, cariño. No te preocupes!- Respondió mi mami, dándome un beso en la mejilla y salió, dejándonos solos.

Mi pap... Juan Manuel se quedó en la habitación, parado frente a mí, imitando perfectamente la pose de un militar experimentado, mirándome seriamente sin decir ni una sola  palabra. Yo le observé callado, con algo de fascinación y hasta puede que de temor. Vamos que era mucho más alto y corpulento que yo!!

Quería gritarle que se fuera, pero no me salían las palabras.

No sé cuánto tiempo pasamos en silencio. Ambos estábamos perdidos en nuestros pensamientos; yo, intentando aclarar mis ideas, pensando en que en tan sólo 4 meses cumpliría 18 y podría largarme de allí y él, no sé en qué estaría pensando… tal vez estaba arrepentido de haber regresado; hasta que al fin él rompió la quietud.

-El hecho que estés enojado conmigo no te da derecho a que la emprendas contra tu madre. Ella ha hecho mucho por ustedes... por ti... No merece que la trates así!- No podía creer lo que escuchaba! El... el muy maldito me estaba regañando! Con qué autoridad me restregaba eso en la cara?! 
Apreté los puños deseando estampillarle uno en su cara de imbécil, pero hice acopio de paciencia y me resistí a actuar como un violento.

-El que no tiene derecho a reclamarme nada eres tú, maldito hijo de p...

-Cuidado con lo que vas a decir, jovencito- Dijo, levantando un dedo peligrosamente.

-No me hables como si fuera un mocoso...-Reclamé.

-Entonces no te comportes como uno!- Arremetió, usando el mismo tono de voz que yo había empleado.

-Vete a la mierda, hijo de la gran Pu$@!!- Grité desaforado, volcando todo mi dolor en aquel insulto, queriendo herirle. Pero el que terminó más herido fui yo al recibir una palmada fuerte en mi boca. Me acababa de castigar como si yo fuese un nene chico que dice una mala palabra. Tenía 17 años, por Dios! Entonces reaccioné como lo haría un adulto... al menos yo creí que así lo hacían, y me abalancé contra él, queriendo darle un puñete, pero Juan Manuel fue más rápido y lo esquivó con facilidad. Me sostuvo del brazo y me dio la vuelta, entregando una... "palmada" poderosa a mi trasero.

En ese momento vi negro. La furia que me invadió fue tal que aún me cuesta recordar lo que pasó después.

Empecé a insultarlo hasta que mis pulmones se quedaron si aire, y no pude gritar más. Entonces le arrojé unas cosas que habían en mi cama y salí corriendo de allí. 

Mi mamá y mi hermana intentaron detenerme pero yo las aparté con brusquedad, otra vez desquitándome con quién tuviera en frente. Lauri me tomó de la mano- Hermanito, espera. No te vayas- Me suplicó angustiada, derramando un par de lágrimas que estremecieron mi corazón. Pero entonces vi a ese señor salir de mi habitación y dirigirse hasta mi, intentando alcanzarme.

Me solté del agarre de mi hermanita lo más amable que pude, y me marché, tomando las llaves del auto que descansaban sobre un pequeño aparador.

Salí hecho una fiera de la casa y me subí al auto de mamá. Puse en primera y aceleré hasta alcanzar fondo... sabía que aquello no iba a terminar bien, pero no podía seguir así con mi vida!! 

Vi mi vida atravesar en frente de mis ojos, a la misma velocidad en que el vehículo se dirigió contra aquél enorme árbol, pero no podía detenerme... quería que todo se acabara de una maldita vez... que el sufrimiento se fuera, que mi vida se terminara... y así fue... 

Sentí el golpe duro... el horripilante sonido del hierro retorcerse... un dolor en mi espalda y en mi cabeza que pareció querer desprenderse de mí... a lo lejos, escuché el grito de mi madre que estaba justo al lado de Laurita, mirándome perpleja.... Y el miedo me invadió... 

....Qué había hecho?!!- Pensé, y un dolor insufrible me oprimió el corazón... Las he dejado solas! Las abandoné... hice lo mismo que nos hizo ese bastardo! 

Cerré los ojos, mientras las lágrimas bañaban todo mi rostro y esperé por el frío beso  de la muerte... Pero nada de eso llegó... 

Perdí la noción de todo, sólo veía oscuridad a mí alrededor, y me sentí perdido…

No supe nada más, hasta que me sentí rodeado de unos brazos que tiraron de mí, con la suavidad con la que se trata a un bebé, para sacarme de mi asiento... Sentí que unas manos tocaban todo mi cuerpo, como buscando algo -tal vez una herida o un hueso roto- todo hecho con la mayor ternura posible... me atreví a abrir los ojos lentamente, y allí estaba él... papá... envolviéndome en sus brazos, apretándome con fuerzas. 

Volví a cerrar mis ojos. Aquello debía ser un sueño, me dije... pero sus besos y sus caricias me llenaron el corazón, alejando por primera vez desde hacía casi 8 años, los miedos que atormentaban mi alma... y supe que era real!!

-Mi niño... mi hijo! Shhh... Bebé! Qué intentabas hacer, chiquito?! Qué, mi rey?!! Casi te pierdo!!!- Me dijo, besando sin descanso mi frente y mis mejillas. 

-Quería morirme, papá!!- Contesté llorando, sin pensar. 

Juan Man... papá me miró con dureza. Al parecer, no le había gustado nada mi respuesta. Me apartó de su pecho y me hizo levantar. -Vamos a la casa, hijo.

Estábamos cerca. Sólo a 30 metros, nada más. 

Mamá corrió a mi lado, abrazándose a mí. -Auchh..- Dije en un susurro. Me habían dolido las costillas por el tirón del cinturón de seguridad...

