Steve el encantador

Steve el encantador, había que con una sonrisita lo lograba todo, y contaba con eso… por eso se había tomado la libertad de faltar una semanita a clases para poder ir con sus compañeros de basquetbol a jugar a los video juegos, sabía que en el colegio no llamaban  casa si faltaban solo una semana porque los alumnos acostumbraban a faltar por los viajes de sus padres, y el tigrecito estaba acostumbrado a faltar y sonreírle a la profe, decirle que tuvo que viajar con su papi volver a sonreír y problema resuelto, pero Steve Hyuga no contaba con que su sonrisita no bastaría esta vez porque la dulce profesora que caía en sus encantos no y no piensen mal, que no era en ese sentido, sino en del pobre niño huérfano de madre con un padre casi tan pequeño y adorable como él le deba mil bonnus frente a la ex profesora de su padre y hoy no estaba… sino el profesor gruñón que no le dejaba pasar ni una sola al tigrecito, porque era unos de los mejores amigos de Sean y nada más ni nada menos que el padrino de Stevecito… maldita su suerte…

“Señor Hyuga bienvenido”

“Director” les comente que hoy no era su día… Y SOBRE TODO QUE SU PADRINO ERA EL DIRECTOR DEL COLEGIO.

“yo… yo estaba”

“ahórreselo joven después de clases va a mi despacho a esperar a su padre”

“si señor” guau todos miraron a Steve… nunca había sido TAN RESPETUOSO.

La clase paso lentamente muy lentamente, Steve le mando un mensaje la Kathya y el director lo sorprendió.

“señor Hyuga vaya mi despacho” y cuando Steve paso por su lado Arnaldo le dijo al oído “nariz a la esquina” Steve trago en seco… de esta no lo salvaba nadie.

Llego a la oficina pero en vez de poner su naricita en la esquina… sino que se pudo a jugar con el computador, DEL DIRECTOR, porque así era él, el nene de todos los que lo conocían pero el padrino era un hueso duro de roer, por algo había llegado a ser director del mejor colegio del país a los 25 años… eso y que la familia de su mejor amigo era dueño del colegio, adoraba a mocosito que había visto crecer, seguía siendo el mismo niñito que se escapaba del jardín para colarse a la sala de clase de su papá. Quedarse calladito sentado el al rodilla de Sean haciendo dibujitos mientras su papi ponía atención en clases, para verlo después sentadito en la gran oficina del gran Sean Hyuga jugando con lápices de cera dibujando en los documentos de que valían miles de dólares y pero que para Sean valía más de todo el oro del mundo.

Y ahí estaba el niñito ya casi un jovencito de doce añitos haciendo dibujitos en el computador…

“no tenias que estar con la naricita en la esquina”

“no… porque mi papito me va a dejar mucho tiempo así” dijo tratando de darle pena.

“y porque será”

“porque tú eres malo tío Arnaldo… tu me quieres que mi papito me haga ZAS ZAS”

“yo no quiero que te hagan ZAS ZAS, yo tengo que informar a tu papá que su hijito no vino en toda la semana a clases por andar metido en cualquier parte”

“tiito me va a pegar feo”

“¿dónde estabas?”

“Tío”

“respóndele a tu tío” dijo Sean entrando a la oficina de su amigo.

“no papi”

“Como que no”

“porque me vas a pegar, y no quiero que me pegues”

“y quieres que te pegue para que me digas y luego te pegue porque te escapaste del colegio”

Eso asusto al tigrecito, se tapo tiernamente la colita, si me mocosito sabia como explotar ese lado infantil que derretía a Sean… con su papi no era la sonrisa sino parecer un bebecito chiquitito muy bonito.

“papi es que yo quería”

“que querías”

“no… yo estaba jugando…”

“jugando donde Steve André”

“estaba en el video club de la plaza”

“¡QUE?” grito el padre sobreprotector y dio media vuelta la angelito y le propino la peor paliza de todas su vida 12 nalgadas una por cada añito de hiijito.

“papi no está el tío”

“si esta el tío espérate no más que lleguemos a la casa, porque te voy a pegar por cada día que faltaste a clases”

“no tiito no dejes que me pegue mi papito”

“Steve” le regaño Sean

“tiito” se abrazo a su tío que miraba a Sean como si estuviera a punto de descuartizar a su bebe.

“no me mires así, fue tu culpa”

“si tiito bonito, es tu culpa porque tu lo llamaste”

“mocoso manipulador” dijo entregándoselo a su padre “llévate a hijo” dijo fingiendo enojo.

“no tiito no te enojes conmiguito” dijo como cuando era un bebe

“lo dicho, mocoso manipulador, no le toques ni un pelo mas a mi ahijado”

“Arnaldo acabas de caer ante sus encantos”

“como todos Sean como todos” se rieron

Steve curso sus bracitos y les sonrió, porque él sabía que tarde o temprano todos caían en sus encantos.