martes, 14 de enero de 2014

UN DIA EN LA VIDA DE TIVI:


INTRODUCCIÓN:
UN DIA EN LA VIDA DE TIVI:


De cara regordeta, mejillas sonrosadas y nariz respingada, vestido deportivamente, con sus tenis a medio amarrar y sus mechones rubios  ligeramente rosando sus orejas, el pequeño Tivi caminaba hacia su casa a paso lento, como quien nunca desea llegar a su destino.
Con una inteligencia superior a sus cinco años, el chiquitín observaba todo lo que acontecía a su alrededor. El reloj de la torre de la iglesia cercana, llamaba a misa de media tarde mientras él cruzaba frente al polideportivo, ahí se detuvo un par de minutos, no porque fuera un fanático a los deportes, sino porque conocía a varios jovencitos que entrenaban ahí.
El vivaracho pequeñín tenía muchos amigos, ¡Todo el mundo lo adoraba! solo bastaba que se asomara por la barda de las canchas para que los gritos de: “¡Hey Tivi!” “¿Cómo estás campeón?” “¿Vas a quedarte a ver el juego?” se escucharan desde todas direcciones.
Steve, era su jugador favorito, Tivi pensaba que era un chico muy simpático, ahhh pero eso jamás lo decía en voz alta porque Nathan se enojaría con él y jamás volvería a invitarlo a los partidos de la NBA, o a ir al cine con Lucas.
Des pues de los respectivos saludos, Tivi se despidió y continuó su camino. Doblando la esquina, se topó con la librería más grande de la ciudad.
 La Sra. Valeska, era la propietaria del establecimiento y le dejaba leer sus cuentos incluso antes de que fueran publicados. Tivi amaba visitar la tienda,  porque además, Spencer y Gerard trabajaban ahí…bueno, trabajaron por un mes limpiando libros como castigo por una travesura que nunca le quisieron confesar, aún así, un solo día bastó para que los tres diablillos se volvieran inseparables y ahora se veían casi todos los fines de semana.
Unas cuadras más y Tivi  llegó al edificio que más odiaba de todo el vecindario, incluso dio un par de brinquitos para no tener que pisar las gradas de aquella horrible acera. Tivi no sabía qué era exactamente ese lugar y si alguien le hubiese preguntado, él respondería con inocencia: “es donde hacen llorar a los niños” y esa idea nadie se la sacaba de su cabecita ni con un desatornillador, pero si alguien dudaba de su palabra, tenía de testigo a su amigo Matías, a quien conoció el martes pasado…pero esa es una historia muy larga, así que simplemente diremos que Tivi odia el tribunal de familias aunque no sepa ni que significa la palabra Tribunal.
El delicioso aroma a pan recién horneado le indicó que se acercaba a la pastelería. Este era por mucho, él lugar favorito de Tivi. La Sra. Halliwell hacía los pasteles más re-contra-espectaculares del universo. ¡Eran casi mágicos!... Tivi nunca supo cómo, pero cada mañana que se despertaba, un cupcake decorado con una carita feliz aparecía en su habitación. Piper le dijo que era un simple truco y ni Chris, ni Wyatt quisieron revelar el secreto…já pero ya se encargaría de descubrirlo!
Frente a la panadería, del otro lado de la calle, había una casa vieja con el rótulo: “Se alquila” pintado en letras rojas. Tivi suspiró con tristeza al verlo. En esa casa vivía la familia Winchester. Tivi era muy amigo del pequeño Sam y le dolió mucho que se mudaran, pero Dean les explicó que nunca podían quedarse mucho tiempo en el mismo lugar, cuestiones familiares o algo así, por lo que no les quedó más remedio que despedirse.
Una discusión interrumpió los recuerdos de Tivi que ahora pasaba por el colegio local. Se detuvo un momento solo para ver a un par de jovencitos brincarse el muro y caer a la acera.
-¡Date prisa Drew que nos pillan! ¡Eres un lerdo, hasta yo corro más rápido que tú!
-¡¿Y cómo no? Si soy yo quien carga las mochilas y tus libros!
-¡Lo de escaparnos fue tu idea, ahora te aguantas!
-¡Si no me quejo Brooke pero por lo menos ayúdame con el maletín de gimnasia que pesa mucho!!
El par de chicos pasaron agachados frente a Tivi quien soltó una risilla al oírles discutir. La chica se volteó y le guiñó un ojo poniéndose el dedo índice en sus labios en señal de silencio. Tivi se tapó la boca con sus dos manitos, no quería hacer el menor ruidito para que el vigilante de la escuela no descubriera a los escapistas que desaparecieron corriendo calle abajo.
El chiquitín sonrió de nuevo pensando que eso de escaparse de la escuela parecía divertido…quizá lo intentaría un día!
Retomó su marcha y su mirada llena de picardía era absorbida por el vaivén de transeúntes que le rodeaban mientras su boca se entretenía degustando una enorme galleta de chocolate, un delicioso regalo cortesía de su tía June. Ellos se conocieron cuando el gato de la anciana se extravió y el pequeñín hizo de héroe rescatando al pobrecito animal. Desde ese día, sin saberlo, June era responsable de que el traviesillo escapara de casa casi todas las tardes a causa de sus famosas galletas de chocolate, pero sobretodo a escuchar grandiosas aventuras sobre el tipo más cool del mudo, un tal  Neal Caffrey y el súper-detective Peter Burke .
Tivi se detuvo en media acera, solo  para dar otro enorme mordisco a su galleta, pero de inmediato sintió algo raro. Dejó de masticar y metió sus deditos dentro de su boca porque sentía que una piedrecita le estorbaba….pero las galletas las galletas no tienen piedras ¿o si?
Los ojos de Tivi crecieron cuando vio lo que tenía en la mano….era algo inesperado…aterrador…sorprendente…era…era..
Y si quieren saber lo que era…acompáñenme a leer el resto de la historia!


1 comentario:

  1. Awwwwwwwwwww.... está tan liiindo Tivi... tan dulceee.... Me lo puedo comer?!!! Un poquitito?!!! un poquitito chiquitito como él?!! jajajaj

    Qué buena forma de entrelazar todos los personajes!! GENIAL!!! =D

    Camila

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