-Cariño, estás bien?!!- Preguntó, hecha un mar de lágrimas, apretándome con fuerzas aún a pesar de mis quejas.

-Perdón, mamita... snif snif... perdóname, por favor!! Perdónenme...- Rogué, mirándolas a Lauri y a mi mamita. Pero papá las apartó, pidiéndoles que nos dejaran a solas y me llevó hasta su habitación.

-Salgan un momento, por favor... Juan Miguel y yo necesitamos hablar... todo estará bien!- Dijo papá, cerrando la puerta de su cuarto. Después caminó hasta quedar en frente mío.

-Qu-qué haces?!!- Pregunté asustado, cuando lo vi quitarse el cinturón de los ojales de su pantalón.

-Lo que debí haber hecho desde hace seis meses que regresé!! -Contestó, tomándome de un brazo, tratando de arrastrarme hasta su cama.

-Nooo, nooo, nooo... Juan Manuel, espeeeeeraaa!!!- 

PLafff...- Tronó su mano contra mi muslo.

-Ningún Juan Manuel... soy papá!!! Plafff... Plafff....- Agregó, maniobrándome hasta volcarme sobre sus rodillas.

-Auuughh...-Aquello me tomó por sorpresa.

Plafff... Plafff... Plafff... Plafff... -Empezó cuando me tuvo acomodado en posición, descargando su mano pesada sobre mi trasero, vestido con los jeans.

-Auchhh... oyeeee... deténteee… Qué te pasa-aauuuu....

Plafff... Plafff... Plafff... Plafff...-Caían las nalgadas de dos en dos, sin ninguna contemplación. Me mordí los labios, tratando de evitar soltar un quejido. Me revelaba ante eso.

Plafff... Plafff... Plafff... Plafff...

Plafff... Plafff... Plafff... Plafff...

Plafff... Plafff... Plafff... Plafff...

-Aughhhh... nooooo.... auchh ayayayayyyyy... noo, paraaa... paraaa...- Pero no podía aguantar más! Aquello quemaba y dolía. Sentía como si cada palmada dejara una huella de fuego sobre mis nalgas.

Plafff... Plafff... Plafff... Plafff...Plafff... Plafff... Plafff... Plafff...-Una ola de duros golpes me dejó sin respiración. 

-Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu

Papá detuvo los azotes y me dejó llorar en su regazo. Su mano hacía pequeños círculos en mi espalda y aquella sensación me reconfortaba.

-Sé que fue muy difícil lo que has tenido que vivir, tesoro, y estoy consciente de que todo ese sufrimiento es por mi culpa!! Lamento, no sabes cuánto, haberme marchado... debí ser fuerte, debí ser valiente... Pero no quería someterlos a ustedes a todo aquello... no quería que me vieran enfermo, desvalido, moribundo! Entiéndeme, mi bebé! Por favor!- Me decía, acariciando alternadamente mis muslos y mis hombros.

Yo sólo lloré... lloré con todas mis fuerzas, todas las lágrimas que tenía, sintiéndome deshidratado y mareado por la posición en que me encontraba; entonces papá me acomodó un poco y yo pensé que aquello había terminado, pero no... Sentí que me ladeaba y que su mano alcanzaba los botones de mi pantalón-

-Noooooooo....- Intenté resistirme, pero fue inútil hacerlo.

Me aprisionó por la cintura con su brazo izquierdo mientras que con el otro tomó su cinturón y procedió a derrumbarlo contra mi ahora indefenso trasero.

CHASSS CHASSS CHASSS 

-Buaaaaaaaaaaaaaaa... Nooo, papiiiii... buaaaaaa.... 

CHASSS CHASSS CHASSS 

-No voy a permitir que vuelvas a arriesgar tu vida de ese modo, Juan Miguel!!

CHASSS CHASSS CHASSS 

Buaaaaaaa... auauauauauuuuu... dueleee, papiiii

-Nunca más volverás a hacer algo tan tonto...

CHASSS CHASSS CHASSS

-Aauauauuuuu... ayyyyyyyy... ayayayyyy... nooo, papito, nooo!!

-Tu vida es lo más preciado que tengo

CHASSS CHASSS CHASSS CHASSS CHASSS

-Yaaaaaaaaaa... papitooooo.. yaaaaaaaaaaa... entendíiiii...

-Y no estoy dispuesto a perderte!!!- Dijo arrojando al piso el pedazo de cuero maldito ese.

-Buaaaaaaaaaaa.... ayayayayyyy.... no más, papiii, no más, no más... no más!!- Balbuceaba... no más sufrimiento, no más dolor en mi corazón, no más soledad... porque ahora estás conmigo. Eso era lo que quería decir!

-No más, mi niño! No más, mi amor... no más! Papá está contigo... papá te cuida!- Susurró con la voz conmovida, dándome la vuelta para acurrucarme entre sus brazos. Me apretó contra su pecho y me consoló con cariño, hasta que quedé dormido.

Se sentía tan bien estar así... en sus brazos, protegido! Hacía tanto tiempo que no me sentía seguro... pero ahora lo estaba, y no importa cuánto me duela el trasero... yo no cambiaría nada, con tal de seguir abrazado a papá... MÍ PAPÁ!

-Te amo, papito!!- Murmuré, acurrucándome más en su pecho.

-Te amo, mi tesoro!! Duerme tranquilo, Juan Miguel. Te prometo que cuando despiertes, aquí estaré! Yo te cuidaré siempre, mi rey... duerme, hijo!- Dijo meciéndome entre sus brazos, donde me tendría acunado sin importarle que fueran horas hasta que yo despertara.... 

Al fin la herida empezaba a cerrar… papá estaba conmigo… él me ayudaría a sanar…

Fin……………………………………………